Aprender Soft Skills, las habilidades del
futuro
FORBES- 21 de marzo de 2019
Dos habilidades que se valoran en
el terreno laboral: Las duras o técnicas y blandas los Soft Skill, como la
autodisciplina, la administración del tiempo y la interacción con los demás.
Dependiendo del perfil del puesto
de trabajo, saber, por ejemplo, de computación, de procesos de producción, de
finanzas … se consideran habilidades duras, y éstas son las primeras que se
evalúan a la hora de acceder a cualquier trabajo. Asimismo, éstas son fáciles
de medir, inclusive, a través de exámenes diseñados para ello, y se aprenden,
típicamente, en contextos académicos formales. No obstante, las habilidades
blandas o Soft Skills se aprenden en contextos diversos y no son fáciles de
medir.
En este sentido, si hablamos de
la capacidad de liderazgo o comunicación, por ejemplo, no son elementos que se
midan mediante un examen; para poder hacerlo, hay que ver a la persona “en
acción” para darse cuenta de que es un buen líder o un buen comunicador, que
maneja adecuadamente a su equipo, que sabe escuchar, que es empático, que es
inteligente emocionalmente… Para aprender de habilidades blandas, el contexto
académico ayuda, pero no es el único medio. Asimismo, hay personas más
proclives a tenerlas pero, definitivamente, cualquiera puede desarrollarlas.
Las habilidades duras son las que
te abren la puerta en una organización, y las blandas hablan de tu capacidad de
crecimiento, de qué tan lejos vas a llegar como profesional dentro de la
organización, por lo que ambas son importantísimas.
Los Soft Skills que más se
valoran
Autodisciplina. Cuando una
persona se autorregula, se autogobierna, la disciplina forma parte de sus
habilidades blandas.
Administración de recursos
personales como, por ejemplo, el tiempo. Hasta dónde administra y regula sus
recursos directos y sus prioridades.
Habilidades de interacción con
los demás. Es decir, la capacidad de empatía o entender claramente lo que los
demás necesitan de él, entender sus requerimientos, tener capacidad de escucha,
de observación, de diagnóstico, trabajo en equipo, además de contar con
inteligencia emocional para relacionarse bien con el otro; así como otras
competencias que, a pesar de ser más elaboradas, se consideran, igualmente,
habilidades blandas: Liderazgo, la capacidad de inspirar a otros, de coordinar
el trabajo de otros, de cuidar y desarrollar a otros.
Las habilidades blandas se miden
también por niveles, ya que hay algunas específicas, por ejemplo, para puestos
operativos y otras para puestos ejecutivos.
En definitiva, las blandas son
las habilidades del futuro. En esta era digital, podemos adquirir habilidades
técnicas mediante herramientas tecnológicas; Existen tutoriales en YouTube
donde puedes saber cómo se hace una ecuación de segundo grado, pero aprender a
liderar a otro no es algo que se pueda hacer por esta misma vía. Se pueden
aprender los elementos académicos de liderazgo, pero ser líder sólo se aprende
en la práctica, confrontándote con tu equipo de trabajo, es ahí donde se
aprende. Por ello, las habilidades blandas se valoran y se cotizan cada vez más
en el mercado laboral.
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