La fábrica de futbolistas que
‘produce’ jugadores de exportación
FORBES- 5 de Octubre de 2016
Jesús Martínez escala su negocio
de formación y venta de jugadores a Sudamérica, la región que más futbolistas
provee a Europa. Quiere llevar su Modelo Tuzo a Colombia y no abandona el sueño
de llegar a España.
El mexicano Jesús Martínez Patiño se encamina
a convertirse en el primer empresario del futbol no sudamericano en
desarrollar futbolistas de manera sistematizada en esa región, que ha sido un
semillero nato de jugadores con calidad de exportación en las ligas más
cotizadas.
Desde hace año y medio, Martínez
comenzó a desarrollar en Argentina, y luego en Chile, una estructura de fuerzas
básicas similar a la del Club Pachuca, el primer equipo profesional que
adquirió hace 21 años en México, al cual añadió en 2001 una Universidad del
Futbol y Ciencias del Deporte. Los prospectos que logre formar en el sur del
continente también nutrirán las filas de sus equipos en México.
Su siguiente paso es replicar esa
fórmula en Colombia, donde está en vías de adquirir un equipo.
Martínez compró en 100,000
dólares el Club de Futbol Pachuca, que pertenece a Grupo Pachuca, la plataforma
desde la que despliega su plan de negocios. El grupo también posee en México
al León de primera división, al Mineros de Zacatecas de la liga de ascenso y al
Coyotes de Tlaxcala de la segunda división, mientras que en el extranjero
controla 80% del Everton de la primera división de Chile, y opera el Club
Atlético Talleres, que juega en la primera división de Argentina.
El 30% de estos seis equipos,
junto con la Universidad del Futbol, donde se forman las fuerzas básicas,
pertenece a América Móvil, del multimillonario Carlos Slim Helú.
Grupo Pachuca también tiene
restaurantes, un hotel, un centro de convenciones, franquicias de Domino’s,
distribuidoras de llantas Michelin, el Salón de la Fama del Futbol y el Centro
Interactivo Mundo Futbol, entre otros negocios.
De acuerdo con información
extraoficial proporcionada por ejecutivos de la empresa, factura alrededor de
3,500 millones de pesos (mdp).
Martínez tiene muy claro por qué
Sudamérica es el mejor lugar para plantar bandera. En la lista de los 10 países
que más futbolistas tienen en el extranjero, Argentina es segundo (sólo detrás
de Brasil), y Colombia octavo, con 929 y 440 jugadores, respectivamente, según
el último reporte de CIES Football Observatory, de octubre de 2015.
La idea es lograr fuera de
México lo hecho en Pachuca. El mejor ejemplo de la jugada que Martínez quiere
repetir es Héctor Herrera, un futbolista surgido de sus filas que en 2013 vendió
en 11.6 millones de euros (mde, equivalentes a 236 mdp) al Porto de la liga
portuguesa. Grupo Pachuca conservó 20% de los derechos del jugador.
Al año, Grupo Pachuca invierte
100 mdp en la formación de los 200 niños y jóvenes que integran sus divisiones
inferiores, desde los nueve hasta los 20 años, quienes reciben alimentación,
educación –desde primaria hasta posgrado–, uniformes, asistencia médica y
psicológica. El gasto es más que redituable si lo obtenido por la venta de un
sólo jugador, como Herrera, puede ser varias veces lo invertido en la formación
de las fuerzas básicas.
Una transacción más jugosa
todavía podría estar en puerta. En la prensa deportiva mexicana e
internacional se llegó a insistir en la inminente salida de Hirving Chucky Lozano
al Manchester United, de Inglaterra, en más de 20 mde (412 mdp). En el
portafolios del club aún quedan Erick Gutiérrez y Rodolfo Pizarro, también con
posibilidades de emigrar al futbol europeo.
