Elecciones y guerra de
información digital
FORBES- 16 de noviembre de 2017
Un reciente estudio demostró que
algunos países utilizan tácticas digitales para crear tendencias falsas de
información y afectar resultados electorales.
A nadie le queda duda la
trascendencia de las redes sociales y las plataformas digitales en muchos
aspectos de la vida cotidiana, que van desde la mercadotecnia y la publicidad,
hasta la política y el activismo. Sin embargo, dadas las actuales
circunstancias de manipulación de la información y de tácticas de
contrainformación digital, es pertinente hacernos la pregunta si las redes
sociales pueden influir negativamente en la democracia.
Esta semana, Freedom House, una
ONG con sede en Washington que vela por la democracia, los derechos humanos y
el libro acceso a la información, realizó un estudio en 65 países sobre la
forma en la que algunos Gobiernos interfieren la información digital con fines
represivos o propagandísticos e incluso, han jugado un papel decisivo en
resultados electorales en al menos 18 países entre 2016 y 2017. Y sí, eso
incluye a Estados Unidos.
Es importante añadir que la suma
de la población de los países analizados forma en su conjunto más del 87% del
total de usuarios con acceso a Internet en todo el mundo. Ello implica que fueron
analizados nueve de cada 10 usuarios de la red, de ahí la relevancia del
estudio.
Uno de los datos más interesantes
del estudio es que de acuerdo con los indicadores presentados, sólo el 23% de
los usuarios que navegan en la red lo hacen de forma libre; el 28% lo hace
parcialmente libre; y el 36% lo hacen de manera limitada o vigilada.
Los indicadores que resaltan en
el estudio se refieren a la creación de tendencias falsas mediante bots, hasta
la intimidación o agresiones físicas. En este sentido, el ranking se construyó
en orden descendente: los países con mayores violaciones a la información en
Internet están en los primeros sitios y aquellos que muestran mayor libertad al
tráfico, se encuentran al final.
Así los países que muestran las
restricciones más altas o la mayor manipulación para el libre acceso a la
información son China, Siria, Etiopía, Irán y Cuba. México se encuentra en la
media, en el lugar 42 de 65 respecto a los indicadores de libertad y
manipulación. Estonia, Islandia, Canadá, Alemania y Australia son los países
más libres.
En este sentido, China y Rusia
han sido pioneros para manipular información existente, crear tendencias,
desaparecer discusiones de medios digitales, limitar la libre opinión o generar
tendencias mediante la implantación de noticias falsas. Esta tendencia se ha
mantenido vigente y constante por siette años. Cabe señalar que al menos uno de
cada cuatro países tiene políticas de acceso a internet libre y gratuito, sin
embargo, eso no los salva de las tácticas utilizadas para crear desinformación
en la red.
Los bots rusos han sido
documentados durante la elección presidencial de Estados Unidos en 2016,
explica el estudio, no obstante, también han sido detectados en Venezuela,
Filipinas y Turquía.
El estudio reconoce al menos seis
estrategias utilizadas de forma común.
Fake News. Las noticias falsas
que se distribuyen utilizando los algoritmos de relevancia de contenido de las
redes sociales.
Cuentas automáticas que sirven
para ocultar un tema en tendencia o bien para crearlas de forma artificial.
Hostigadores que suelen atacar
principalmente a defensores de derechos humanos y/o periodistas.
Influencers pagados. Los líderes
de opinión digital tampoco se salvan y suelen recibir beneficios si hablan a
favor o en contra de ciertas tendencias.
Restricciones al Internet móvil o
a la transmisión de video en vivo. Particularmente durante manifestaciones o en
algunas regiones muy específicas.
Atacan principalmente a cuentas
privadas, ya sea inutilizándolas o robando información personal.
El estudio resulta relevante para
México por varias razones. En primer lugar, por el inminente proceso electoral
de 2018; por otra parte, el mayor acceso a tecnologías de información y
comunicación en detrimento de los medios tradicionales como principal fuente de
información; y, por último, la tasa de penetración de redes sociales en México
es de las más altas del mundo. Todo ello configura un escenario que predispone
a las tácticas descritas en el estudio. No obstante, un esfuerzo de legislación
debe ser cuidadoso en primer lugar para distinguir los derechos de acceso a la
información de la ciudadanía de la guerrilla de contra información digital que
se vive diariamente.
Ello pone en entredicho la
capacidad de Internet de generar un territorio libre e incluyente, basado en el
diálogo, el intercambio de información y el sano debate, que son, a su vez, los
pilares de la democracia.
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