Cuatro verdades de la inteligencia emocional
FORBES – 23 de agosto de 2017
La Inteligencia Emocional es un
factor importante para el éxito profesional y es un pilar en posiciones de
liderazgo. Conforme avanza la carrera el EQ supera la importancia del IQ.
La inteligencia emocional (EQ) ha
sido la palabra de moda por años. Se dice que los líderes más exitosos tienen
alta inteligencia emocional. Además, que aquellos con un EQ alto tienen más
probabilidad de ser exitosos en sociedad. Aunque es cierto que el EQ determina
el nivel de éxito, no es el único factor de éxito. Existen al menos cuatro
verdades acerca del EQ que podrían hacer una diferencia en como manejamos
nuestra vida y profesión.
El EQ no es el mejor determinante
del éxito profesional
De acuerdo con Daniel Goleman,
“No existe duda que el IQ es por mucho el mejor determinante del éxito
profesional, en el sentido de predecir qué clase de trabajo eres capaz de
mantener. Típicamente se necesita un IQ superior a 115 para ser capaz de manejar
la complejidad cognitiva que enfrenta un contador, un médico o un alto
ejecutivo. Sin embargo, he aquí la paradoja: una vez que estás en una posición
de alto IQ, el intelecto pierde su poder para determinar quién emergerá como
empleado productivo o como un líder efectivo. Es por ello que, el cómo te
manejes a ti mismo y tus relaciones -en otras palabras, tu conjunto de
habilidades de inteligencia emocional- importan más que tu IQ. En un conjunto
de trabajos de alto IQ, habilidades como la disciplina, el manejo y la empatía
marcan a aquellos que emergen como sobresalientes”. Lee el argumento completo
que Goleman escribió para Time.
Habiendo dicho esto, en el
principio de una carrera profesional, el IQ es un mejor determinante de éxito,
pero una vez que has alcanzado una posición de liderazgo, ambos, el IQ y el EQ,
juegan un papel de igual importancia. En una posición de alto liderazgo, el EQ
juega un papel más importante que el IQ.
La inteligencia emocional es
mucho más que ser empático o “bueno”
Existe una mala concepción
general de que una persona con un alto EQ es empática, amable y políticamente
correcta. Y aunque en cierta forma es verdad, un líder con inteligencia
emocional muestra más que esas tres cualidades de la personalidad. Él o ella
muestran un entendimiento profundo de su propia conciencia y la de los demás,
siendo capaces de manejar las reacciones emocionales y mantener una fuerte
relación con los demás. Por supuesto, la parte de “ser empático y bueno” es la
más fácil de observar por los demás, por lo tanto, explica la mala concepción.
El EQ es más importante que el IQ
La inteligencia emocional debe
trabajar en conjunto con otras funciones mentales y cognitivas. En otras
palabras, el EQ necesitará trabajar junto al IQ. Los estudios han demostrado
que la inteligencia emocional no puede funcionar de manera aislada y que tiene
una relación interdependiente con la inteligencia intelectual y otras
inteligencias.
La inteligencia emocional puede
ser aprendida y aumentar hasta cierto punto
De acuerdo con Tomas
Chamorro-Premuzic, Profesor de Psicología de Negocios de la University College
London, nuestro nivel de EQ es firme pero no rígido, lo que significa que puede
ser mejorado hasta cierto punto mediante esfuerzo consiente. Las mejoras a
largo plazo requerirán dedicación y entrenamiento significativo. Además, como
cada individuo tiene el temperamento inherente diferente, la inteligencia
emocional interna está limitada a la predisposición natural. Sin embargo, el EQ
externo debe ser mejorado gradualmente, y la mayoría de las personas maduran
gradualmente con la edad.
En conclusión, para que alguien
sea exitoso, la inteligencia emocional debe trabajar en conjunto con la
inteligencia intelectual y las otras inteligencias. Puede ser mejorada a través
de diversos esfuerzos, pero existe cierta limitante debido a la predisposición
natural y el temperamento inherente. Así que, cuando alguien dice que el EQ es
el único determinante del éxito, está equivocado. Necesitamos diferentes tipos
de inteligencias para funcionar. Sin Embargo, cuando has alcanzado una posición
de liderazgo, la inteligencia emocional será valiosa para mantener una sólida
relación con los otros y para la administración de sí mismo.
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