Largo camino a la productividad en Latam
FORBES- 21 de octubre de 2016
El problema de rendimiento en
América Latina y el Caribe, al que la CEPAL considera su “Talón de Aquiles”,
más que ser económico, laboral o educativo, tiene un gran filón cultural
La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe afirma que la productividad sigue siendo el “Talón
de Aquiles” en la región de América Latina y con el fin de mejorarla se lanzan
programas en conjunto con la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos.
Todo mundo habla y quiere
aumentar la productividad en los países de la región, es algo urgente para
mejorar el desarrollo interno, pero ¿qué es lo que no permite que esto mejore?
¿por qué si es lo más necesario no sucede?
La productividad tiene muchos
niveles de funcionamiento, los más altos, por decirlo de alguna manera,
incluyen las políticas mundiales y sus aplicaciones regionales, la política
económica y laboral de cada país, la situación de la educación, los programas y
políticas de capacitación, las industrias de desarrollo; de ahí se presenta el
ámbito estatal y todo esto correspondiente a la parte pública, y ahí inicia el
ámbito del sector privado, en donde encontramos a los sectores industriales o
de servicios, las asociaciones, las empresas, las prácticas empresariales, los
patrones, los sindicatos y hasta el final el trabajador y toda su problemática
personal, todo esto inmerso en burbujas económicas que afectan cada ámbito.
Como podemos ver, el camino y rango de la productividad en la vida real es muy
largo, involucra mucha gente, ideas y sobre todo problemas.
Visto desde arriba, si se definen
bien los sectores económicos a desarrollar, las políticas económicas, los acuerdos
comerciales, todo debería de pasar y mejorar. Si se ve desde abajo, si los
empleados tienen lugares dónde trabajar, las suficientes ganas, educación,
capacitación y condiciones laborales, también todo debería de pasar, ¿por qué
no avanzamos en la productividad?
Problema con filón cultural
Desde mi óptica, el problema de
la productividad, más que económico, laboral o educativo, tiene un gran filón
cultural, un choque de creencias: la del empleado que quiere que todo se lo den
y que con la óptica del menor esfuerzo quiere tener todos los beneficios; el
fantasma sindical es toda una cultura, es la burocracia en el sector
productivo, la invasión de un sistema servil o caciquil en el ámbito privado,
alguien quiere sacar más de lo que merece. Este fantasma nace de la relación
burocrática de esperar que el gobierno nos de todo, ya sean empresarios o
ciudadanos.
Ejemplos los vemos a diario, la
posición de los taxistas ante el sistema Uber, cualquier industria que quiere
subsidios, o baja de impuestos, o cualquier sindicato que si no le dejan ser
dueño de alguna de las proveedurías de la empresa o industria por derecho (no
por visión de negocios) hacen huelga, o como alguna vez me sucedió en un
diplomado de mercadotecnia, en donde los empresarios esperaban sin razón que el
gobierno les definiera los precios y les diera dinero para la promoción de sus
productos cuando no había razón, pero eso era lo que ellos creían o querían.
En aquella ocasión, la discusión
terminó cuando pregunté a los empresarios quién era el dueño de sus negocios y
al contestar que ellos, como que medio entendieron que el gobierno no tenía que
ver con eso, pero no se convencieron mucho que digamos. ¿Y entonces? ¿y
la productividad, apá? No pues muuuuuy lejos de ahí. Cuando la gente
espera que el gobierno les resuelva todo, es muy difícil pensar que van a dar
todo su esfuerzo, su imaginación y creatividad para ser productivos.
Ante esto, surge otra pregunta
¿es un tema de educación?, técnicamente sí, pero como resultado de un largo
proceso educativo y para resolverlo se necesita tiempo, muchos años y un cambio
generacional, que ya se está dando, la cultura entrepreneur está ayudando, los
jóvenes ya entienden el trabajo desde otra óptica, pero aún hay sistemas
tradicionales que no se mueven por las malas creencias de políticos, empresarios,
sindicatos y trabajadores.
Parte de la promoción de la
productividad tendría que ver mucho más con el atacar esta mala cultura que
venimos arrastrando por años en nuestra región latinoamericana, el cacicazgo
aún tiene influencia en nuestros genes laborales.
Marco V. Herrera-Estratega,
innovador y experto en asuntos públicos. Fundador de Grupo Public y
conferencista. Su pasión es el análisis político, los modelos de negocio y el
futuro de la humanidad.
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