LinkedIn, anecdotario del aquel
viejo Facebook
FORBES- 7 de marzo de 2019
Como cara de la estrategia de
comunicación y mercadotecnia, cuestiónate si al compartir tu contenido, aportas
valor, es un comercial técnico o queda solamente en una anécdota.
En los últimos meses he visto un
acelerado deterioro de los contenidos de LinkedIn, particularmente relacionados
a contenidos con fotos y videos de ejecutivos. Pareciera que la red pensada
para vínculos profesionales es ahora el viejo Facebook y aviso de ocasión. Lo
mismo aparecen la venta de una casa, se muestran videos personales, se
evidencia el proceso de selección de una empresa, o falta de habilidad de un
candidato, que frases de inspiración, buenos deseos y hasta los 3 tips de Aston
Kushner para una buena relación.
Y es cierto, puede ser mi red.
Sin embargo, una vez depurada mi red a profundidad, resulta que “las
recomendaciones” de mis contactos de los más altos niveles , también son en un
porcentaje alto, contenidos que clasificaría como tipo personal. La culpa la tenemos
todos por aceptar tal degradación, y sin consciencia de ello, también
promoverla.
Las personas buscamos salidas, y
al ser Facebook una plataforma ya en múltiples ocasiones vulnerada, y Twitter
convertirse en buzón de quejas y ataque a la expresión de ideas, pareciera que
muchas personas voltearon a ver LinkedIn.
Sabemos que particularmente
grandes marcas tecnológicas promueven que sus ejecutivos tengan un rol activo
en este tipo de plataformas digitales, pues es una forma de crecer
orgánicamente la presencia de la marca sin costo.
Esta estrategia es una
oportunidad muy buena para los ejecutivos de posicionamiento. Sin embargo,
también entra la lógica del ejecutivo para su uso. Particularmente como alto
ejecutivo de una empresa, al compartir fotos o videos en LinkedIn, la audiencia
espera en algún momento, la entrega de valor. Compartir únicamente la
participación de un gran patrocinio, o lo bien que la pasan con sus socios de
negocio, no solo demerita la imagen ejecutiva de quien comparte o participa en
el video, sino también contribuye a la pérdida de valor en los contenidos en
general de la red. La gente tiende a seguir a los grandes, y cómo líderes
habría que tomar consciencia del rol e influencia.
También demerita la posición
ejecutiva, y la imagen profesional, el sólo compartir sobre ese gran patrocinio
de golf, el test drive per sé, la presentación particular de Cirque Du Solei,
entre muchos otros ejemplos, al que sólo se invitan clientes VIP. Es decirles
tácitamente a sus demás clientes, “tú no eres especial”, por un lado, y por el
otro, utilizar una red profesional de negocios para contar anécdotas.
El twist para que un contenido
corporativo tenga un toque personal de estos altos ejecutivos y que no se
sienta como un “push” de productos o servicios es, compartir “contenidos
paralelos” y directamente relacionados. Ejemplo de ello es Gas Natural con
contenidos sobre cómo se cocina mejor con gas natural, incluyendo recetas para
ello. Parece lógico, sin embargo, sucede exactamente lo contrario en muchas
organizaciones, al quedar el contenido o en la anécdota o la ficha técnica, sin
importar el nivel jerárquico en la organización.
Empresas por tanto de tecnología
pueden hablar del procesamiento de datos para diseñar mejores campos de golf, o
la tecnología en las raquetas de tenis. O las empresas con sus grandes
convenciones de ventas, las prácticas sobre gobierno corporativo y estrategias
sobre cómo evitar y eliminar el conflicto de interés.
Contenido. Contenido es el rey
dicen, y muy bien lo dicen en las áreas de comunicación y marketing en las que
se atreven a empatizar con sus audiencias y entregar algo vinculado a lo que
hace su empresa. Ejemplos e historias de las que todos nos podemos beneficiar.
El twist al rey puede elevar el
contenido a utilidad, o bien caer en el anecdotario del viejo Facebook.
En nuestro caso en particular, si
trabajamos para una de esas empresas que promueve postear contenidos, hay una
regla de oro, pensando en tu imagen ejecutiva, y se llama cuestionar
positivamente. Al final del día quién dará la cara somos nosotros, y va nuestra
credibilidad de por medio. Es parte de nuestra presencia en línea, y tenemos el
poder para definirla.
Simplemente pregúntate, qué
mensaje mandaremos, qué valor es el que entregaremos a nuestros clientes y
audiencia. Cómo contribuiremos al compartir ese contenido a nuestra propia
imagen ejecutiva, al del equipo de liderazgo y al de la empresa. Si la
respuesta es: es anécdota, piensa dos veces lo que quieres que tu siguiente
inversionista, cliente y/o empleador vea de ti en la red. Crece tu presencia en
línea de forma estratégica para ti y tu empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario