CEO millennials en el mundo
empresarial
FORBES- 16 de noviembre de 2017
En el mundo empresarial, se ha
asumido incluso con mayor intensidad la presencia de los Millennials que en el
mundo social.
En el mundo empresarial, se ha
asumido incluso con mayor intensidad la presencia de los Millennials que en el
mundo social.
Todavía recuerdo el comentario de
uno de los mejores CEOs que hay en México: “Me invitaron a ser parte del
consejo de una empresa que factura 600 millones de dólares y qué crees, el
director general va en huaraches a las juntas y a veces camina descalzo por la
sala de consejo”. En aquel momento el concepto Millennial no estaba acuñado,
pero la referencia era claramente Millennial.
Los CEOs Millennials sorprenden
con decisiones y formas llamativas. Todos tenemos en la memoria la imagen de
Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, sacando dinero de un cajero automático junto
con su esposa, en su luna de miel por Italia, con la mayor naturalidad. El
fundador y CEO de una empresa con un valor de más de 60,000 millones de
dólares, sacando mil o dos mil en un cajero.
Parto de la idea de que el
concepto de Millennial me parece supravalorado y en la mayoría de las ocasiones
confundido. La sociología tiene que hacer todavía grandes esfuerzos para
validar científicamente el concepto, su fondo y su forma. ¿Qué es ser
Millennial, ir con jeans a trabajar, no tener horarios, que te guste llevar a
tu mascota a la oficina y poder tomarte una cerveza en el comedor de la
empresa? Eso ha existido toda la vida y se ha puesto en práctica de diferentes
maneras. Los Millennials deben estar buscando algo más y queriendo aportar
valores de otro tipo.
Pero me quedo con las enseñanzas
de unos cuantos Millennials que han logrado transformar el mundo y darle mucho
que pensar de cómo se deben afrontar algunas situaciones. Aceptando, sin
conceder en pleno, que los Millennials han aportado un cambio importante de
formas y relativo de fondos.
Los CEOs Millennials no pierden
de vista que las empresas y los negocios son para lograr beneficios concretos.
Se enfocan igual que cualquier otro empresario o director general a producir
utilidades para los socios y los empleados de la compañía. Lo que logran
entender mejor es que esos beneficios deben servir para la calidad de vida aquí
y ahora y no para aumentar el grosor de los ahorros.
Los Millennials han entendido y
puesto en práctica la comodidad del entorno de trabajo. Ojo, las otras
generaciones también lo entendían, pero lo olvidaban a la primera de cambio por
el imperio de las formas y las jerarquías. La regla de proporcionalidad entre
ambiente y desempeño es cada día más clara y los Millennials lo saben: a mayor
comodidad mayor productividad, a mayor libertad, mayor creatividad.
¿Quién no sueña en llegar a su
oficina con unos jeans, una playera y unos tenis? ¿Quién no está fascinado con
la idea de retirarse del lugar de trabajo cuando las ideas no fluyen o
simplemente no llegan? ¿Quién, de la edad que sea, no entiende que cuando algo
no se comprende o no se puede solucionar, lo mejor es recurrir a otras
inteligencias que están a tu lado? Todas las generaciones de seres humanos lo
entendemos, pero los Millennials se atreven a aplicarlo y los CEOs
pertenecientes a esa generación, que a nivel global representan alrededor del
7%, lo viven y lo promueven.
Cuando entras a las oficinas de
Facebook en la Ciudad de México hay muchas situaciones que llaman la atención.
Quizá la más relevante es que la oficina del director general no sólo no tiene
paredes y puertas, sino que está en medio de todo el equipo de trabajo y además
detrás de él se encuentra un sofá en el que cualquiera de sus empleados puede
dormir a gusto la siesta. Más allá de las formas, hay algo de fondo: las
decisiones, las conversaciones, las visiones del director general, pueden
compartirse de manera natural. Sin embargo, hay que aclarar, que el director
general sin ser Millennial por edad, lo es por espíritu; de hecho, solamente
9.5% de las compañías más innovadoras a nivel global son dirigidas por
Millennials, de las cuales el 52% pertenecen al sector tecnológico.
¿Se trata de algo nuevo?
Absolutamente para nada. Cuántos empresarios conviven día a día con los
camioneros y camiones de distribución de sus productos, se reúnen en una mina
con ellos o piden iniciativas de cambio mientras caminan por los recovecos de
la empresa. La diferencia se muestra en que los Millennials no tienen miedo en
aplicar un estilo de dirigir y trabajar. En las demás generaciones, casi
siempre, entra la solemnidad, rompe todo y empieza la megaestructura a trabajar
y a reproducir estereotipos.
El estereotipo Millennial tiene
como cualquier etiqueta social elementos claros y elementos poco definidos,
pero quizá la característica más relevante de los CEOs de esta generación es la
necesidad de innovar, de crear nuevas formas, de generar nuevos ambientes, de
pensar en algunas situaciones de forma distinta. La realidad es que no se puede
pensar, decidir y actuar como Millennial al 100% porque las situaciones y
formas empresariales siguen manteniéndose en vigor.
Pero los Millennials no sólo han
impactado en las formas, también han logrado que pensemos en serio en algunos
temas de fondo. Los ámbitos de innovación, de tecnología, de comunicación, de
lenguaje, de análisis, han sido tocados por esta generación para mejorar.
Siempre tengo presente el ejemplo
de un director adjunto de una gran empresa de infraestructura, Millennial y
además formado en Stanford. Nos había pedido un plan de comunicación para
reforzar la reputación de la compañía. Todo le pareció bien hasta llegar al
presupuesto. No porque fuera alto, sino porque al compararlo con otras
propuestas lo veía en otra dimensión. Su conclusión fue clara y contundente:
“está claro que he recibido un presupuesto que habla de manzanas y otros que
hablan de peras, no juzgo si uno es mejor que otro, solamente déjenme entender
de qué se trata”. Al final, después de estudiarlo, decidió que el plan que le
habíamos presentado era acorde al presupuesto propuesto y tomó la decisión de
contratarnos. Seguir un criterio sensato y no basado en lo barato o en lo caro,
puede ser una buena enseñanza de los CEOs más jóvenes.
Sigo pensando que el concepto de
Millennial es un estereotipo, pero que los que pertenecen a este grupo
generacional tienen mucho que aportarnos, así como también tienen muchos
conceptos que pueden mejorar y que madurarán con el tiempo. Lo importante es
ver los aprendizajes que recibimos, el cambio de formas que ayuda a establecer
mejores estándares de cumplimiento, el pensar de otra manera, que siempre nos
ayudará a enriquecer nuestra perspectiva.
En realidad, hay que contemplar
siempre lo diferente, lo novedoso, lo llamativo, porque nos enseña a pensar de
otra forma. No quiere decir que sea exitoso, pero sí que motivará a pensar y a
crecer y eso siempre conlleva beneficios.
Nuestra sociedad no está
preparada todavía para tener CEOs Millenials: en México, alrededor del 4.8% de
las empresas más valoradas son dirigidas por Millennials. Como, por lo demás,
para tener muchas CEOs mujeres: menos del 1% ocupa cargos directivos a nivel
nacional. Es así. Estamos muy retrasados en nuestra visión, por eso el mundo de
la empresa, aunque cambia, todavía transforma poco la sociedad.
* Carlos Herrero es aliado
estratégico de Great Place to Work, Presidente de Extrategia, Comunicación y
Medios.
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