Cómo originar el ambiente para la innovación
FORBES- 6 de jun. de 19
Es un gran impulsor el sentir que, además del
proceso per se, haya un reconocimiento que no necesariamente debe ser monetario
o tangible, sino que puede ser emocional.
Una persona creativa es una persona que genera
muchas ideas y una persona innovadora es la que orienta esas ideas a un
objetivo determinado. Si la creatividad no tiene un enfoque concreto, sirve
para todo y para nada; en cambio, si generamos ideas con un objetivo
determinado, es cuando hablamos de innovar en el sentido amplio de la palabra,
desde crear una herramienta tecnológica, hasta crear un nuevo modelo de
negocio, establecer un nuevo proceso.
Cómo promover la innovación evitando caer en la
“zona de confort”
Establecer una campaña estimulada desde la alta
dirección, donde se invite a todos los empleados a innovar
Definir una práctica formal de innovación. El
departamento de Recursos Humanos de una empresa puede, por ejemplo, establecer
una dinámica como “La semana de la innovación”, y recibir todas las ideas que
los empleados aporten para el logro de un objetivo en concreto. Una práctica
donde se haya definido bien tiempo, lugar, método, jueces, etc.; es decir,
crear un aparato que le dé formalidad.
Contextos para estimular la generación de
preguntas
En la innovación es más importante la pregunta
que la respuesta. La pregunta correcta te lleva a la respuesta correcta. La
forma de estimular la innovación es estimular más las preguntas que las ideas.
Hagamos las preguntas relativas al modelo de negocio, al nuevo producto …
porque eso hace que la mente empiece a divagar visualizando diferentes opciones
para, posteriormente, seleccionar las mejores para resolver un tema en
específico. Es importante realizar focus groups formales donde el objetivo sea
la generación de preguntas, eso ayuda.
Tensión mocional vs. tensión creativa
Lo cierto es que, innovar implica cambio,
salirnos del status quo, pero, al mismo tiempo, da miedo. El status quo nos
mantiene en nuestra área de confort que ya conocemos que puede no gustarnos,
pero es lo que ya hemos aprendido y dominamos. El cambio genera una tensión
emocional que te hace tener miedo y mantenerte en la situación actual. Por otro
lado, la tensión creativa es ese deseo que existe simultáneamente en tu mente
que hace que cuestiones ese status quo. En nuestra mente existen las dos
partes, pero cuando se equilibran nos quedamos inmóviles o paralizados, por lo
que hay que lograr que la tensión creativa sea mucho más potente que la tensión
emocional para que nos animemos a dar el primer paso y empezar a cambiar.
Actualmente, muchas organizaciones cuentan con
equipos multigeneracionales con paradigmas totalmente diferentes que nutren
estos espacios de innovación, generando ideas desde perspectivas distintas para
que las decisiones que se tomen cubran la mayor parte de las problemáticas
posibles.
Asimismo, cuando, por ejemplo, ponemos una
práctica de innovación en la empresa es muy importante que haya una
consecuencia positiva de la generación de ideas. Es un gran impulsor el sentir
que, además del proceso per se, haya un reconocimiento que no necesariamente
debe ser monetario o tangible, sino que puede ser emocional, logrando que el
resto de los colaboradores se muevan en esa dirección. El reconocimiento en sí
mismo estimula la innovación.
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