La razón por la que los empleados se
encuentran desmotivados
FORBES- 29 de marzo de 2019
Tres son los aspectos que hacen
conectar a la gente con su organización. Si las empresas no se focalizan en
ellos y solo lo hacen en los beneficios económicos, el riesgo de su
desaparición estará latente.
Una vez más, hace un par de años,
la organización Gallup encontró que 9 de cada 10 empleados no están
comprometidos y motivados en su trabajo. ¿Qué está ocurriendo en las empresas?
Para los mandos directivos y
líderes empresariales, lo más importante es identificar las razones de
satisfacción o insatisfacción en el trabajo. Gallup descubrió 12 razones que
explican lo anterior, filtrando para ello más de un millón de encuestas a
empleados y directivos de diversas naciones. Encontró que dichas razones se
correlacionan con altos niveles de excelencia en las empresas y las divulgó en
el libro “12: The Elements of Great Managing” (Rodd Wagner, James K. Harter).
Sus hallazgos son capitales para
las empresas. Encontraron, en primer lugar, que en las organizaciones de
excelencia trabajan personas que conocen bien lo que se espera de ellas, más
allá de la descripción de su puesto; además, sienten que su trabajo es
importante y se identifican con la misión o propósito de la empresa; los mandos
(o alguien más) se preocupan por ellas en un plano personal y sus opiniones e
ideas son tomadas en cuenta, entre otros factores.
Me gustaron tanto las
conclusiones de Gallup que desarrollé una auto-evaluación didáctica basada en
sus 12 hallazgos. Dicha herramienta está disponible −gratuitamente para ti,
lector− en el sitio peopleapp.online. Se trata de un test muy breve que arroja
conclusiones automáticas y únicas porque reflejan las respuestas obtenidas.
Conocer estos factores es
importante, particularmente la medida en que nuestra organización cumple o no
con ellos, pero lo más relevante consiste en plantearnos por qué la gran mayoría
de las empresas en todo el mundo resultan mal evaluadas.
La razón es simple: debido a su
naturaleza competitiva y a las presiones del mercado, las empresas terminan
privilegiando los resultados económicos por arriba de la gente, invirtiendo la
ecuación correcta: people first, then profit.
Es importante entender que el
involucramiento, el compromiso y la lealtad de la gente no se consigue mediante
órdenes, tampoco se compra. La gente conecta con la organización en tres
niveles: 1. racional; 2. Motivacional, y 3. emocional. El nivel racional
ilumina la inteligencia para apreciar un futuro que vale la pena (visión); el
nivel motivacional transforma esta intención en decisión (acción); el nivel
emocional aporta la energía que mueve a acometer ese gran proyecto y a sostener
el esfuerzo hasta lograrlo (pasión).
De esta manera, a la visión sigue
la acción sostenida por la pasión, tres elementos constitutivos del liderazgo
efectivo. En una empresa puede haber gente desorientada (falta de visión),
desencantada (falta de motivación) o desconectada (falta de pasión). En el peor
caso, prevalecen emociones negativas como el temor, la tristeza, la ira e
incluso el rencor.
Las empresas operan con arreglo a
cierta estructura que incluye una organización y cierta manera de gobernarlas,
con jerarquías, funciones y relaciones intersubjetivas, políticas, normas y
procesos. Sin embargo, pocos directores saben dirigir la parte invisible de la
organización: la cultura, es decir lo que no se ve; lo que es creación humana y
por tanto no es natura. Se trata de un poderoso activo intangible que refleja
la personalidad, las creencias y los valores de los fundadores o líderes a lo
largo del tiempo.
¿Cómo se forjan las culturas en
las organizaciones? Normalmente en forma inconsciente. Los actos de unos y
otros se refuerzan mutuamente, por imitación o coherción, mediante ciertos
lenguajes, símbolos y valores compartidos, de manera que van cristalizando
hasta formar hábitos colectivos. La organización da forma, finalmente, a un
“así hacemos las cosas aquí”; es decir, construye sin saberlo un marco
invisible de actuación al que se suele denominar “cultura”.
Con el paso de los años, en las
organizaciones prevalecen sistemas de creencias y valores compartidos. Por un
lado, las creencias conectan con la visión y con la manera de actuar; por otro,
los valores lo hacen con las pasiones. Dichos sistemas inciden directamente en
los resultados.
Para conocer la cultura actual es
necesario recurrir a cuestionarios, entrevistas y mesas redondas (focus
groups), además de la observación detallada de las operaciones y de las
conductas individuales.
Cambiar la cultura de una
organización es un proyecto arduo, que requiere años de esfuerzo. Por otra
parte, cambiar la estructura es comparativamente más sencillo y por ello es lo
más común en el management. Es más fácil dirigir lo que es visible que lo
invisible; es más fácil imponer y dirigir que motivar en un clima de libertad.
Una empresa puede cambiarlo todo
excepto sus creencias y valores básicos. Cuando estos no existen, la empresa
puede dejar de existir.