Balones de oro
Entre la venta de jugadores y la
de derechos de transmisión en televisión está el renglón de mayores ingresos
para Grupo Pachuca. “Ahí se van, pero yo creo que nuestra línea de jugadores es
más importante en el ingreso. Televisión mejoró muchísimo cuando tomamos la
decisión acertada de separarnos de TV Azteca e irnos por el lado
independiente”, dice Martínez.
Los derechos de transmisión sólo
del equipo Pachuca están valuados en alrededor de 18 millones de dólares (mdd)
al año, incluido lo que pagan Fox Sports y Claro Sports en México y lo que
recibe de Telemundo-NBC en Estados Unidos.
De acuerdo con la institución,
el tercer mayor ingreso de la empresa deportiva son los patrocinios y el cuarto
las entradas a los estadios donde juegan sus equipos.
Martínez no está solo en esta
tarea. Para asegurarse de que el modelo de formación de jugadores será
implantado correctamente, echa mano de familiares y amigos, quienes conocen
perfectamente su filosofía: en León está Jesús Martínez Murguía (su hijo); en
Zacatecas Armando Martínez Patiño (su hermano); en Talleres Andrés Fassi (a
quien considera su hermano), y en Everton Pedro Cedillo (su sobrino). Él y
Andrés Fassi se encargan del Pachuca.
La internacionalización de Grupo
Pachuca hoy pasa por la ciudad argentina de Córdoba (sede del Talleres) y la
chilena Viña del Mar (casa del Everton), donde a juicio de los directivos
mexicanos el talento para jugar al futbol no ha sido explotado en todo su
potencial.
Además de la exportación, el
grupo también pretende abastecer de jugadores a sus seis equipos, por lo que
los canteranos y no canteranos irán de una a otra plaza, como ya ha comenzado
a ocurrir. Un caso es el de Carlos Fernando Velázquez, el veterano portero de
Mineros de Zacatecas, que se fue a jugar al Everton esta temporada, al igual
que un par de jóvenes, también mexicanos, quienes necesitan desarrollar su
talento en otro lado.
Escuadras del torneo mexicano
como Jaguares de Chiapas, Veracruz o Puebla, sólo tienen equipo para la
primera división y tal vez una sub-20 y una sub-17, por lo que si sus jóvenes
no dan resultados pronto, deben irse a otras instituciones, analiza Luis
Edoardo Gutiérrez Ávalos, ejecutivo de Marketing Deportivo de la agencia PMKT.
En cambio, Pachuca tiene equipo
en todas las divisiones, pero además puede enviar a sus jugadores a otra plaza
para que terminen su formación.
En el llamado Modelo Tuzo que
Martínez desembarca en Sudamérica, la relación entre los costos y los beneficios
puede ser más favorables para la empresa, pues el valor de las cartas de los
jugadores de Sudamérica suele ser superior al de un futbolista mexicano –pese a
que Pachuca se ha caracterizado por no malbaratar a su fuerzas básicas.
“Imagínate lo que costó Vidal
(Arturo, de Chile), o lo que costó Higuaín (Gonzalo, de Argentina), claro que
estamos viendo todo ese mercado. Desgraciadamente (en comparación con) el
mercado mexicano, el jugador argentino cuesta mucho más”, indica Martínez.
A modo de ejemplo, el directivo
dice que si los derechos de un futbolista mexicano vale 1 mdd, el de un chileno
vale 2 mdd y el de un argentino 3 mdd.
Por lo tanto, el plan con
Talleres en Argentina es la exportación de jugadores, pues difícilmente podría
vender la carta de alguno en el país sudamericano, donde lo usual son los
préstamos de futbolistas entre los clubes, asegura Jorge Badillo Nieto,
especialista en marketing deportivo e investigador de la Universidad
Iberoamericana.
Los directivos del grupo
encuentran un potencial enorme en Chile, porque incluso sus jugadores se
pueden adaptar muy bien al futbol mexicano, pues son rápidos y tienen técnica.
