De cómo se perdieron radio y
televisión
FORBES- 10 de noviembre de 2016
Entre las causas que analiza el
autor están las reiteradas crisis económicas e internacionales que presionan
los presupuestos publicitarios en busca de mejores y creíbles inversiones.
El sonido de la voz es idéntico
al de ella. Suena el teléfono y te asalta entrecortada, llorando, diciendo que
se metió en un problema muy grave y que necesita que la ayudes. Inmediatamente
después una voz masculina, agresiva te dice que esto es serio, que es un
secuestro express y que si quieres volver a ver a la víctima tienes que pagar
un dinero. Si, ya sé que suena harto predecible y que parecería imposible que
cayera por un momento en el susto del momento, pero es necesario hacer una
importante anotación: esa mañana ella se despertó más temprano que de
costumbre, preocupada por una reunión de trabajo así que salió dejando un
patrón de su paso no común. La luz prendida, ropa tirada, baño desordenado. Con
esa sensación presente, un leve desasosiego por la situación en que partió, que
me imaginaba tensa, veo las noticias. La primera nota es la de una mujer
española que secuestraron y que acababa de aparecer muerta en un canal de
desagüe. En ese momento es cuando entra la llamada del supuesto secuestro
express. Después del primer susto y entendiendo el fraude -llame a su trabajo
por otro teléfono en lo que me ‘hacia la victima’ y hable con ella-, me quede
reflexionando sobre la funcionalidad de los medios en los tiempos que estamos
viviendo. Dar la nota de una mujer secuestrada que aparece muerta, sin nunca
anunciar el seguimiento o conclusión de la misma, no solo abona al stress del
público, también abona a la sensación de impunidad de los delincuentes que
reciben la información de que no importa lo que hagan, que sea nota nacional,
no tienen consecuencias. No son castigados por ningún delito. Entonces, ¿qué
sentido tiene difundir una información alarmante?
En la década de los 90 la media
convencional en México inició un descenso en contenidos de la mano de los
intereses de la política en acción. Atacada la media por negociaciones
publicitarias cada vez más complejas y exigentes de contenidos de calidad e
innovadores en el área de entretenimiento, encontró una ruta de fácil y rápida
retribución: solo era cosa de crear un espacio informativo y el presupuesto
público, político, gubernamental, comenzaría a fluir. Así, entre 1995 y 2016
nos hemos visto cada vez más inundados de programas de comentario, noticiarios,
programas de análisis, de debate, mesas redondas, etc., en radio y tv, que
representan el mayor ingreso financiero de los corporativos de comunicación
irónicamente contribuyendo con esta acción a un control gubernamental de la
información como nunca antes, y, por otro lado, a una decadencia total en los
contenidos de entretenimiento, función complementaria necesaria de la mass
media.
Las reiteradas crisis económicas
nacionales e internacionales que presionan los presupuestos publicitarios en
busca de mejores y creíbles inversiones, solo han hecho cada vez más estrecha
la colaboración entre medios y presupuestos públicos, lo mismo que las crisis
políticas que han encontrado en la media el terreno para el combate faccioso,
así como la herramienta para denostar, atacar, amenazar a contrincantes o
enemigos del sistema, y distribuir propaganda disfrazada de información.
Pero el desgaste en credibilidad
al abusar de un solo formato, alcanzo a la media que, sin inversión en talento
y contenidos de entretenimiento en 20 años, se encontró en una profunda crisis
de contenidos en general, incrementada por el surgimiento de nuevas tecnologías
de entretenimiento que han penetrado el mercado agresivamente –como Netflix,
Roku, Radio por Internet-, exponiendo la vulnerabilidad de la media que, al no
armonizar todos sus contenidos en un sentido creativo y expansivo, ha perdido
credibilidad en la excesiva exposición de contenidos informativos y politicos
tendenciosos, de los que ha perdido el control debido al compromiso que
significa el ingreso por ese medio para garantizar su supervivencia.
Claramente llegando tarde a la
competencia por la atención del gran público, radio y tv en México cada año
pierden más sus ingresos publicitarios y los números de audiencia y share,
todos, los presupuestos publicitarios y la audiencia, emigrando a Internet en
donde se está dando la nueva batalla del siglo XXI por la atención, información
y entretenimiento, con una total libertad del usuario de poder evitar
informaciones estresantes sin sentido que, sin ninguna reflexión del momento
por parte de los corporativos de la media convencional, siguen transmitiéndose,
incluso, sin un solo sentido de responsabilidad social.
Luis Gerardo Salas-Creador y
fundador de Rock 101 desde la FM hasta rock101online.mx siempre explorando
nuevas formas de provocacion. En el curriculum dice: Rock Stock, W Radical, y
una lista larga de noches que se convirtieron en mañanas llenas de música. Al
aire todos los días, menos miércoles, de 6 a 8pm.
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