Fracking: ¿sí o no?: el tema entra al debate en
Latinoamérica y Europa
América Economía - abril de 2015
En el
panorama de la extracción de gas de los yacimientos de esquisto, el intenso uso
del agua y su repercusión en el entorno natural y las poblaciones son el ángulo
del análisis de dos informes y un documental presentados esta semana en una
conferencia en el Parlamento Europeo. Ante la perspectiva de que más países
europeos y latinoamericanos opten por el fracking, el tema está en el aire.
Esta controvertida técnica –que fractura la
roca con alto uso de químicos y agua y con emisiones de gas metano- fue el tema
de 16 recomendaciones (no vinculantes) a los países de la Unión Europea en
enero de 2014. Dieciocho meses tienen los Estados miembros de la UE para
implementarlas.
Especial atención merece la que prevé la
realización previa de estudios de referencia sobre el impacto en el flujo de
las aguas superficiales y subterráneas.
Hasta ahora, según informa a DW Antoine Simon,
de Friends of the Earth Europe, los países europeos han hecho de ellas una
lectura muy individual.
“Polonia ha decidido que sólo para las
perforaciones a más de 5.000 metros de profundidad debe hacer un estudio de
impacto preliminar”, dice Antoine. Según informa la plataforma europea
Ecologistas en Acción esto se debió a que empresas extractivas presionan por
una relajación legislativa.
Oportunidades y desafíos. Cabe resaltar que,
reconociendo el derecho a los Estados a determinar las condiciones de
explotación de sus recursos energéticos, la primera de las recomendaciones
europeas condiciona la explotación a “preservar, proteger y mejorar la calidad
del medio ambiente”.
La extracción de las reservas de este recurso
abre perspectivas económicas y energéticas codiciadas. Para muchos países
europeos donde se han detectado yacimientos representaría una holgura
energética considerable.
Pero los datos hablan en contra de su bondad
ambiental: por cada fracturación se usan 23 millones de litros de agua
mensualmente. Entre un 90 y un 95% de esta agua no puede ser reutilizada. Dado
que los yacimientos se encuentran en zonas donde el recurso agua no abunda, “el
estrés hídrico va de la mano con la extracción de este hidrocarburo no
convencional”, explicaTianyi Luo, especialista del World Resources Institute
(WRI).
Argentina, un ejemplo. El informe de WRI pinta
entre amarillo pálido y rojo intenso el estrés hídrico.En América Latina
amarillo tiene Colombia, naranja muy intenso Paraguay, rojo intenso México,
naranja Argentina.
“Hay que tener en cuenta los verdaderos costos
del fracking”, explica a DW Juliette Renaud, productora del documental Fracking
Patagonia, basado en la extracción del gran yacimiento de Vaca Muerta.
“Las comunidades no son consultadas, su
territorio es destruido; la contaminación del agua y del suelo impacta su salud
y sus actividades productivas tradicionales. Europa debe aprender del caso de
Argentina y no dejar que las empresas capturen el poder político para hacer las
leyes a su favor y no a favor del interés público”.
Algunas opiniones. “Pertenece al pasado y
deberíamos prohibirla”, opina Ignazio Corrao, europarlamentario italiano del
Movimiento Cinco Estrellas. “En las energías renovables deberíamos concentrar
nuestros esfuerzos”, recalca Molly Scott Catto, europarlamentaria inglesa de la
bancada ecologista.
“La extracción masiva de este gas y petróleo de
esquisto alejaría definitivamente a Europa de su objetivo de haber logrado
reemplazar hasta 2050 entre un 80% y 90% de energías fósiles”, recuerda Jude
Kirton-Darling, europarlamentaria inglesa de la bancada socialista y también
miembro de la Asamblea Eurolat.
En su opinión, tanto Europa como los países
América Latina y el Caribe deberían optar por una moratoria general hasta que
no haya un marco legal vinculante que regule oportunidades y desafíos del gas
de esquisto.
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