Crecimiento de
la novedosa clase obrera digital
FORBES- 30 de may. de 19
Empresas están redefiniendo relaciones sociales
y reorganizando el conocimiento a través de algoritmos que no necesariamente
buscan el bien común, sino basados en principios comerciales.
En la literatura clásica marxista, los
elementos de la producción son la tierra, el trabajo y el capital y,
paulatinamente, se agregaría la tecnología como otro factor más; la suma y
combinación de ellos da por resultado la producción de bienes y servicios, que
servirán para el consumo y la generación de riqueza, piedra angular en el modo
de producción capitalista.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando la tierra deja
de ser un elemento y se convierte en un territorio digital donde anida una nueva
clase trabajadora, que, además, no tiene sueldo?
La tierra en el sentido marxista abrió pasó a
un nuevo generador de riqueza: los datos. Así, la producción de bienes y
servicios utilizan la información que obtienen de los usuarios de las
plataformas digitales no sólo para colocarlos de una manera más competitiva en
el mercado, sino para definirlos, diseñarlos y lanzarlos de acuerdo con
segmentaciones de mercado muy específicas.
Estamos entonces ante una nueva etapa del
capitalismo, donde uno de los bienes más valiosos es la generación de
información digital, un bien, por cierto, no remunerado y en el que una nueva
clase trabajadora, los usuarios de las redes sociales, trabajan sin descanso.
Esta es la tesis que sostiene Timo Daum en su
más reciente libro “El capital somos nosotros. Crítica a la economía digital”
(Uruk Editores, 2019). La aparición del capitalismo de datos es un concepto que
ya ha sido estudiado anteriormente, por ejemplo, con la sociedad de la
información de Manuel Castells, que planteaba toda una reestructuración del
trabajo a partir de la introducción de las tecnologías de información y
comunicación de forma masiva; sin embargo, el gran mérito de Daum es plantear
el cambio desde la socialización digital que plantean plataformas como redes
sociales y los datos personales y la big data que de ahí se genera.
La transformación del capitalismo es constante,
es un sistema de producción que ha sabido transformarse a lo largo de los
siglos y hoy parece más vivo. Las empresas no sólo necesitan datos para
construir y vender sus productos y servicios, sino que estos son obtenidos a
través del surgimiento de una nueva clase trabajadora. Si las redes sociales
son gratuitas es porque los usuarios somos trabajadores sin sueldo en una
especie de mina digital que es altamente rentable para sus dueños.
Así, Daum apunta al surgimiento de una
oligarquía digital, cuyos intereses parecen dirigir el movimiento económico a
nivel mundial. Los individuos no pueden permanecer inmunes a la creciente
digitalización y, estén no conectados, viven dentro de las esferas de una
economía que se rige a partir de clics e interacciones.
Este puñado de empresas que han creado nuevos
modelos de negocio a partir de los datos y los likes, están redefiniendo las
relaciones sociales y reorganizando el conocimiento a través de algoritmos que
no necesariamente buscan el bien común, sino basados más bien en principios
comerciales.
“El capital somos nosotros” se convierte en una
lectura que más allá de señalar o reprobar, ayuda a comprender el fenómeno de
la digitalización de la economía y a sensibilizarnos sobre los efectos que
tiene en nosotros como usuarios y consumidores de la tecnología, ayudándonos a
plantear nuevos objetivos como sociedad y también como usuarios de las redes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario