¿Qué caminos quedan para Televisa sin
Azcárraga?
FORBES – 3 de noviembre de 2017
Televisa requiere un profundo cambio
si quiere mantenerse pujante en el contexto digital. Y al parecer, su éxito
radicará en no producir contenidos.
La familia Azcárraga ha sido
parte importante de la cultura pop mexicana, nos guste o no. Siendo Televisa
uno de los artífices principales del star system nacional, fueron capaces de
influir directamente sobre nuestros gustos musicales, nuestras aficiones
deportivas, nuestras formas de diversión e incluso, sobre la agenda política
nacional. Por ello, la salida de Azcárraga Jean de la presidencia es
emblemática.
Su última gran apuesta fue el
2012, una estrategia en la que perdieron ganando.
Con todo el poder de la
Televisora se decidió apoyar a un solo candidato y menospreciar las incipientes
plataformas de comunicación digital que indicaban que información y tendencias
eran muy diferentes de lo que televisión, radio e impresos nos decían. Los
números no coincidían, las distancias entre candidatos no eran tan grandes y el
resultado final lo comprobó.
Sucedió entonces un fenómeno muy
particular. Los jóvenes millenials de hace cinco años apagaron la televisión de
una buena vez y se mudaron de tiempo completo a los entornos digitales no sólo
para publicar selfies o las fotos de su comida, también para informarse,
divertirse y socializar. Las estadísticas son claras: desde septiembre de 2013
el contenido que más se comparte en las redes sociales en México son noticias.
La tendencia no ha cambiado desde entonces, por el contrario, se ha
intensificado.
Las estadísticas también son
claras: en cada periodo la audiencia de medios tradicionales cae
constantemente, la venta de publicidad también tiene una tendencia a la baja y
el valor de las acciones de la empresa han sido degradadas, con riesgo
moderado.
Televisa fue el gran perdedor en
2012. Hubo un efecto paradójico en ese momento: mientras que las reformas en
Telecomunicaciones frenaban a los competidores de Televisa para entrar a sus
mercados, hicieron un terreno mucho más competitivo a la población general en
el acceso a la tecnología, logrando que el índice de precios del segmento no
sólo no subiera, sino desde hace años tuviera una tendencia a la baja.
Con acceso a tecnología mucho más
barato, las audiencias corrieron a las plataformas digitales, abandonando la
televisión.
La fortaleza que implicaba ser
ese imperio de medios de comunicación fue también parte del problema en el
contexto digital. Una empresa tan grande y sólida se vuelve poco flexible ante
la transformación digital social.
Además, la oferta de contenidos
digitales es tan amplia que no se puede luchar contra ella. Más allá de la
calidad, los usuarios prefieren la naturalidad de los autores y figuras de
Internet. El long tail alcanzó a la televisora: mientras la televisión está
pensada para públicos masivos, la tendencia es crear contenido especializado
para nichos de mercado. Se acabó el consumo de masas, llegó el contenido
atomizado, a la carta.
¿Qué tendría que hacer Televisa
para asegurar su subsistencia en los años por venir?
En primer lugar, tendría que
dejar de insistir en desarrollar contenidos. La empresa no ha podido entender
la lógica y segmentación de las audiencias digitales, ya que la mayor parte de
las propuestas se parecen mucho a los programas que solía ofrecer en su
programación habitual y simplemente han fracasado.
En su lugar, tendría que buscar a
empresas que desarrollen buen contenido, especializado e hipersegmentado para
buscar asociaciones y/o adquisiciones y dejarlas operar bajo sus propios
esquemas y modelos de producción, sin importar el tamaño las compras. Tal y
como hizo con SDP Noticias o El Deforma.
Y por otra parte, tendría que
empezar a desarrollar tecnología y reingeniería de procesos que le permitieran
capitalizar las microaudiencias, aunado a la cartera de marcas, productos y
servicios que ya tienen bajo un nuevo modelo de negocios digitales.
Así, el camino para Televisa será
convertirse de una empresa de contenidos a una comercializadora de publicidad
digital que debería innovar en plataformas, modelos de negocios y reingeniería
de procesos.
Al parecer, la renuncia de
Azcárraga Jean ha sido bien recibida por inversionistas. Es eso o afrontar un
cambio en el que la solidez de la empresa es su principal obstáculo.
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