El médico latinoamericano que cuida los
cerebros de los astronautas en la NASA
FORBES-
6 de Octubre de 2016
El
doctor José Ignacio Suárez conduce actualmente tres investigaciones
relacionadas con padecimientos cerebrales, una de ellas se realiza a partir del
monitoreo de los cerebros de los astronautas en las misiones de la NASA, los
resultados han arrojado nuevos focos de alerta para la vida cotidiana.
Probablemente,
la idea de abordar un cohete para una misión espacial suena como algo lejano,
sin embargo, algunas situaciones cotidianas exponen a tu cerebro a niveles de
estrés similares a los que sufren los astronautas que exploran el espacio en
condiciones de presión distintas a las de la Tierra.
José
Ignacio Suárez es un neurólogo colombiano que lleva más de 20 años estudiando
las causas de los principales padecimientos cerebrales desde el Texas Medical
Center, en Estados Unidos. Es titular de la sección de cuidados vasculares
neuronales en el Baylor College of Medicine y es considerado una eminencia en
su área en el hospital Baylor St. Luke’s.
“Una de
nuestras líneas de estudio es una investigación muy interesante que
realizamos con los astronautas de la NASA. No sólo se trata de monitorear la
actividad cerebral, hemos descubierto que los cambios que ocurren en el cerebro
de los astronautas arrojan resultados que no nos esperábamos, hay niveles de
hinchazón que varían dependiendo de la presión y estamos determinando qué
sucede y por qué se dan esos cambios”, explica.
¿Cómo
puede esto afectar a la vida cotidiana? El doctor Suárez explica que, con la
intención de llevar una vida cada vez más saludable, muchas personas han
adoptado la práctica de deportes extremos, ejercicio de alto impacto prolongado
y montañismo como actividades cotidianas.
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“Hay
una proporción muy alta de la población que está practicando cada vez más
deportes extremos, y actividades como montañismo, eso pone al cerebro en
situaciones de estrés similares a las que observamos en el espacio. Por otra
parte, también hemos visto que hay muchas enfermedades que están relacionadas
también con obesidad y niveles de azúcar, que desencadenan principalmente
padecimientos de presión cerebral”, señala.
De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren alrededor de
siete millones de personas por accidentes vasculares cerebrales.
“Los
ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser
fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la
sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa más frecuente es la
formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que
irrigan el corazón o el cerebro. Los AVC también pueden deberse a hemorragias
de los vasos cerebrales o coágulos de sangre. Los ataques cardíacos y
accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su causa en la presencia de una
combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas
malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la
hipertensión arterial, los cambios de presión y altitud, la diabetes y la
hiperlipidemia”, expone una nota descriptiva de la OMS.
Enfermedades
silenciosas
Los
accidentes vasculares cerebrales son eventos que generan un fuerte impacto en
los pacientes que los sufren, no sólo generan riesgo de pérdida de movilidad,
sino que comprometen las funciones vitales en poco tiempo.
En
opinión de José Ignacio Suárez, el factor más difícil de asimilar cuando hay un
evento neurológico es el hecho de que es un padecimiento silencioso que emite
pocas alertas.
“Es
importante vigilar la presión arterial de manera permanente, acudir a revisión
en caso de variaciones constantes en la presión arterial o en presencia de
sensaciones de mareo”, recomienda.
La
altura importa
Las
otras dos investigaciones en curso abordan la posibilidad de tener tratamientos
menos invasivos y, por otra parte, evaluar el impacto del factor altura en los
tratamientos.
“Una de
las investigaciones es en conjunto con la República de Ecuador, la mitad de la
población de ese país vive a una altura por encima de 2,500 metros sobre el
nivel del mar. Las personas que tienen una vida cotidiana a esta altura
responden diferente a los tratamientos que quienes viven a nivel del mar”.
El
especialista alerta acerca de que, en América Latina, hay 30 millones de
personas que viven por encima de esa altitud, los tratamientos no pueden ser
los mismos.
Viridiana
Mendoza Escamilla-Editor Web Sr. de Forbes.com.mx. Fan de la cultura
emprendedora y las preguntas difíciles. Sus vicios: viajar, conocer personas y
contar las historias que se atraviesan en ese camino
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