¿Dónde está la mentalidad de
nuestro fundador?
FORBES- 1 de mayo de 2018
La “Mentalidad del Fundador”
provoca agilidad y hambre en las empresas. El reto es mantenerla en sus
colaboradores cuando las empresas crecen, en lugar de someterse a la
complejidad.
Los fundadores típicamente
empiezan sus empresas con un sentido claro de propósito y una “misión
insurgente” que enfoca a todos sus empleados. Estos fundadores aborrecen la
complejidad, la burocracia y cualquier cosa que dificulte una limpia ejecución
de su misión.
Según nuestros estudios, desde
1990, el retorno para los accionistas en empresas en las que el fundador sigue
involucrado es tres veces más alto que en el resto de las compañías.
Efectivamente, encontramos que por lo general los factores internos (liderazgo,
capacidades de ejecución y una “mentalidad de dueño”) tienen una mayor
influencia en el valor y el éxito a largo plazo de una empresa que los
elementos externos (estrategia, mercado).
Cuando las empresas crecen,
también crecen la complejidad y la burocracia, y se pierde el enfoque en las
cualidades y la mentalidad que realmente importan. Cuando una compañía se
encuentra en esta situación y ya no tiene a su fundador presente, su pregunta
se vuelve ¿cómo retomamos la mentalidad del fundador?
Además de los fundadores, hemos
encontrado otros tres arquetipos que describen las actitudes típicas de los
líderes en una organización que enfrenta cambios:
Los fundadores guían el cambio,
toman iniciativa y actúan como si ellos mismos fueran los fundadores y dueños
del negocio.
Los turistas observan desde la
banca, han sobrevivido y van a seguir sobreviviendo en la jungla corporativa, y
han aprendido a no tomar la iniciativa y solamente dejarse llevar por la
corriente.
Las víctimas se quejan desde la
banca. Por lo general culpan a los demás (los competidores, los clientes, los
reguladores o la dirigencia) por la situación en la que la compañía o ellos
mismos se encuentran. Además, son pasivos y muestran muy poca iniciativa
Los obstructores impiden el
cambio de forma abierta o encubierta. Intentarán impedir cualquier cosa que
cambie el statu quo y que afecte su posición, influencia y futuro en la
empresa.
Cuando le preguntamos a equipos
de alto nivel ejecutivo (en empresas donde los fundadores se habían ido hace ya
tiempo) que estimaran la distribución de estos arquetipos en los 100 empleados
de más alto nivel, el resultado fue sorprendente. Según sus cuentas, el número
de fundadores está entre 20% y 30%, mientras entre el 50% y el 60% son turistas
o víctimas. Los obstructores representaron entre 10% y 20%.
La meta debe ser asegurar que
entre el 70% y el 80% de los empleados, especialmente aquellos que estén entre
los 100 de más alto nivel, actúen como fundadores y dueños. Hay algunos
ingredientes clave para lograr una transformación de esta magnitud.
Todos los colaboradores,
especialmente los líderes, necesitan sentir que son parte de una aventura, una
historia que es emocionante, que coincide con su propósito de vida.
Los colaboradores necesitan
contribuir de manera significativa al desarrollo de nuevas ideas exitosas y
ayudar a diseñar e implementar la transformación de la compañía.
Los colaboradores deben estar más
conscientes de que necesitan desarrollarse, y ese desarrollo debe empezar desde
arriba. Los ejecutivos clave, que han sido promovidos hasta su posición en la
organización actual, necesitan dejar ciertos comportamientos y adoptar otros.
Tomar estos tres pasos puede
ayudar a que una transformación empiece a suceder.
Acelerar el sentido de
pertenencia
El Director General debe guiar
este cambio y ser un ejemplo por seguir, pero también debe desarrollar líderes
en toda la empresa. Esto es lo que llamamos la “columna vertebral de liderazgo”
de la organización. Los 100 gerentes de más alto nivel y el equipo ejecutivo
son especialmente importantes. Ellos son los que deben dirigir y dar propósito
a la organización, además de facilitar los recursos y el enfoque a aquellas
iniciativas que pueden crear más valor.
Los altos directivos deben estar
alineados para contar la historia atractiva y convincente de lo que la compañía
puede lograr en los siguientes tres años, una historia que encaja con el
sentido de motivación de los empleados y les llena de energía y compromiso para
llegar hasta ahí.
La gerencia de nivel medio, a
menudo ignorada, por lo general es un poco escéptica, pues ha visto varios
programas de cambio (fallidos) a lo largo de los años. Estos gerentes muchas
veces solo quieren sobrevivir. Es
fundamental atraer e involucrar a los líderes en este grupo para impulsar el
cambio y asegurar un compromiso más generalizado.
El nivel operativo está en
contacto directo con el cliente y es una fuente de ideas para mejorar la forma
de trabajo. Muchas veces, las estructuras organizacionales complejas y
burocráticas terminan por frenar esas buenas ideas antes de que puedan ser
puestas en práctica y usadas para lograr un servicio excelente para el cliente.
Aprovechar las micro-batallas
para generar compromiso
En Bain, hemos encontrado que el
“Sistema de Micro-batallas” (Bain Micro-battle System) es una manera efectiva
para crear compromiso en la columna vertebral de liderazgo y generar la energía
para enfocarse en los avances que importan.
Las micro-batallas son iniciativas de mejora que tienen el objetivo de
lograr una meta de alta prioridad en el negocio e involucran a la gente más
capaz posible. A diferencia de ‘pilotos’
o ‘pruebas’, las micro-batallas se caracterizan por el desarrollo de la
solución durante la ejecución, así como por el involucramiento cercano de los
colaboradores de nivel operativo, la gerencia de nivel medio, y los altos
directivos.
De hecho, una parte importante de
la ejecución de las micro-batallas es crear una serie de interacciones y
programas de entrenamiento en liderazgo que emplean un enfoque de “campo y
salón”. Este enfoque combina talleres para los líderes en todos los niveles de
organización con experiencias prácticas en contextos reales de negocio.
Cambiar la mentalidad y el
comportamiento de los líderes de alto nivel y a lo largo de toda la
organización es el elemento más importante para crear una mentalidad de
fundador.
Tener una mentalidad de fundador
no es sólo un lujo para las empresas que ya son exitosas. Sin ella, se forman
burocracias y aumenta la vulnerabilidad a disruptores, que se adaptan y escalan
más rápido que nunca. Con ella, no sólo es posible superar a los competidores
mañana, sino se habrán creado las mentalidades y habilidades necesarias para
seguirlo haciendo también en el futuro lejano.
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