John Malone, el magnate de los
medios que le hace sombra a Warren Buffett
The wall
street journal -octubre de 2016
Mediante una serie de maniobras
financieras a menudo alucinantes, ha construido el imperio de Liberty Media
Pocas personas han generado más
dinero para sus inversionistas en los últimos 30 años que John Malone. El
magnate de los medios convirtió un reducido grupo de sistemas de televisión por
cable, ensamblados originalmente en los años 70, en Tele-Communications Inc.
antes de venderla a AT&T Inc. por US$48.000 millones en 1999.
Empezando de cero con algunos
resabios de la ex TCI, Malone ha logrado, mediante una serie de maniobras
financieras a menudo alucinantes, construir otro imperio mediático, Liberty
Media. De la mano de Greg Maffei, el presidente ejecutivo de Liberty desde
2005, lo sigue expandiendo.
Los inversionistas han sido bien
recompensados. En la última década, los retornos de inversión de Malone han
superado los de Berkshire Hathaway, el holding de Warren Buffett. Un accionista
de la original Liberty Media en 2004, antes de que separara en compañías
distintas sus operaciones estadounidenses e internacionales, habría obtenido un
retorno anualizado de 13%, comparado con 7,5% en el caso de Berkshire y el alza
anual de 7,7% del índice Standard & Poor’s 500, que agrupa a las mayores empresas
estadounidenses, según los cálculos de Christopher Marangi, codirector de
inversión del grupo de value investing de gestora de activos Gamco Investors,
de Mario Gabelli.
Pese a los jugosos retornos,
todavía queda espacio para crecer. Los múltiples activos y negocios de Liberty
se agrupan en cinco grandes grupos: Liberty Media, Liberty Broadband, Liberty
TripAdvisor Holdings, Liberty Interactive y Liberty Global. La compleja
estructura puede ser difícil de entender para los inversionistas, pero quienes
se han tomado el tiempo de estudiarla la encuentran atractiva.
“La fórmula mágica de Malone
empieza con buenos negocios que están dentro de su competencia principal, luego
instala los equipos de gestión adecuados y hace uso de esas compañías en forma
apropiada”, señala Marangi. Los fondos de Gabelli poseen un portafolio de
empresas de Liberty. “Una de nuestras reglas de oro para invertir en medios de
comunicación y cable es estar en el mismo lado de la mesa que John Malone y
alinear nuestros intereses con los suyos”, añade.
Malone, de 75 años, sigue siendo
la fuerza motriz de Liberty y aún es igual de reacio a pagar impuestos. Liberty
es reconocida por trasladar activos en transacciones que minimizan el pago de
impuestos, como escisiones, la emisión de acciones que siguen el desempeño de
una compañía pero que no otorgan derechos de propiedad —conocidas como acciones
de seguimiento o tracking stocks— y otras maniobras financieras.
“Ningún otro ejecutivo en Estados
Unidos ha dominado la complejidad del código tributario a mismo grado que lo ha
hecho Malone”, señala Robert Willens, experto en impuestos de Nueva York.
“Constantemente quedamos asombrados por las estructuras que él y sus asesores
diseñan para reorganizar sus extensas posiciones, siempre sin consecuencias
tributarias, de la manera más ventajosa”.
En una entrevista con Barron’s,
Maffei, el presidente ejecutivo de las operaciones de Liberty en EE.UU. desde
hace más de una década, dijo que la misión de la compañía es simple: “Tratamos
de crear valor para los accionistas”.
Maffei, de 56 años, y Malone ven
el mundo desde una perspectiva similar y operan un poco como Buffett y su socio
de larga data, Charlie Munger, lo hacen en Berkshire. Ambos se concentran en
estrategia, adquisiciones y asignación de capital y delegan la gestión diaria
de las múltiples empresas del conglomerado. “Nos beneficiamos de nuestra
capacidad de ser accionistas de largo plazo, y a menudo controladores, así como
de nuestra experiencia y conocimiento del sector”, dijo Maffei.
