Bancos y Fintech, matrimonio por conveniencia
FORBES- 3 de mayo de 2018
En el involucramiento con las
Fintech, los bancos reducen los riesgos de un cambio de este calibre a la vez
que pueden mantener ambos modelos operando, el rígido o el flexible.
La banca electrónica no es nueva.
Desde hace 10 años o más, los bancos ya habían realizado una inversión
considerable en infraestructura para establecer sus primeros pasos en el mundo
digital.
Aún no existía la Nube como la
conocemos hoy, ni el poder de cómputo al que tenemos acceso en este momento.
Sin embargo, con los avances de la tecnología, la rápida adopción y adaptación
de los usuarios a ésta, para los bancos (como para casi cualquier empresa del
planeta) pronto se volvió evidente que no podrían mantenerse a la par de los
nuevos modelos, paradigmas y necesidades de los usuarios sin hacer de nuevo
inversiones gigantes.
En medio del camino surgieron las
Fintech.
El Big Bang 4.0 creó las
oportunidades necesarias con las que las empresas que utilizaban la tecnología
se especializaron en la entrega de algunos de los servicios tradicionalmente
ligados a los bancos, sólo unos pocos, para dar una experiencia más placentera
a los usuarios.
Con menos servicios, pero
especializados y basados en el aprovechamiento tecnológico de la Nube, con
mayor transparencia hacia el usuario; por medio de las ventajas y principios de
la Transformación digital, las Fintech se hicieron de una leal base de usuarios
muy pronto y captaron la atención del mundo de los inversionistas y fondos de
capital.
Así inició un nuevo maridaje, con
una explosión de las Fintech y el esfuerzo de los bancos tradicionales por
alcanzarlas, y en varios casos, cada vez más frecuentes, de su adquisición o
sociedad con ellas, obteniendo como resultado un pequeño vistazo a la banca del
futuro.
La llegada de la banca
configurable, alojada en la nube, al “unboxing” de sus productos financieros
Como CEO y cofundador de una
Fintech, estoy convencido que esta fusión es producto de una narrativa más
sana, en la que los bancos tradicionales entienden qué es lo que necesitan de
las Fintech, en lugar de la narrativa antigua, en donde simplemente se
enfrentan.
En la segunda narrativa, ni
bancos ni Fintech se pueden ver beneficiados. En la primera, hay victorias para
ambos lados.
Los bancos pueden evolucionar sus
modelos monolíticos, de operaciones rígidas, al incorporar la operatividad
agile de las Fintech; mientras que éstas ganan maduración y crecimiento de
negocio a velocidades que no lograrían si fueran por sí solas.
Nos encontramos en medio de un
cambio de paradigma que traerá repercusiones legales, profesionales y hasta
morales, de cómo entendemos la relación entre las instituciones financieras y
los usuarios.
Los bancos entenderán (algunos
ya, otros más tarde) que el modelo de la API para la interconexión ya no es
suficiente, y, al contrario, nos está trayendo a un punto en el que se vuelve
caótico e inoperante.
Estamos en los primeros pasos de
una banca configurable y alojada en la Nube, que permita mayor flexibilidad a
los usuarios, sin importar si son individuos o empresas.
Y por medio del involucramiento
con las Fintech, los bancos reducen los riesgos de un cambio de este calibre a
la vez que pueden mantener ambos modelos operando, el rígido o el flexible,
mientras sea necesario y todos los usuarios poco a poco migran.
El futuro de la banca y los
servicios financieros digitales está por llegar, mientras tanto estamos siendo
parte de quienes lo configuran y eso es algo emocionante y poderoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario