El problema de reputación de
Facebook, de todos
FORBES- 15 de mayo de 2018
La dependencia de Facebook ha
forzado a los medios a descuidar descaradamente sus valores fundamentales y ha
espoleado la desinformación, y hacia dónde vamos desde aquí.
Tradicionalmente, los medios han
construido su negocio basándose en la reputación al establecer una voz clara,
integridad editorial, acceso a noticias exclusivas y la labor de sus grandes
periodistas para dar vida a esas informaciones. Pero esa fórmula se disolvió en
cuanto las redes sociales, y principalmente Facebook, se convirtieron en la
plataforma exclusiva de acceso a contenidos digitales por parte de sus
usuarios.
Cuando los lectores dejaron de
visitar sus publicaciones de confianza y recurrieron a los titulares que
aparecían en sus redes, los responsables de los medios se dieron cuenta
rápidamente de que su difusión ya no dependía de su reputación, sino de dominar
las técnicas y habilidades tácticas para adaptarse a los algoritmos de Facebook,
en línea con los comportamientos de sus usuarios, los que a su vez
incrementaría la promoción de sus noticias en los canales sociales.
Vuelta a sus raíces
Los editores de los medios
pusieron en un pedestal lo que Facebook considera importante. Pero a cambio
sólo han conseguido que la plataforma les dé la espalda, reste prioridad a sus
publicaciones y frene el tráfico. Y si no bastaba con enojar a los principales
medios de comunicación y marcas del mundo, la compañía se encuentra ahora en
medio de una crisis de relaciones públicas donde hasta sus propios usuarios
cuestionan su seguridad.
Como vicepresidenta ejecutiva de
la plataforma de storytelling Playbuzz, en la que hemos trabajado estrechamente
con las principales marcas y editores durante años para asegurar que alineen
sus prácticas narrativas con los hábitos de consumo modernos, la actual
situación de la relación de Facebook con todas las partes no me sorprende. Y no
es el último obstáculo de la red social que los medios de comunicación tendrán
que superar. Sólo en los últimos cinco años nuestras herramientas han ayudado a
los editores a sobreponerse a la caída de visitas a sus portadas online, a la
obligación de dedicar más recursos a sus equipos de social media y al simple
hecho de que el 79% de los lectores sólo hace un somero escaneo de su
contenido, todo debido en parte a la existencia de Facebook.
Ahora que tanto el público como
los medios de comunicación ponen en duda la confiabilidad de la plataforma, es
hora de que los editores vuelvan a sus raíces y reconstruyan su negocio en base
a los rasgos genuinos que los hicieron valiosos desde el primer momento. Aquí
van cinco consejos para conseguirlo.
Habla el idioma de tu público
Las redes sociales han cambiado
para siempre los hábitos de consumo de las audiencias, consolidando su falta de
receptividad a los artículos largos y densos. Con el tiempo de media que se
dedica a una pieza de contenido digital reducido a ocho dolorosos segundos, los
lectores de hoy buscan historias que sean sobre todo visuales, interactivas y
digeribles.
Es por eso que los medios
innovadores prosperan: han ajustado sus formatos narrativos para alinearse con
las expectativas de los lectores, ya sea encontrando un nicho y combinando
“contenidos, datos y plataforma”, o bien “construyendo conexiones con su
audiencia en una era posterior a la sección de noticias de Facebook”.
Para atraer la atención de los
lectores, debes evolucionar y hablar con ellos, no a ellos. Esto puede incluir
pedirles que voten sobre los últimos cambios políticos en América Latina a
través de una encuesta, clasifiquen a sus futbolistas favoritos de la liga
española, o participen en un cuestionario para averiguar cuánto saben sobre la
crisis en Siria al tiempo que les ofreces vías para que puedan ayudar.
Los ‘ciberanzuelos’ seductores no
son sostenibles
Los cambios en el algoritmo de
Facebook, quizás de forma involuntaria, abrieron una carrera hacia los abismos
de la calidad ínfima que llevó a los editores a producir historias que atraen
la atención del usuario a toda costa. Sin embargo, los medios deben evitar
presentar titulares falsos e irresistibles junto con imágenes llamativas
(aunque irrelevantes para la información), ya que los lectores frustrados no
volverán a por más. Y como los usuarios no dedican mucho tiempo al contenido,
no hay forma de monetizarlo con éxito en un entorno en el que ya es bastante
difícil mantenerse a flote.
Dicho esto, no estoy sugiriendo
de ninguna manera que los titulares no sean seductores, siempre y cuando sean
veraces y fieles a la noticia a la que se accede después del clic, y que dicha
historia tenga un formato que empuje a los lectores a consumir el contenido
activamente.
Ser un imitador no es la
respuesta
No intente imitar los formatos de
las redes sociales. Por ejemplo, las Historias de Snapchat son una gran
experiencia, cuando se construyen dentro del marco de la red social. Separarlas
y pegarlas en el sitio web o la app de un medio fuerza al formato original a
salirse de la experiencia prevista. Ten presencia en las redes sociales
relevantes que te permitan transmitir informaciones cortas y distribuirlas con
éxito. Pero a la vez, invierte en herramientas de terceros que hagan que el
contenido de su sitio web sea lo suficientemente atractivo como para
consumirlo. Esto puede incluir plataformas que te permiten añadir encuestas,
listas, clasificaciones, juegos y otras propuestas similares con el fin de
incentivar la participación de tu audiencia.
Tus espacios publicitarios no
tienen por qué dar grima
Desde mi punto de vista, el
volumen decreciente del tráfico ha sido el catalizador de una histeria masiva
que ha empujado a los medios a inundar sus páginas con anuncios, sacrificando
aún más la calidad del contenido. Vende menos espacio publicitario, pero que
sea más significativo y, al hacerlo así, crearás nuevas fuentes de ingresos que
permitirán que tu publicación reemplace los aburridos anuncios estáticos. Esta
idea puede desarrollarse con experiencias de marcas con las que tu público
realmente desea interactuar, y que no empeorarán la usabilidad de tu web ni
degradarán tu oferta informativa. Menos, es más: un sitio web con menos bloques
de anuncios y emplazamiento más cuidados generará tasas de conversión mucho más
altas para los anunciantes, a la vez que mantendrá contentos a los lectores.
Frena la obsesión con los vídeos
La apuesta masiva por el vídeo en
la actualidad debido a la priorización de este tipo de contenidos (no
monetizados) por parte de Facebook en la sección de noticias ha llevado a una
percepción errónea de que puede usarse como reemplazo del texto, lo que hace
que los medios pongan a su personal a producir piezas de baja calidad. En realidad,
el contenido en vídeo funciona mejor cuando se combina con texto y elementos
atractivos. Para refrendar esta idea, nuestros datos en Playbuzz muestran que,
si se combina texto, vídeo y un elemento interactivo en una noticia, el tiempo
que la gente pasa en ese contenido aumenta un 20%
Despierta y prepara tu regreso
Facebook aprovechó el cambio
global en los hábitos de consumo, obligando a los medios a apoyarse cada vez
más en la plataforma, para al final darles la espalda con su reciente cambio de
algoritmo. Ahora tenemos que lidiar con las secuelas: usuarios hartos de
contenidos mediocres y medios que descaradamente han descuidado la profundidad
de su trabajo para priorizar la optimización de su tráfico.
Pero estas inevitables
consecuencias representan una gran oportunidad: los medios pueden volver a sus
raíces y recuperar sus negocios basándose en los rasgos genuinos que los
hicieron dignos de ocupar el tiempo de sus lectores en primer lugar, sin la
excesiva dependencia en Facebook.
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