Cinco rasgos de los equipos de alto desempeño
FORBES- 15 de mayo de 2019
Los equipos de alto desempeño construyen una
visión de futuro que está alineada con su propósito y con los objetivos de la
organización. Es así como pueden definir metas claras e indicadores.
Existe una gran confusión entre lo que es un
grupo, un equipo y un equipo de alto rendimiento.
En mi trabajo como coach y consultora, he
observado seudo equipos que en realidad trabajan como grupos, así como equipos
donde la interacción entre sus miembros afecta el desempeño y la consecución de
objetivos.
Los líderes desean que sus equipos alcancen
metas, pero muchas veces no saben cuáles son las condiciones necesarias para
desarrollar un equipo de alto rendimiento.
Un equipo de alto desempeño es aquel que reúne
los siguientes atributos:
1) Propósito colectivo
El propósito es lo que lleva a un equipo a
luchar por alcanzar sus metas. Todo equipo de alto rendimiento es inspirado por
un propósito colectivo que genera compromiso en todos sus miembros.
Podemos entender el propósito cómo la razón de
ser del equipo, la misión que cumple en la organización y a través de la cual
la impacta positivamente. Si bien está alineado con la estrategia de la
organización, trasciende la descripción de un área y es descubierto por el
equipo de forma conjunta.
2) Metas claras y responsabilidad compartida
Los equipos de alto desempeño construyen una
visión de futuro que está alineada con su propósito y con los objetivos de la
organización. Es así como pueden definir metas claras e indicadores que lleven
a materializar su visión y que contribuyan al logro de los objetivos de la
empresa.
Adicionalmente, todos los miembros del equipo
se sienten mutuamente responsables por el alcance de la visión y las metas
compartidas, enfocando sus esfuerzos hacia la producción de los resultados que
buscan. El nivel de compromiso por los objetivos colectivos es mayor que el
nivel de compromiso por el cumplimiento de metas individuales.
3) Habilidades complementarias y liderazgo
participativo
Una vez las metas colectivas están definidas,
el equipo debe garantizar que sus integrantes cuentan con habilidades
complementarias, que le permitan a cada persona agregar valor desde su rol y
contribuir al cumplimiento de los objetivos compartidos.
Esto a su vez posibilita un liderazgo que rota
y donde todos participan y comparten sus ideas, distribuyendo la carga de
trabajo de manera justa. Obviamente un liderazgo rotativo solo es exitoso
cuando los miembros del equipo son buenos líderes.
4) Metodología de trabajo común
Para que un equipo trabaje de manera coordinada
y maximice su rendimiento, necesita que todos sus integrantes utilicen una
metodología de trabajo común.
Contar con un enfoque de trabajo les permite a
los miembros del equipo ser eficientes, optimizar sus procesos, alienar tiempos
y mejorar la toma de decisiones.
5) Relaciones de verdadera confianza
Cuando todos los miembros del equipo confían en
los demás, son capaces de hablar con sinceridad de lo que no funciona,
identificar las causas de los problemas, llegar a acuerdos y diseñar
estrategias con las que todos se sienten comprometidos.
Es muy difícil para un equipo implementar
mejoras significativas, si sus integrantes no se atreven a dialogar con
sinceridad, y esto solo ocurre cuando el equipo se ha constituido como un
espacio seguro, donde cada uno de los miembros se interesa genuinamente por
ayudar a sus compañeros tanto a nivel laboral como personal.
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