Transformando conflictos en
oportunidades
FORBES- 14 de agosto de 2017
Las diferencias entre los
integrantes de la familia empresaria, no sólo limitan la capacidad de
crecimiento de la empresa, sino que reducen su esperanza de vida.
En la constitución de una empresa
familiar, las ilusiones de éxito y desarrollo parental juegan un papel
importante. Sin embargo, es usual que con el paso del tiempo terminen por
diluirse ante conflictos relacionados con el patrimonio, la gestión empresarial
y la sucesión.
Los conflictos entre el personal
o propietarios de una empresa pueden afectar notoriamente su estabilidad,
principalmente si se trata de una empresa familiar, teniendo en cuenta que, más
del 90% del total de las empresas del país son de carácter familiar.
Para hablar de conflictos es
importante establecer que éstos se pueden definir como la dificultad que existe
entre dos o más miembros de la familia que no comparten la misma visión frente
a uno o varios temas específicos.
Hay toda una tipología que puede
presentarse en cualquiera de los tres círculos que conforman la empresa, como
son la familia, la empresa y la propiedad. En ese orden de ideas, los
conflictos de la familia son más de tipo psicológico o también de tipo
emocional, en los cuales se entra en conflicto simplemente porque un hermano no
se entiende con otro, porque se presentó un divorcio o porque el padre
favoreció más a un hijo que a otro en lo referente al poder o a la asignación
salarial, solo por mencionar algunos bastante comunes.
Hay conflictos en la empresa que
se derivan de circunstancias en el manejo de la misma, como por ejemplo que un
miembro de la familia se oponga a la valoración de la compañía o creerse la
persona más idónea para manejar un cargo específico por el solo hecho de ser
integrante de la familia.
En el aspecto propiedad hay una
serie de conflictos derivados de los temas inherentes al patrimonio, como las
políticas de distribución de los dividendos y la sucesión, porque no hay
determinadas empatías o reglas claras de juego en diferentes temas referentes a
la propiedad. Es importante tener en cuenta que los conflictos no son
necesariamente negativos. Para muchas empresas familiares se constituyen en una
oportunidad para crecer, desarrollar la empresa o encontrar nuevos caminos.
También hay conflictos mayores o
irreconciliables, como por ejemplo cuando al pasar de la primera a la segunda
generación dos hermanos tienen puntos de vista opuestos sobre el rumbo que debe
tomar la empresa y en esos casos es mucho mejor venderla. O cuando hay un
divorcio de alguno de los miembros y esto afecta el patrimonio de la empresa.
En este tipo de casos, no hablaríamos de una resolución de conflictos sino de
un mecanismo más radical mediante el cual se toman decisiones tajantes cuando
estos procesos son bastante traumáticos.
Vamos a la raíz del conflicto
Lo más importante es entender
cuáles son las causas que generan conflictos. En la práctica de la consultoría,
es posible detectar que estos se dan de acuerdo con la posición en que se
encuentra cada uno de los integrantes de la empresa. Es decir, una cosa es lo
que quieren los miembros de la familia que no trabajan en la empresa y son
propietarios, otra los miembros de familia que trabajan en la empresa y son
propietarios, y otra los que no son propietarios, pero trabajan en la empresa y
en un futuro esperan ser propietarios.
En un momento dado puede haber
posiciones difíciles porque cada uno de estos grupos tiene intereses
particulares, por lo que otro aspecto para tener en cuenta es establecer
principios y valores que busquen el interés colectivo sin ir en contra de los
intereses individuales. Cuando en una empresa hay diferentes tipos de
propietarios y de trabajadores siempre puede haber conflictos latentes, por lo
que otro aspecto importante para tener en cuenta es que los miembros de la empresa
que administran el patrimonio familiar o el tema de recursos humanos estén
atentos a hacerle seguimiento a cualquier situación que genere conflictos o
simplemente roces.
Si bien no hay estadísticas que
confirmen si en las empresas familiares se generan mayores conflictos que en
las no familiares, sí hay algunos estudios que demuestran que el tema de los
conflictos si cobra mucha importancia en las empresas de familiares, pues está
comprobado que aquellas que han logrado sobrevivir por muchas generaciones y
trascender es porque han generado unos mecanismos de resolución de conflictos
efectivos.
Para lograr la resolución de los
conflictos es importante tener en cuenta el tipo de familia y de empresa. En
muchas familias es usual encontrar un tío o persona de reconocido prestigio y
valores que siempre ha cumplido el rol de mediador porque es un personaje en el
que la mayoría de los miembros cree y confía y que de alguna manera asume ese
rol, entonces se le suele llamar para que sirva de mediador ante un conflicto
que se da entre los miembros de la familia, pero que afecta directamente los
intereses de la empresa.
En otros casos, cuando el
conflicto es generado por el choque de intereses individuales de los diferentes
miembros de la familia o de la empresa sobre decisiones trascendentales, es
aconsejable recurrir a un asesor externo que tenga una posición objetiva frente
a las partes en conflicto.
Es importante activar la
capacidad transformadora de la familia, esta es la manera que tiene la familia
de tomar acción y atacar el conflicto transformándolo en comportamientos
constructivos que puedan ser de beneficio para la empresa y la familia.
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