Mobbing, tumor
que invade a las organizaciones
FORBES- 15 de may. de 19
Hablamos del acoso laboral cuando se genera un
ambiente tóxico en el clima organizacional de una empresa, a causa de la
denigración de cualquiera de los miembros del equipo.
Si bien el mobbing puede ser físico o
psicológico, lo cierto es que éste último es el más común. En términos de
estadísticas, es en los niveles organizacionales más bajos donde más se da este
fenómeno; no obstante, este dato está ligado a la sencilla razón de que es en
este escalafón de la organización donde más empleados hay. Pero, en realidad,
estudios recientes muestran claramente que el mobbing se da en todos los
niveles organizacionales. De hecho, cuando se da en niveles altos de la
organización es también tremendamente tóxico, provocando impactos muy graves en
la vida de un ser humano.
Todo lo que, eventualmente, impacte de manera
negativa tu autopercepción, tu autoestima y la relación que tienes con los
demás cae en el modelo o concepto de mobbing piscológico o emocional.
Mobbing horizontal y vertical
Diría que el más delicado es el mobbing
vertical, ya que, en automático, la persona que recibe este tipo de trato está
en desventaja. Además de existir un abuso por parte de la persona que ejerce el
mobbing, ésta tiene poder y autoridad sobre el otro, lo cual empeora la
situación. No obstante, el mobbing horizontal o lateral no deja de ser de suma
importancia y algo a evitar bajo cualquier circunstancia, ya que intoxica el
clima organizacional de la empresa.
¿Qué genera situaciones de mobbing en las
organizaciones?
Los motivos pueden ser múltiples, pero diría
que los principales están ligados a conceptos como Valores, Percepciones y
Estereotipos. Los seres humanos mostramos nuestras diferencias en esos tres
rubros. Cuando nuestros valores no coinciden con los de los demás, tendemos,
frecuentemente, a ridiculizarlos. La diferencia de valores es la primera causa
de mobbing. Asimismo, la existencia de percepciones distintas frente a una
misma situación puede ser detonador del fenómeno mobbing. Y, por último, los
estereotipos, que muchas veces están ligados a pensar, por ejemplo, que las
mujeres no tienen la capacidad para ejercer cierto puesto o actividad
intelectual o de autoridad, por el hecho de ser mujeres.
Frente a ello, y en primera instancia, debemos
entender que nuestros valores y percepciones pueden ser diferentes a las de los
demás y que eso, justamente, es algo que nos puede enriquecer. El estereotipo
es el primer elemento para indagar sobre otra persona pero no es lo que la
determina.
Lo que deben hacer las organizaciones para
evitar el mobbing
Primeramente, deben regularlo con políticas y
reglamentos internos; establecer claramente las consecuencias para aquellas
personas que caigan en este tipo de comportamientos que son totalmente
inaceptables. Y, por otro lado, educar a sus empleados en esa dirección, ya que
si se combate el mobbing únicamente mediante un reglamento, puede provocar que
siga existiendo pero, tal vez, de forma oculta o disfrazada, por lo que no lo
soluciona. La educación es lo que, verdaderamente, logra que los empleados se
den cuenta de que este tipo de comportamientos son totalmente aberrantes y
ajenos al bien común. Ambos aspectos son imprescindibles para evitar el mobbing
en una organización.
Finalmente, cabe señalar que el mobbing es un
tumor que, eventualmente, puede degradar a la organización, intoxica el clima
organizacional y, por ende, influye de manera negativa en la productividad.
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