Badillo Nieto agrega que en este futbol es un poco más común la venta de
jugadores entre los equipos de la liga, aunque está seguro que en cuanto Grupo
Pachuca tenga una estructura tan sólida como la de México, apostará a la
exportación.
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Cuna del futbol
Las cosas no fueron fáciles para
el equipo Pachuca. Estuvo a punto de llegar a la primera división en la
temporada 1994-95, pero perdió la final ante el Atlético Celaya, y cuando por
fin lo logró en el invierno de 1996, sólo le duró el gusto unos meses, pues
regresó a la división de ascenso el año siguiente.
A pesar de ese descalabro,
Pachuca conservó su estructura, tanto de fuerzas básicas como de escuelas. La
Universidad del Futbol, ubicada en la ciudad de Pachuca, ha sido clave.
Actualmente cuenta con gimnasios, canchas de futbol y con el centro Alto
Rendimiento Tuzo (ART), donde viven los niños y jóvenes que luego se
convertirán en futbolistas profesionales.
Ahora prepara una inversión de
entre 300 y 400 millones de pesos (mdp) para añadir al complejo una escuela de porteros,
un edificio de tres pisos para las fuerzas básicas sub-18 y sub-20 y para el
plantel profesional, así como un miniestadio para 5,000 personas donde jugarán
estas divisiones inferiores.
En dos o tres años el equipo
hidalguense se convertirá en la mejor fábrica de jugadores del país, vaticina
Badillo Nieto, por encima del Club Deportivo Guadalajara, el cual ha destacado
en este campo en años recientes. Hace énfasis en que el problema es Jorge
Vergara, su propietario, quien suele dar golpes de timón, como crear un área
nueva y luego desaparecerla o despedir a los directores deportivos.
En cambio, todo en el Club
Pachuca está estandarizado. “El entrenamiento, el reclutamiento, el desarrollo
técnico, la manera de jugar y la manera de vivir van alineados y todos estamos
jalando para un mismo sitio”, expone Marco Antonio Garcés Ramírez, director
Deportivo de la institución hidalguense.
Todas las divisiones juegan de la
misma manera, desde los niños de primer ingreso, a los nueve años, hasta la
primera división, quienes saben cómo se tiene que organizar el juego, defender,
construir, atacar y hacer las transiciones cuando se recupera o pierde el
balón.
“Indudablemente Pachuca es una
institución que vende muy bien a sus jugadores por todo lo que les ha dado, hay
una formación, un trabajo detrás y un rendimiento, y eso lo saben los equipos
europeos”, afirma Bruno Marioni, ex futbolista que militó en la institución en
2008.
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Una jugada más
Ahora Grupo Pachuca aterrizará en
Colombia, país también caracterizado por la exportación de jugadores.
Hubo pláticas con los dueños del
Once Caldas, pero el Modelo Tuzo no encajaba, dado que el club está ubicado en
una población alejada de Medellín y sin potencial para desarrollar una
universidad, ni una masa considerable de población. Martínez se muestra
paciente. “No sé si en cuatro, en tres o en dos años (concrete una compra), no
llevo prisa”, comenta.
El sueño que el directivo no da
por perdido es la compra de un equipo en Europa. “Ojalá y al Oviedo (que tiene
inversión de Slim) le vaya muy bien y suba a primera división de España, porque
ahí podemos hacer mucha sinergia (de jugadores)”, expresa Martínez.
Pero antes tiene mucho que hacer,
pues en muy poco tiempo Grupo Pachuca pasó de dos a seis equipos, por lo que
ahora viene una etapa de consolidación y de poner atención en una nueva oleada
de posibles estrellas con nivel de exportación, como Steven Almeida o Juan José
Calero, este último, hijo del portero colombiano Miguel Calero, quien fuera uno
de los símbolos de la institución.
Hugo Salvatierra-Editor Adjunto
de Forbes México. Periodista, lector y paseante; cinéfilo por naturaleza, pero
siempre olvida los nombres de las películas… de los actores, ni hablar.
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