Sin embargo, a diferencia de
Buffett, Malone y Maffei están dispuestos a vender si el precio les parece
adecuado. Orquestaron una venta de DirecTV a AT&T en 2015 en una
transacción oportuna. Liberty ha hecho una labor extraordinaria en cuanto a
asignación de capital y ha priorizado las recompras de acciones en desmedro del
reparto de dividendos. Eso refleja, en parte, la aversión de Malone a los
impuestos. El empresario, quien cultiva un perfil bajo, no estuvo disponible
para este artículo.
El imperio Liberty abarca
empresas con una capitalización bursátil total de US$80.000 millones. Su
participación personal ronda los US$4.000 millones. El empresario es el
presidente de las juntas directivas de cuatro de las cinco compañías Liberty
(la excepción es Liberty TripAdvisor) y tiene el control efectivo de ellas
mediante acciones con supervoto (Clase B), aunque su participación oscila entre
3% y 9%. Maffei controla Liberty TripAdvisor a través de acciones con
supervoto.
La estructura puede dejar mucho
que desear en cuanto a gobierno corporativo, pero pocos inversionistas se han
quejado y muchos grupos de medios controlados por familias cuentan con
estructuras semejantes, incluyendo CBS, Viacom, The New York Times y News Corp,
la matriz de Barron’s y The Wall Street Journal.
El motivo detrás de muchas de las
complicadas maniobras financieras de Liberty es evadir el pago de impuestos por
activos que se tienen desde hace tiempo y cuyo valor se ha disparado, reconoce
Maffei. Liberty ha sabido invertir. Obtuvo una participación de 40% en la
estación de radio satelital Sirius XM Holdings, que ahora vale unos US$13.000
millones, a cambio de un préstamo de US$530 millones durante la crisis financiera
de 2008-2009. También compró 27% de Charter Communications en 2013 a un grupo
de inversionistas institucionales y el valor de esa participación casi se ha
triplicado desde entonces.
A continuación, un vistazo a
algunas de las empresas más interesantes del conglomerado:
Liberty Global. Cuenta con
operaciones de TV por cable en Europa Occidental. Cerca de 37% de sus ingresos
proviene del Reino Unido y la mayor parte del resto se divide de tres países:
Alemania, Holanda y Bélgica. “Las razones para apostar por el cable podrían ser
incluso más fuertes en Europa que en EE.UU.”, dice Marangi, quien subraya que
el riesgo de que la gente suspenda su servicio es más bajo puesto que los
precios de los paquetes de cable e internet rondan los US$50 al mes, la mitad
que en EE.UU.
Se ha hablado de una fusión con
Vodafone, aunque el operador británico de telefonía celular indicó que las
empresas abandonaron las negociaciones. Aunque una combinación tendría que
superar los escollos de los reguladores antimonopolio, brindaría grandes
beneficios, como la oportunidad de ofrecer servicios de línea fija e internet
inalámbrico.
Liberty Media. El reciente
acuerdo para comprar la Fórmula 1 por US$8.000 millones fue bien acogido en
Wall Street. La transacción tiene todas las características de Malone:
complicada y apalancada, con beneficios que incluyen una baja tasa de impuestos
y modestos requisitos de capital. Maffei lo considera “un gran negocio” donde
se pueden explotar oportunidades de patrocinio, derechos de transmisión e
ingresos de las pistas donde se realizan las carreras. La compra, no obstante,
no fue barata y las ganancias de Fórmula 1 antes de intereses, impuestos,
depreciación y amortización no han cambiado mucho en los últimos años.
Liberty Latin America &
Caribbean. La compra en mayo de Cable & Wireless Communications por
US$7.400 millones catapultó al grupo a una posición de liderazgo en TV por
cable, banda ancha y telecomunicaciones en la región. Amy Yong, analista de
Macquarie, escribió recientemente una nota que pocas empresas ofrecen “un
producto de línea fija/celular para consumidores en 20 países y una red de
fibra óptica a lo largo de 30 países”. La adquisición de Cable & Wireless
triplica su facturación.
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