En una columna que escribí acerca
del futuro de la televisión, comentaba que una de las tendencias más
representativas por las que atraviesa la industria es la consolidación. Cada
vez más, las compañías están adquiriendo otros conglomerados, se están
fusionando y anunciando alianzas. Esto se debe a que estamos viviendo una
coyuntura en donde existe una fuerte convergencia entre la tecnología y los
medios. La tecnología se está tomando a los medios y esto está impactando al
negocio porque, al final del día, los consumidores tienen más opciones.
Las empresas continúan
expandiéndose y siguen en la búsqueda de su próxima oportunidad de crecimiento.
Desde la entrada en nuevos mercados hasta el lanzamiento de nuevos productos y
servicios, cada opción requiere diligencia y una estrategia de comunicación
inteligente desde una perspectiva interna y externa de las audiencias
interesadas.
Las fusiones o adquisiciones
planificadas son una excelente manera de acelerar el crecimiento a través de la
adopción de nuevas tecnologías, conocimiento, mercados y alcance geográfico.
Dicho esto, muchas empresas que cotizan en bolsa fallan en este proceso debido
a una desacertada gestión que no cumple con las expectativas de sus públicos de
interés, además de no lograr aterrizar un plan financiero que contemple una
robusta perspectiva empresarial y de comunicaciones.
Por medio de una comunicación
clara y transparente, las empresas pueden evitar cualquier información errada
en el mercado, la cual pueda restar valor a los beneficios principales de la
transacción.
Con el propósito de generar una
comunicación asertiva, a continuación les presento algunas buenas prácticas que
deben tenerse presente:
Desarrolle contenido. A menudo,
las fusiones involucran detalles financieros y operativos complejos. Por lo
tanto, las empresas deben ser conscientes de cuál es su público objetivo, con
el propósito de adaptar el contenido y los mensajes para cada uno de ellos. Las
compañías deben crear contenido atractivo que no solo refleje el espíritu de su
marca de manera auténtica, sino también que trabaje en conjunto con su
estrategia digital. Esto se puede desarrollar a través de artículos,
infografías, piezas multimedia y plataformas digitales.
Comunique y sea transparente. La
transparencia puede dificultarse, en algunas ocasiones, como resultado del
entorno regulatorio y de los riesgos de revelar información sensible a la
competencia. Sin embargo, hay muchas maneras de hablar sobre un acuerdo sin
divulgar precios o información comercial sensible, como cifras exactas de
pérdidas y ganancias o pronósticos financieros. Existen múltiples maneras de
compartir la información: un documento en profundidad que incluya una
investigación de la industria, artículos de liderazgo de opinión y cartas
dirigidas a audiencias internas y externas. Otros medios de comunicación
incluyen videos corporativos, micrositios, infografías e incluso comunicados de
prensa tradicionales.
No le tema a lo digital. El
contenido debe dirigirse a cada audiencia en un formato que pueda consumirse
fácilmente. La optimización del motor de búsqueda puede ayudarle a llegar a
audiencias específicas mientras mide la efectividad y los beneficios de sus
costos. Otras tácticas incluyen la orientación demográfica y geográfica a
través de códigos postales o direcciones IP. Las métricas de valoración son tan
diversas como las tácticas de focalización. Éstas se pueden clasificar por
visitantes únicos, suscriptores y seguidores, compromiso y alcance, tasas de clic
y conversión a índices de ventas, los cuales están respaldados por varios tipos
de software analítico inteligente.
Sea consistente. En la etapa de
planificación de una adquisición, se debe desarrollar un conjunto de mensajes
centrales para describir cada aspecto de la fusión. Estos mensajes centrales
deben ser reforzados por medio de preguntas y respuestas detalladas y
documentos informativos que apoyen a los voceros de la compañía que se
involucrarán con diferentes audiencias, incluidos los inversionistas y los
medios de comunicación. Este enfoque controlado garantizará que todos los
materiales de comunicación externos sean coherentes y puedan abordar cualquier
inquietud potencial que pueda surgir. Además, tener una batería de mensajes
consistente con relación al acuerdo será el reflejo de la responsabilidad de
una empresa. Es una forma sutil, pero efectiva de comprometer a los accionistas
de manera orgánica, mientras se mantienen informados.
Estar en control. En las etapas
iniciales, limite el círculo de personas que conocen acerca de los detalles
transaccionales en profundidad. La comunicación no oficial a menudo conduce a
información errónea que puede ser perjudicial para todas las partes
involucradas, especialmente para aquellas que operan en entornos regulados.
Para mitigar el riesgo de distorsión, se debe implementar una estrategia de
comunicación proactiva. Esta estrategia debe incluir una línea de tiempo para
los anuncios corporativos, contenido aprobado y mensajes para las audiencias
objetivo, así como un plan de contingencia para eventos inesperados como
información que pueda filtrarse a los medios o una crisis potencial.
Es importante que toda
información que se comparta externamente sea controlada y bien distribuida.
Cualquier inexactitud debe ser monitoreada y tratada rápidamente para asegurar
que las noticias exactas que se encuentren en el mercado sean claras y
digeribles.
No hay duda de que una fusión o
adquisición puede hacer o deshacer una empresa. Realizar el due diligence y
comunicarse eficazmente con las partes interesadas es clave para obtener más
confianza y el éxito esperado por el negocio.
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