El entusiasmo por los mercados
emergentes podría ser efímero
The wall street journal- octubre de 2016
Los inversionistas, más
interesados en lograr rendimientos que en los avances económicos
A pesar del entusiasmo que los
mercados emergentes despiertan en los inversionistas, hay indicios de que el
dinero estaría más bien persiguiendo ciegamente rendimientos en lugar de
representar una muestra de fe en el crecimiento de esos países.
El dinero que ingresó a los
fondos dedicados a invertir en los mercados emergentes superó al que salió en
US$35.000 millones durante el tercer trimestre, según la firma especializada
EPFR Global, comparado con US$10.000 millones en el período previo y una salida
neta de US$3.000 millones en los tres primeros meses del año.
Algunos economistas sostienen que
la llegada de gobiernos más promercado en países como Argentina y Brasil, así
como un leve repunte en los precios de las materias primas que se dispone a
ayudar a exportadores como Rusia y Sudáfrica justifica el mayor ingreso de
fondos.
Los inversionistas, sin embargo,
parecen estar motivados principalmente por los rendimientos ultrabajos que
ofrecen los países desarrollados, sobre todo después de que la Reserva Federal
de Estados Unidos señaló a mediados de año que las tasas de interés se
mantendrán bajas durante más tiempo del previsto.
“Una gran parte del dinero que ha
llegado a los mercados emergentes está comprando cualquier cosa que tenga
puesta la etiqueta de mercado emergente”, dice Pablo Goldberg, gestor de fondos
de BlackRock.
Argentina vendió el miércoles dos
bonos por un total de 2.500 millones de euros (US$2.790 millones). Los
inversionistas querían más y la demanda ascendió a 6.300 millones de euros,
pese a que Argentina acaba de regresar a los mercados de capitales después de
años de disputas legales con los tenedores de bonos debido a una cesación de
pagos soberano de más de US$80.000 millones en 2001. El país colocó en abril
deuda soberana por un valor récord de US$16.500 millones.
La estructura de la emisión
argentina pone de relieve otra de las características de la fiebre por los
mercados emergentes. En los tres meses hasta septiembre, apenas 39% de los
flujos de capital fue a parar a fondos especializados en moneda local. En
cambio, los que invierten solamente en activos denominados en moneda fuerte,
como dólares o euros, recibieron 52% de los flujos; el resto se dirigió a
fondos combinados que invierten tanto en moneda dura como en divisas locales.
La creciente brecha de
rendimiento entre los activos en divisas locales y en monedas fuertes también
muestra el mayor interés por los segundos.
Según los índices de J.P. Morgan
Chase & Co., tal brecha se amplió en septiembre a su mayor nivel desde
julio de 2014. Mientras que los bonos de mercados emergentes en moneda dura
rindieron un promedio de 5% en septiembre, los denominados en divisas locales ofrecieron
un rendimiento de 6,2%. El rendimiento de los bonos se mueve de manera inversa
a su precio.
En estos momentos “hay gente lo
suficientemente audaz para entrar en activos en dólares, pero no lo
suficientemente audaz para entrar en monedas locales”, señala Didier
Saint-Georges, miembro del comité de inversión de Carmignac.
La gestora de activos francesa ha
aumentado ambos tipos de inversiones en mercados emergentes, pero es cautelosa
sobre las perspectivas de estos países.
BlackRock resaltó en un informe
enviado a sus clientes el martes que durante el tercer trimestre los
inversionistas basados en EE.UU. compraron casi exclusivamente activos de
mercados emergentes en dólares, mientras que los inversionistas europeos se
interesaron también en bonos en moneda local.
Esto apoyaría la idea de que se
trataría de una reacción impulsiva de los inversionistas estadounidenses, que
estarían buscan un lugar para poner su dinero.
Los datos sobre flujos de fondos
también revelan que los inversionistas particulares, que tienden a ser más
volubles que los institucionales, mostraron en los últimos meses una clara
preferencia por los activos en moneda dura, recortando a la vez su exposición a
las inversiones en divisas locales.
Hani Redha, gestor de fondos de
PineBridge Investments, opina que es probable que parte del flujo hacia activos
en dólares y en euros sea “mucho más inconstante y persiga rendimientos”, en
lugar de mostrar fe en las economías de estos países.
“Si la Fed sorprendiera a los
mercados, dado el menor nivel de sofisticación de los inversionistas, hay
riesgo de una reversión” del mercado, agrega Redha, que ha realizado
inversiones selectivas en monedas locales.
Sin duda, los inversionistas
también podrían estar tomando una decisión racional al no querer divisas de
mercados emergentes, ya que estas han tenido una mala racha en los últimos dos
años.
“Creo que todo gira en torno al
desempeño en el pasado”, afirma Michael Biggs, gestor de un fondo de mercados
emergentes en moneda local de la firma suiza GAM Holding AG.
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