Los robots ‘colaborativos’ llegan
a las fábricas
The wall
street journal -noviembre de 2016
Empresas como Whirlpool, Boeing y
GM están remodelando sus plantas con máquinas que pueden detener sus labores si
una persona tropieza con ellas
MARION, Ohio, EE.UU.—Un nuevo
empleado ha conquistado el corazón del personal de la planta de Whirlpool Corp.
en esta localidad: se trata de un robot llamado Chappy.
Los empleados de la fábrica de
secadoras de ropa dicen que se han encariñado con estos robots programables con
un solo brazo que han asumido algunas tareas repetitivas, trabajando en
concierto con sus colegas humanos. Este robot, que tomó el nombre de la
operaria humana cuyas labores heredó, saca fotografías de los productos para
buscar defectos.
“Si puedo conseguir algo de ayuda
para hacer mi trabajo, estoy totalmente a favor”, dice Karen “Chappy” Beidler,
que ahora tiene tiempo para concentrarse en revisar y arreglar las conexiones
de cableado. “Es la tecnología ayudando a la mano de obra humana, una
combinación imbatible”.
Whirlpool y otras empresas están
remodelando sus plantas en torno a los “robots colaborativos” que pueden
detener sus labores si una persona tropieza con ellos. Esa precaución les
permite operar en espacios reducidos con poca o ninguna barrera protectora.
En la fábrica de General Motors
Co. en Lake Orion, Michigan, los robots colaborativos apilan neumáticos de
repuesto y aplican pegamento caliente en los modelos Chevrolet Sonic y Buick
Verano. En la planta de la automotriz alemana BMW AG en Spartanburg, Carolina
del Sur, ayudan a instalar puertas y parabrisas. En una planta del fabricante
de aviones estadounidense Boeing Co. en Australia alisan partes remachadas de
los 787, algo que pronto podrían hacer en una fábrica de Charleston, Carolina
del Sur.
Los economistas atribuyen el
descenso a largo plazo de los puestos de trabajo en el sector manufacturero de
Estados Unidos en parte a la automatización, pero las empresas aseguran que la
tendencia más reciente en automatización está más dirigida a mejorar la
seguridad y aumentar la productividad que a recortar empleos.
Al ayudar a los fabricantes a
aumentar la eficiencia, dicen los ejecutivos, los robots permiten que las
fábricas de EE.UU. sean más competitivas frente a las de países con salarios
más bajos. Si costos más bajos se traducen en más ventas, las empresas se
podrían expandir y crear más empleos que requieren una mano de obra más
calificada.
Los fabricantes de América del
Norte instalaron más de 28.000 robots el año pasado, según la Asociación de
Industrias Robóticas. Los robots colaborativos representan apenas una fracción
del total, pero dicha organización sectorial planea hacer un seguimiento de sus
ventas conforme compañías como Fanuc Corp. y Yaskawa Electric Corp. lancen
nuevos modelos. ABI Research predice que el mercado de robots colaborativos
ascenderá a más de US$1.000 millones en 2020, frente a US$95 millones en ventas
mundiales el año pasado.
En el año transcurrido desde que
empezó a comercializarlos, Fanuc América ha vendido menos de 100 robots, indica
Rick Maxwell, su director de ingeniería, quien proyecta que las ventas de estos
robots colaborativos podría crecer significativamente. “Hay una tremenda
cantidad de interés” en el mercado, afirma.
Jeff Burnstein, presidente de la
organización de robots, dice que las máquinas ayudan a los fabricantes
estadounidenses a competir contra mano de obra más barata en el extranjero,
pero agrega que también tienen límites. No son tan fuertes como los robots más
grandes y puesto que se mueven más lentamente para no amenazar la seguridad de
sus colaboradores humanos, no siempre son tan eficientes.
“Hay muchas aplicaciones para las
que no son adecuados”, reconoce Burnstein.
Panther Global Technologies, un
fabricante de cigüeñales, motosierras y componentes para herramientas de patio
domiciliado en Wixom, Michigan, utiliza los nuevos robots para aumentar la
eficiencia de su planta estadounidense. El próximo año, una década después de
haber despedido a gran parte de su fuerza laboral en EE.UU. y trasladar su
producción al extranjero, la empresa planea cerrar una de sus dos plantas en
China y repatriar unos 40 empleos.
“Sin ellos [los robots
colaborativos] habría sido imposible”, afirma el presidente ejecutivo de
Panther, Don Leith.
El fabricante danés Universal
Robots vende robots de un brazo por hasta $45.000. Estas máquinas pueden
trabajar durante todo el día, tomando el lugar de los trabajadores en tres
turnos. Cada empleado humano de producción gana un promedio de US$36.220 al
año, sin incluir horas extras, prestaciones de salud y otros beneficios, según
el Departamento de Trabajo de EE.UU. Las empresas también dicen que los robots
generan ahorros de costos porque aplican materiales como el pegamento de manera
más eficiente.
Los ejecutivos añaden que los
robots liberan a los trabajadores de tareas monótonas y exigentes que pueden
provocar lesiones. Los trabajadores de fábrica son los que tienen más
probabilidades de sufrir accidentes laborales a causa de movimientos
repetitivos, según el Departamento de Trabajo de EE.UU.
“Hay ciertamente un beneficio de
productividad, pero estamos viendo múltiples beneficios adicionales”, dice Jim
Keppler, vicepresidente de cadena de suministro integrada y calidad para
América del Norte. El ejecutivo no quiso decir cuántos costos han reducido los
robots.
Keppler señala que los
trabajadores serán reasignados a medida que nuevos robots asuman algunas de sus
tareas. Whirlpool ha visto ahorros de mano de obra y otros beneficios, pero
Keppler recalca los robots colaborativos no pueden hacerlo todo. “Estos robots
nunca van a reemplazar a nuestra fuerza laboral”, asevera.
En la fábrica de Whirlpool en
Marion, ocho robots colaborativos ayudan a 2.200 empleados a producir alrededor
de 18.000 máquinas secadoras al día. Además de revisar los aparatos para
detectar posibles averías, mueven los tambores grandes, instalan los motores y
prueban las trampas de pelusa.
Los líderes de la fábrica de
secadoras de Whirlpool evalúan más de 40 labores que los robots colaborativos
podrían hacer. “Ahora mismo estamos rascando la superficie”, observa Keppler.
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