Los magnates chinos se apoderan
de clubes de fútbol europeos
El Confidencial - octubre de 2016
"Si me pongo en la piel del
aficionado, pienso que es arriesgado. Ojalá les vaya bien, no tiene por qué ir
mal, aunque a nosotros la experiencia nos diga lo contrario". Es la
reflexión de Sonia Díaz, presidenta de la Asociación de Peñas Racinguistas,
ante la venta de un club de fútbol a capital extranjero. El Racing de Santander
pagó 'el pato' de ser el primer equipo en lanzarse, en 2011, a las bondades del
inversor extranjero. Hoy es cada vez más frecuente encontrarse en los palcos de
los estadios a presidentes o propietarios procedente del otro lado del planeta.
Chen Yansheng, Wang Jianlin o
Jiang Lizhang son grandes empresarios chinos con una particularidad en común.
Los tres tienen en propiedad o controlan un número elevado de acciones de un
equipo de fútbol español. Grandes magnates como ellos ya no invierten sólo en
yates, viviendas de lujo o coches deportivos. Ahora, también lo hacen sobre el
terreno de juego europeo. En los últimos años las grandes fortunas de Estados
Unidos y Asia han iniciado una carrera para hacerse con el control de un club
en apuros.
Los pudientes empresarios del
sudeste asiático han fijado su vista en los clubes de la clase media de las
grandes ligas con problemas económicos o en saldos. Como se desprende del
análisis de los datos del accionariado de los clubes europeos, la Premier
League es la competición que, antes y en mayor medida, ha sido ‘conquistada’ a
golpe de talonario.
También la liga española es
objeto de deseo de las grandes fortunas. El último ejemplo es la posible venta
del Celta a un grupo inversor chino con el que su presidente, Carlos Mouriño,
negocia desde hace varias semanas. El club de Vigo sería el cuarto equipo de la
LaLiga Santander que cae en manos chinas, tras la reciente venta del Español,
el Granada y la inversión del grupo Wanda en el Atlético de Madrid.
Un cuarto de la veintena de
clubes que forman la Primera División Española están en manos de capitales
extranjeros. Cuatro de ellos controlados total o parcialmente, como en el caso
del Atlético, por capitales provenientes del Sudeste Asiático. El Málaga CF,
por su parte, está controlado desde hace ya 7 años por el jeque qatarí Al
Thani, que en más de una ocasión ha anunciado su intención de venderlo.
"En los últimos años el
fútbol profesional español está experimentando una metamorfosis. Saneamiento
económico, alineación del sector en una misma dirección, seguridad jurídica,
por eso surge el interés del capital serio", afirma el director general
Corporativo de La Liga, Javier Gómez. La posición de la organización es
"estimular la llegada de capital al sector, tenga la nacionalidad que
tenga, ya que lo importante no es el origen de los inversores, sino su seriedad
y nivel empresarial".
En este sentido, la posible venta
del Celta no es habitual, de acuerdo a los casos recientes, ya que se trata de
un club saneado, apetecible para cualquier magnate. El presidente de la
Federación de Peñas del Celta, José Méndez Castro, asegura que tienen
"miedo". "El holding, empresa o particular que venga, hará sus
negocios y, si no salen bien, bastante mal lo hemos pasado hace poco durante
los cinco años que estuvimos en Segunda", explica.
Todavía queda poso del miedo que
infundieron en su día el extravagante millonario ucraniano, Dimitri Piterman,
que dejó tocado y hundido al Racing de Santander y al Deportivo Alavés, así
como los cantos de sirena y promesas incumplidas del indio Ali Syed, que
acabaron de enterrar al Racing. A día de hoy, sólo cuatro clubes como Real
Madrid, Barcelona, Athletic y Osasuna están exentos de una posible venta sin la
opinión de sus socios. Al no tratarse de sociedades anónimas deportivas, ya que
no se acogieron en su día a la ley aprobada por el Gobierno en 1990, la última
palabra la tiene su hinchada.
La 'Premier' no es británica
La liga española se ha
liberalizado en los últimos años. Es una competición atractiva por su potencial
y activos para estas grandes fortunas pero que todavía se encuentra a años luz
de la inversión que reciben los clubes de la Premier League de capitales
extranjeros. En Inglaterra, 14 de los 20 equipos que compiten en la primera
categoría del fútbol inglés pertenecen a fortunas extranjeras.
