Desafío de la movilidad verde en Latinoamérica
FORBES- 25 de mayo de 2019
Estimaciones revelan que cada año
mueren más de 50,000 personas de forma prematura en la región debido a la
contaminación atmosférica causada principalmente por el transporte.
La educación sentimental que
hemos recibido a través del cine y la televisión ha redundado en que cada vez
que pensamos en el transporte del futuro imaginemos autos voladores o sistemas
de teletransportación como alternativas a los embotellamientos de vehículos
contaminantes que, lamentablemente, suelen caracterizar a las urbes de la
Latinoamérica. El problema no es menor: estimaciones conservadoras revelan que
cada año mueren más de 50,000 personas de forma prematura en la región debido a
la contaminación atmosférica causada principalmente por el transporte.
De acuerdo con la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México gasta casi 40,000
millones de dólares en costos de salud provocados por la contaminación, y la
mitad de estos son atribuibles directamente al sector del transporte. De
continuar así, el futuro dista de lucir promisorio: según datos de la Agencia
Internacional de la Energía, la flota de automóviles en Latinoamérica podría
triplicarse en los próximos 25 años, e incluso superar los 200 millones de
unidades en 2050. Este crecimiento se traduciría en un efecto pernicioso en la
demanda de combustibles y el aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI).
Nos encontramos frente a un
escenario que plantea una oportunidad única para tomar decisiones estratégicas
que lleven al cambio que todos deseamos: un transporte digno, eficiente y
limpio. La solución, sin embargo, está lejos de ser tan dramática como lo que
vemos en una cinta de ciencia ficción. De acuerdo con “Climate Investment
Opportunities in Cities 2018”, un informe de la Corporación Financiera
Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial,
Latinoamérica puede adoptar esquemas de movilidad verde con sencillez relativa
y en un periodo corto. El potencial de inversión está ahí. IFC estima una
oportunidad de inversión de casi 395 mil millones de dólares en el sector del
transporte en las ciudades de la región latinoamericana hasta 2030, incluido el
despliegue de vehículos eléctricos y el cambio modal hacia el transporte
público y no motorizado. Tan sólo en vehículos eléctricos, IFC estima una
inversión de 285 mil millones de dólares. Más de 42 ciudades importantes de
América Latina han desarrollado sistemas de transporte público, como Bogotá,
Santiago y Medellín, y más de 320 más han integrado carriles para bicicletas en
sus sistemas de transporte. Una proporción significativa de estos proyectos
tenía algún financiamiento privado a través de modelos de Asociación Público
Privadas (APP).
¿Y la Ciudad de México?
Desde hace ya varios lustros, la
Ciudad de México enfrenta el reto de reordenar la movilidad urbana en aras de
reducir la contaminación, optimar la viabilidad y mejorar la calidad de vida de
la ciudadanía. La Ciudad de México ha revisado profundamente el sector de
transporte -la mayor fuente de las emisiones contaminantes (45% de las
emisiones totales)- para crear un paisaje urbano mejor conectado, coordinado y
accesible: la ciudad ha modernizado el Sistema Colectivo Metro, al tiempo que
ha desarrollado planes de transporte intermodal y lanzado nuevas líneas de
tránsito rápido de autobuses. El objetivo de estas iniciativas ha sido reducir
la contaminación del aire, la congestión y el uso de energía.
La capital mexicana espera
reducir las emisiones totales actuales en 10% para 2020, lo que ahorraría 2.7
millones de kilovatios-hora de energía. Como miembro de C40 Cities, la Ciudad
de México también firmó la Declaración sobre autobuses limpios,
comprometiéndose a incorporar flotas de autobuses de bajas emisiones. La ciudad
ha logrado catalizar un cambio modal hacia el transporte público y limpio a
través de nuevos programas para incentivar el uso de autobuses públicos y
bicicletas La ciudad busca ampliar este éxito con un corredor verde creado
mediante el despliegue de 100 nuevos autobuses eléctricos y 22 kilómetros de
nuevos carriles para bicicletas en toda la ciudad.
En 2008 la Ciudad de México abrió
una Oficina de Estrategia de Movilidad No Motorizada para alentar el uso de la
bicicleta. La oficina tenía el mandato de construir una mejor infraestructura y
construir una cultura ciclista en la ciudad. El sistema público de bicicletas
compartidas de la ciudad, Ecobici, se ha convertido en la cuarta iniciativa más
grande de su tipo en el mundo, al expandirse de 85 estaciones en 2010 a 444 en
2018. Con un área de cobertura de 32 kilómetros, los servicios de Ecobici se
han utilizado 36 millones de veces desde 2010. IFC estima oportunidades de
inversión de 2,000 millones de dólares en transporte público y 7,000 millones
en el despliegue de vehículos eléctricos en la ciudad, lo que crearía oportunidades
de inversión verde por un total de 9,000 millones de dólares en el sector del
transporte hasta 2030.
Conclusión
El gran desafío es impulsar un
liderazgo y acción política decidida, tanto pública como privada, para lograr
la aceleración de la movilidad eléctrica. Esto se puede conseguir gracias al
establecimiento de condiciones habilitantes, la disponibilidad de redes de
recarga y la aplicación de normas de emisiones y eficiencia energética más
estrictas para vehículos convencionales –gasolina o diésel – alineadas con las
tendencias globales.
Si la totalidad de la flotilla
actual de autobuses y taxis de 22 ciudades en 12 países de América Latina fuera
reemplazada por vehículos eléctricos, se ahorrarían para 2030 casi 64 mil
millones dólares en combustibles y se reducirían 300 millones de toneladas
equivalentes de dióxido de carbono (CO²eq), según una estimación de la ONU dada
a conocer a finales de 2017. La transición hacia la movilidad eléctrica en el
transporte público en las 22 ciudades ayudaría además a evitar la muerte
prematura de más de 36,500 personas debido a enfermedades respiratorias
asociadas a la calidad del aire. El cambio hacia una movilidad verde es una
idea que se encuentra a nuestro alcance. No dejemos pasar la oportunidad.
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