La gran encrucijada de la economía mundial
FORBES- 18 de jun. de 19
La guerra comercial, el Brexit, entre otros
sucesos, siguen dañando el escenario económico. Sin embargo, problemas más
relevantes siguen omitiéndose.
ha surtido efecto en la economía, dotándole del
impulso necesario para realzar los crecimientos por encima del 6%.
Europa no ha contado con la misma suerte, por
llamarlo de alguna forma. Los crecimientos en Europa se muestran tal y como se
preveían. Las elevadas tasas de desempleo de algunos países hacen que la
moderación en los crecimientos se convierta en un verdadero quebradero de
cabezas para la creación de nuevos puestos de empleo y los elevados niveles de
apalancamiento siguen asfixiando las economías.
Algunos países como España, Grecia o Italia
muestran unos niveles de endeudamiento muy superior a los que poseen sus
homogéneos de la zona comunitaria. En el caso de Italia, y como hemos comentado
en numerosas veces, la deuda ya roza el 133%, llevando a la economía a poseer
un elevado déficit e incrementar, consecuentemente, la prima de riesgo en el
país, y con ello, la rentabilidad de sus bonos en función del riesgo asumido
por los inversores.
Este exceso de apalancamiento ha provocado que
estos países, que a priori muestran comportamientos, en el caso de España por
ejemplo, realmente buenos, posean una mayor vulnerabilidad a la hora de
afrontar posibles shocks económicos, como lo sería una nueva recesión
económica, o simplemente el hecho de refinanciar su deuda, dificultándose el
proceso para aquellos con una elevada carga de apalancamiento.
Pero es que la cosa no acaba ahí. La amenaza de
la deuda sigue en el aire tras los deseos de los distintos gobiernos europeos
en los que, erróneamente, siguen empeñados en incrementar los niveles de deuda
y dispararlos por encima de los pactados previamente con la autoridad monetaria
europea en los tratados de estabilidad y crecimiento, conocidos como los PEC.
Algo intolerable para las autoridades, que ya sancionan duramente a aquellos
que pretenden saltárselo.
Muchos economistas siguen empeñados en una
serie de problemas que, aunque formen parte del escenario económico y político,
no poseen la suficiente relevancia como para centrar toda la atención en los
mismos. La deuda pública, sin embargo, pese a ser un tema de enorme relevancia,
sigue relegándose a un segundo plano, a la misma vez que la carga de la misma
sigue engrosándose de manera desmedida y con cierta arbitrariedad.
Los países están contrayendo grandes niveles de
deuda que, en el largo plazo, podría derivar en serios problemas, pues un
proceso de desapalancamiento en un escenario recesivo, podría ser el acabose de
dichas economías. Los niveles de deuda no son ilimitados, aunque para diversos
políticos lo parezca, pues lo único que conseguirán es el hipotecamiento de los
países.
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