Desde el Leicester que deslumbró
el año pasado, dirigido por el tailandés Aiyawatt Srivaddhanaprabh, hasta la
familia Glazer que regenta el Manchester United. Un fondo incapaz de
rentabilizar sus inversiones en fichajes y que, de forma recurrente, provoca
que un sector de la afición porte los colores verde y dorado de la fundación
del club en señal de protesta contra su gestión. Las islas donde se inventó el
fútbol parecen ahora un paraíso para hacer negocios y especular en torno a un
balón. Al contrario que en España, la mayoría de los billetes que entran en la
Premier, para dotar de liquidez a los clubes, llevan la cara de George
Washington impresa. Arsenal, Liverpool, Crystal Palace y Swansea son algunos
equipos en manos estadounidenses.
En el caso de la liga italiana y
francesa, sólo los grandes clubes han podido atraer las fortunas de los
magnates extranjeros. Al PSG y el Inter se unió a última hora del último cierre
de fichajes el Milan. La negociación entre Berlusconi y la sociedad china
Haixia Capital se alargó más de lo esperado, por lo que el club italiano no ha
podido incorporar nuevas caras a su plantilla. Otro caso llamativo en Italia es
el del Udinese, controlado por el empresario originario de Udine, Giampaolo
Pozzo, que también es dueño del Watford inglés y, hasta hace unos meses, del
Granada CF.
Asia y el fútbol inglés
El fenómeno, en el fútbol
británico, ha llegado hasta la Championship, la segunda división. Aquí once de
los veinticuatro equipos pertenecen a empresas o particulares que no son
originarios de las islas británicas. La mayoría de ellos son asiáticos, como
los propietarios de clubes importantes en la historia del fútbol inglés como
los archienemigos Aston Villa y Birmingham.
'Los Villanos' de Birmingham, la
segunda ciudad más poblada de Reino Unido, son un caso paradigmático. El club,
un histórico de la Premier, descendió el año pasado tras varias temporadas
erráticas. Con sus activos devaluados se convirtió en la presa perfecta para
Tony Xia. Este empresario chino se hizo con el club por 76 millones de libras y
lo incorporó a su multinacional Recon Group, que opera hasta en seis sectores
diferentes como el de la energía o las tecnologías de la información. Su
objetivo, además de hacer negocio, es devolver al club a la élite del fútbol
inglés. De momento, está lejos de los puestos cabeceros.
Alemania, la excepción
La alemana es la única de las
cinco grandes ligas donde se ha instaurado el proteccionismo ante los capitales
extranjeros. En Alemania existe una normativa por la que el club debe poseer al
menos el 50% más una de sus participaciones. Aunque sí existen inversiones de
empresas, éstas nunca pueden tomar el control del club.
Con los equipos de fútbol teutón
sucede algo parecido a lo que ocurre con Real Madrid, Barcelona, Athletic y
Osasuna en España. Algunas excepciones de clubes controlados por compañías son
el Wolfsburgo, cuyo propietario es Volkswagen, y el Bayer Leverkusen, dirigido
por la farmacéutica Bayer.
¿Y si sale bien?
"Quien venga intentará
rentabilizar su inversión y la única manera de conseguirlo es hacer al Celta
más grande", se tranquiliza Méndez, el presidente de la Federación de
Peñas con el que ha hablado este periódico. Aunque tiene dudas de que
"conozcan el tema deportivo a la perfección", se fía de que "el
actual presidente siempre ha dicho que venderá el club al mejor proyecto y no
al mejor postor".
La Liga, por su parte, no tiene
ningún miedo. "Que aparezcan inversores no tiene nada que ver con perder
la esencia de los clubes. Al contrario, un mayor crecimiento del sector implica
que puedan llegar y se puedan retener a los mejores jugadores del mundo",
asegura el director general corporativo de la competición.
Quienes, como las peñas del
Racing, han pasado por una situación parecida, no comparten el punto de vista
oficial: "El fútbol se ha desmadrado con el tema del dinero y se ha
perdido el trato del aficionado con el club. El magnate no siente los colores,
su principal objetivo es hacer negocio", resume Sonia Díaz.
Al margen de las reticencias o la
confianza en estos 'señores del dinero', lo cierto es que, de acuerdo a los
movimientos de los últimos años, los aficionados tendrán que aprender a
convivir con ellos.
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