La IA y el fin del gobierno como
lo conocemos
FORBES- 12 de mayo de 2018
El futuro no se ve tan lejano,
empresas como Google, IBM, Amazon aventajan a sus competidores en el uso de IA
y pronto, muy pronto ofrecerán este tipo de servicios a gobiernos de todo el
orbe.
Ahora el mundo está hablando de
Cambridge Analytica y del poder que tienen los medios digitales para conocer
información de sus usuarios y convertirla en conocimientos profundos y
certeros, conocimientos que pueden ser utilizados para convencerlos y
manipularlos. Lo que para algunos fue una revelación, para aquellos que estamos
inmersos en el mundo digital es simplemente es la suma de dos herramientas: por
un lado, la recolección de datos mediante aplicaciones en redes sociales y por
el otro la manipulación de los medios informativos, la extorsión y otras
técnicas poco ortodoxas pero comunes en el medio político.
Dejando a un lado las posibles
falsas promesas y engaños a los que Cambridge Analytica acudió para recabar
información, la primera herramienta, la que acumula datos y los convierte en
conocimientos, la hemos usado en el marketing digital desde hace algunos años.
Cambridge Analytica es sólo una de las muchas empresas que están capitalizando
la información de sus usuarios. Si analizamos a las seis empresas más poderosas
del mundo nos encontraremos con que al menos cinco de ellas (Apple, Google,
Microsoft, Amazon y Facebook) basan gran parte de su imperio en datos. Los
datos les sirven para mejorar sus productos continuamente, para anticiparse al
mercado e incluso como una ventaja ante su competencia: nadie los puede
alcanzar porque nadie conoce mejor a su audiencia que ellos. Las 5 empresas más
grandes del mundo ya ven a la inteligencia artificial como una pieza
fundamental de su modelo de negocios, ¿cómo es que los gobiernos no lo han
hecho? Con los millones de datos que las nuevas administraciones pueden
recolectar, “sólo” haría falta ordenarlos y “conectarlos” a la inteligencia que
los procese y aprenda de ellos. Claro que no es tan fácil hacerlo como decirlo,
requiere grandes inversiones de dinero, ciencias computacionales, matemáticas y
estadísticas, pero estamos hablando de un país, no de una empresa por más
grande que sea.
Empecemos por analizar cómo ha
operado nuestro país por siglos (a muy grandes rasgos): el Gobierno Federal, no
lo conforma solo una persona, sino una serie de expertos que lideran diferentes
secretarías de su especialidad. Éstos toman decisiones y asesoran al
presidente, cada uno desde su área. Todos ellos usan su experiencia y
conocimientos para elegir el camino que consideran más adecuado para nuestro
país. Pero lo que en los humanos llamamos experiencia, no es más que data colectada
de una serie de acontecimientos estudiados o adquiridos cuyos resultados se
analizan y se almacenan en nuestros cerebros. Y la tarea de cualquier IA es
justo esa, tomar una serie de datos (experiencias) del pasado y aplicarlos al
panorama actual para ofrecer un número de soluciones viables. La gran
diferencia es que la capacidad de procesamiento de una super computadora es
abismalmente mayor a la de cualquier ser humano.
Los primeros gobiernos en adoptar
la IA como apoyo para toma de decisiones, rápidamente tendrán una enorme
ventaja sobre los demás. Podrán tener más asertividad, anticiparse a cualquier
evento, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y estar preparados no sólo
para un futuro, sino para muchas versiones de éste. Las decisiones de un estado
ya no serían tomadas por el conocimiento limitado de un solo ser humano, sino
que estarían respaldadas por datos, por modelos predictivos libres de
prejuicios y de grupos de presión.
El futuro no se ve tan lejano,
empresas como Google, IBM, Amazon aventajan a sus competidores en este rubro y
pronto, muy pronto ofrecerán este tipo de servicios a los gobiernos de todo el
mundo.
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