¿Conoces las
posibilidades de tus tecnorecursos?
FORBES- 25 de jun. de 19
Es importante tener
en cuenta que existen medios y estrategias digitales que no cumplen con sus
objetivos primarios, y que sin embargo pueden dar la percepción de una madurez
aparente.
El boom de la digitalización actualmente
resuena a gran escala en el mercado tan claro y fuerte que muchas
organizaciones ya la adoptaron, o están en proceso de hacerlo. Sin embargo, es
indispensable tener en cuenta esto: la tecnología, por sí sola, no representa
una ventaja competitiva sobre los demás y no nos coloca a la vanguardia en el
mercado.
Muchas de estas empresas, que ya están inmersas
en la digitalización, piensan que el valor de las nuevas herramientas sólo
radica en procesos más eficientes y resultados mejor medidos. Si bien es cierto
que estas ventajas son las que recibimos de primera mano, pocas veces tomamos
en cuenta que la tecnología también debe influir y apoyar movimientos
estratégicos a partir de sí misma.
Una estrategia digital debe ser recibida y
cobijada por una organización adaptable a ella y a su entorno, para que
realmente se hable de una ventaja competitiva sostenible, entendiendo que las
nuevas tecnologías transforman las relaciones, tanto en el trabajo como fuera
de él.
Pero también las personas tienen una influencia
en la tecnología, pues al asumir que es sólo una herramienta podemos darle un
uso que quizá no estaba contemplado, como sucede en ocasiones, pero que resulta
ser de un alto beneficio para nuestra organización.
En otras palabras, hay posibilidades ocultas en
la digitalización. Existe más de una forma “correcta” de usar la tecnología
para apoyar objetivos. Nuestro desafío como empresa justamente será encontrar
ese uso distinto, lo que sólo se descubre a través de la cotidianeidad, cuando
el equipo se apropia de estos recursos y experimenta con ellos para sacarles
mayor ventaja.
Para cuestionar nuestra estrategia digital,
debemos entender cuál es su objetivo. Si estamos en una etapa inicial de
digitalización, lo natural será usar la tecnología para mejorar nuestros
procesos de venta y servicio al cliente. Si ya hay algo de camino recorrido,
normalmente buscaremos innovación y una mejor la toma decisiones de negocio.
Si este diagnóstico nos posiciona en una etapa
temprana, debemos dar suficiente tiempo de adaptación para el cumplimiento de
objetivos; por el contrario, si nuestro nivel de digitalización está en punto
de madurez, el siguiente paso lógico será que la propia estrategia descubra
vicios ocultos, antes imperceptibles, lo que impacta en los costos y revela
posibilidades para innovar.
Es importante tener en cuenta que existen
“falsas posibilidades”, es decir, medios y estrategias digitales que no cumplen
con sus objetivos primarios, y que sin embargo pueden dar la percepción de una
madurez aparente. Si no es totalmente funcional, si sólo se utiliza como método
de control y no aporta en todos los niveles de la organización, habrá que evaluar
su efectividad.
Pero aportar en todos los niveles del negocio,
implica también homologar los objetivos y los procesos en todos ellos. Las
nuevas tecnologías nos brindan su máximo potencial, si logramos que todos los
que trabajan alrededor de ella conozcan sus propios alcances y
responsabilidades.
Si consideramos que “lo digital” abarca casi
todas las áreas de nuestra vida, generar un espíritu de experimentación y
curiosidad al interior de nuestra empresa, puede ayudarnos a descubrir nuevas
posibilidades para ampliar y diversificar el uso de la tecnología y
aprovecharla en beneficio del negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario