De pagos,
movilidad y Big Data
FORBES- 18 de jun. de 19
La movilidad en los servicios de pago facilita
cada vez más nuestras vidas, mientras trae nuevos retos para los proveedores y
desarrolladores de dichas tecnologías.
En la película mexicana “Perfectos
desconocidos”, un personaje mencionó que nuestros teléfonos celulares se han
convertido en la caja negra de nuestras vidas; en el bolsillo caben los
recuerdos de las vacaciones y al mismo tiempo, el acceso a nuestro banco,
documentos de trabajo y hasta películas o series para pasar el tiempo.
Reflexionemos por un momento cuántas empresas
nacionales e internacionales son parte de nuestra vida diaria y nos acompañan,
mientras haya internet, a prácticamente todos los lugares a donde podríamos ir.
Las herramientas móviles han cambiado
paradigmas al grado de permitirnos trabajar a miles de kilómetros de una
oficina. A nivel personal, este cambio también influye en nuestro modo de
consumir productos y servicios, por lo tanto, en cómo pagarlos.
En este sentido, el reto a corto plazo para los
proveedores de pagos será crear valor y al mismo tiempo, aprovechar un
ecosistema de movilidad en constante cambio. La clave está en tres aspectos: la
integración con nuestros dispositivos de uso diario, las garantías de seguridad
que ofrezcan y la facilidad para utilizarlas de cara al usuario final.
La tendencia evidente es lograr que la
realización de pagos sea cada vez más sencilla. En smartphones, sitios web y
hasta navegadores, ya es posible guardar información para hacer transacciones
instantáneas a cualquier hora. Avanzamos hacia la era cashless, con las
ventajas que esto conlleva, como el hecho de que las tiendas online ya no
necesitan a la vieja caja registradora.
Por esto mismo, las exigencias de los usuarios
son cada vez más altas: actualmente, se puede comprar un viaje a Tokio en
determinado sitio web, y la expectativa es que todo lo que tiene que ver con el
plan adquirido se pueda conseguir igual de sencillo y seguro; transporte,
espectáculos, hoteles, y cualquier cosa que facilite tanto la experiencia del
cliente, como la forma en que se adquiere.
Todo este nuevo ecosistema genera grandes
oportunidades en nuestros días. Estas plataformas que simplifican la vida de
los clientes son, al mismo tiempo, un generador de datos de alto valor que los
proveedores deberán estar preparados para asimilar y utilizar para, por
ejemplo, enriquecer la experiencia de los compradores.
El Big Data entra en juego no solamente para el
aprovechamiento de la información por medio de instrumentos que sirvan para
ordenarla y procesarla, sino también para protegerla a través de estándares de
autenticación y prevención de fraudes.
Aunque estas tecnologías ya están aquí, aún
existen muchas interrogantes que no han permitido que se extiendan con mayor
velocidad. Quienes las operan y quienes las usan en una instancia final,
deberán despejar toda duda sobre su efectividad y seguridad.
Pero lo que un día fue una oportunidad de
negocio, hoy comienza a estar saturado de competidores. Con el paso del tiempo,
se espera que el desafío para quienes desarrollan estas plataformas sea menor.
Sin embargo, la gran montaña en el camino son las regulaciones legales, cada
vez más estrictas y universales.
Los proveedores y desarrolladores de estos
servicios son los grandes jugadores de hoy y quienes, a través de su
experiencia, tendrán que dar la pauta para librar este y otros obstáculos en la
evolución tecnológica. Lo cierto es que mientras sea un elemento diferenciador
para el cliente final, el mercado de la movilidad será imparable.
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