¿Viene una crisis en las criptodivisas?
FORBES- 9 de noviembre de 2017
El crecimiento tan acelerado de
las monedas digitales plantea la posibilidad de una burbuja similar a la que
sacudió a las punto com a principios de los 2000.
Las criptomonedas han tomado un
papel cada vez más importante en el mercado bursátil y financiero de los
últimos años, no sólo debido a su crecimiento acelerado, también ha llamado la
atención la aceptación y diversificación que han mostrado.
Sólo por citar un ejemplo, en
2010 un bitcoin costaba 1 dólar. Hoy, ronda alrededor de los 7000 dólares y su
mercado se valúa cerca de 97 mil millones de dólares. Una cantidad que supera a
bancos como Goldman Sachs, sólo por citar un ejemplo.
Bitcoin no es la única criptomoneda
que existe en el mercado. Ethereum, Ripple, Dash, son algunas de las más
importantes y de las mejor valuadas.
Las criptodivisas, como sabemos,
no son monedas que emita alguna entidad central como el gobierno de un país o
un banco; por el contario, se trata de un sistema financiero entre usuarios,
basados en protocolos de intercambio muy estrictos. Su precio depende de varios
factores, pero estriba fundamentalmente de la oferta y la demanda.
Contario a lo que sucede en el
mundo físico, podemos decir que el movimiento de las criptomonedas y la serie
de transacciones que se realizan con ellas son públicas, si bien los usuarios
se mantienen de forma anónima. Es decir, un usuario puede realizar operaciones
bancarias, de inversión, de compra y venta manteniendo su anonimato, no
obstante, las divisas se mantienen a la vista de todos gracias a los
blockchains o cadenas de bloque, que son una especie de libro de registro que
se mantiene inviolable.
Por ello, un monedero bitcoin es
más seguro incluso que una cuenta bancaria; sin embargo, el hecho de que
alguien pueda mantener el anonimato al realizar operaciones con la
criptodivisa, ha impulsado una serie de aspectos negativos relacionados con el
mercado negro y el crimen.
No obstante, más allá de la
relación con operaciones al margen de la ley, su crecimiento acelerado está
creando condiciones muy similares a las que se vivieron a principios de los
2000 con la llamada crisis de las punto com.
A finales de los noventa y
principios de los 2000, hubo un crecimiento acelerado de empresas cuyo
principal valor era ofrecer presencia en el creciente mundo digital. Muchas de
las empresas de aquel entonces, basaban su valía en páginas web o en modelos de
negocio que no eran muy claros, pero que, al estar asentados en Internet,
podían resultar atractivos para los inversionistas.
En aquel entonces, pocas empresas
eran las que tenían una visión centrada de lo que podía significar la red para
la inversión y los negocios. No obstante, prevalecía un entendimiento somero,
básico de las características del mundo digital. En esencia, muchos lo
confundieron con una especie de extensión de la televisión, de las revistas o
de los catálogos de compras. Ello provocó una sobreestimación del mercado que
se vio reflejada en el mundo bursátil.
El punto en aquel entonces era
invertir en digital porque era el futuro, aunque nadie sabía bien lo que eso
significaba.
Las rondas de inversión y el
capital de riesgo corrieron por todos lados y muchas empresas se vieron
beneficiadas. Sin embargo, en un par de años, la mayor parte de los negocios
fracasaron en cascada y ello provocó una caída masiva y la pérdida de inversiones
al por mayor. Un mercado sobrevaluado terminó por ceder.
Al parecer, las condiciones de
intercambio bursátil de las monedas digitales se acercan a una burbuja similar.
En este caso, el hecho de entrar en un proceso de intercambio de una moneda
experimental que en buena medida está financiando emprendimientos de TI podría
resultar en una mala experiencia en poco tiempo.
De la misma manera que sucedió en
los 2000, los modelos de monetización de empresas y emprendedores no son
suficientemente claros, ni rentables. Los mercados están creciendo sobre una
idea muy inflada del emprendimiento, pero no sustentada por un rendimiento real
de las empresas de tecnología. Es común escuchar que alguien plantea una nueva
red, una app que todo el mundo usa, pero que aún no monetiza, aunque cuenta con
muchas rondas de inversión, no obstante, el modelo de capitalización no es lo
suficientemente bueno.
Si bien, existen claras y amplias
diferencias con la crisis de las punto com, el crecimiento tan rápido de la
divisa plantea serios cuestionamientos sobre la forma en la que financian
proyectos poco firmes o efímeros. Al final, el tiempo dirá si la desconfianza
en el mercado tiene fundamentos o se trata de simple resistencia al cambio.
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