El miedo como detonador de poder
FORBES- 13 de jun. de 19
Hablar del miedo, es hablar de posibilidad. No
hay crecimiento verdadero sin miedo. No hay valentía, sin vulnerabilidad.
Crecer puede ser fácil, si el miedo esta de nuestro lado.
En esta ocasión quiero compartirte parte de mi
historia, una historia que me ha hecho concebir las micro metas en apoyo a las
personas de manera sumamente distinta. Hoy puedo contarte acerca del miedo como
principal detonador de poder, él cómo, cuando la vulnerabilidad nos rebasa,
sacamos fuerza y adrenalina, para hacer lo que consideramos inimaginable.
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para
conseguir lo que deseas, o no perder lo que tienes? ¿Qué pasaría si tuvieras
que trazar un plan, en espacios de quince minutos, y llevarlo a cabo sin errar,
por más de dos años? ¿Cómo el miedo puede ser un aliciente de poder brutal para
ti? Aquí parte de mi historia.
En 2012, el año en el que se decía que acabaría
el mundo, nació mi hija Ana Sofía, con una enfermedad extraña que cinco años
después, comprenderíamos eran aspectos de un síndrome genético y por lo tanto,
no una enfermedad, sino una condición de vida.
Fueron años difíciles, siempre he dicho que mi
vida ha sido increíble, pero a nadie se la deseo. En aquel entonces ninguno de
los doce especialistas pediátricos daba solución, o sabían lo que tenía. Ni los
médicos presidentes de asociaciones pediátricas, ni los mejores de los
distintos grupos de hospitales de la ciudad, nadie nos daba respuestas. Sus
tratamientos en lugar de ayudar empeoraban la situación, la mal diagnosticaron
con acidosis tubular renal, inmunodeficiencia común variable, desnutrición
severa y otras tantas cosas.
Los vómitos, la falta de peso y el tenerla que
cargar durante muchas, muchísimas horas para que lograra tomar una onza de
leche y poderse nutrir, hacían insoportable la situación para su mamá y para
mí. Su desnutrición llego a grado tres, la vida de mi hija corría peligro a
cada instante, pues los vómitos le hacían ahogarse y dormíamos con ella
esperando no se asfixiara.
No había mucha esperanza y anímicamente estaba
desgastado, confundido y harto del estrés que implicaba hacerle alimentos
especiales, pues no soportaba su cuerpo ninguna leche y su madre, por la
esclerosis múltiple que padece, no podía darle leche materna.
El punto llego al extremo de tener que pesar
con una báscula digital el vómito de mi hija, que lo hacía a cada toma, pues su
vida dependía de los seguimientos anotados, todo el día y todos los días por
cada 15 minutos en cuadernos profesionales de 100 hojas –llenamos 6- donde
definíamos todo lo que hacíamos, los medicamentos, y las tomas, llegando al
punto de contratar a cuidadoras de 24 horas, pero estando a lado de ellas en
todo momento, pues el menor fallo podría llegar a ser fatal. Comprendiendo
esto, como una planeación diaria impecable, pues sabíamos que de ello dependía
el resultado, la vida de mi hija.
Los rezos y las peticiones con la imposición de
manos sobre su alimento que licuaba varias veces al día, fueron para mí
recuerdos diarios, tras dejar de trabajar en 2012. Pues su presencia en el
mundo, en contra de todo pronóstico, de médicos especialistas, me hacía sentir
que sólo de mí dependía su esperanza de vida. Llegué por supuesto después de
meses, a dejarla en manos de Dios. Aunque seguía haciendo todo lo necesario,
esperando que un día no muriera, por desnutrición, por asfixia, por la
inmunodeficiencia o por muerte de cuna.
Preguntas del Coach:
¿Qué estarías dispuesto hacer, si la vida de
tus hijos dependiera de ello? ¿Cómo el miedo se puede transformar en poder de
acción para ti? ¿A qué le tienes miedo y cómo este miedo te dará poder para
conseguir lo que deseas? ¿Qué pasaría si no hicieras lo que te toca hacer?
¿Cuántas noches te debes desvelar para conseguirlo? ¿Estarías dispuesto de
hacer un plan y cumplirlo, por cada 15 minutos, día tras dia, hasta llenar seis
cuadernos profesionales?
Hoy trabajamos en terapias, psicomotoras y de
lenguaje diariamente. Se ha operado, y come mucho mejor, ya salió de peligro, y
se le fue alimentando por sonda, hasta conseguir después de varios años que
pudiera tener una buena relación entre peso y talla, tiene epilepsia como parte
de su condición, pero su inmunodeficiencia fue común variable transitoria de la
edad. Ya camina, y la empodero todos los días para que hable con la gente y
construya su seguridad personal.
Si tienes miedo, reza, trabaja y utilízalo a
favor. Recuerda que el miedo puede ser un gran aliciente de poder, si te hace
estar dispuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario