El hospital que alcanzó al futuro en la lucha
contra el cáncer
FORBES, 27 de Agosto del 2015
El Hospital Metodista de Houston
es un espacio donde el futuro se ha adelantado. Robots y tratamientos
innovadores le declaran una batalla al cáncer, que cobra la vida de más de ocho
millones de personas cada año en todo el mundo. Forbes México visitó el centro
hospitalario en Estados Unidos para dar un salto en el tiempo y mirar la
tecnología que quiere revolucionar la medicina.
Houston, Texas.- Cada hora en el
mundo mueren más de 1,000 personas por algún tipo de cáncer. Sin embargo,
existe un sitio que busca cambiar estas cifras y brindar un tratamiento de
salud que alargue la vida de los pacientes o que, en muchos casos, ofrezca una
segunda oportunidad de vida a la población. Ese lugar es el Hospital Metodista
de Houston.
La robótica aplicada en un
quirófano no es un sueño aquí. Los tres brazos robóticos del Sistema Quirúrgico
Da Vinci trabajan todos los días en cirugías que salvan la vida de pacientes
con cáncer de próstata de todo el mundo, con mínimos efectos posteriores a la
intervención.
Un paciente alemán de cáncer de
próstata se encuentra sobre la mesa de operaciones. Un cirujano dirige los
brazos mecánicos que penetran el vientre del visitante extranjero, mientras que
un ayudante y una enfermera observan en los monitores el procedimiento para
extraer el órgano enfermo.
Siete horas después, el paciente
habrá salido de una cirugía que inició a las ocho de la mañana. Esa misma noche
estará cenando una hamburguesa y al siguiente día será dado de alta, mientras
que las posibilidades de presentar consecuencias adversas, como disfunción
eréctil e incontinencia, son reducidas; estas condiciones serían inimaginables
con una cirugía tradicional.
Las diferencias en la
infraestructura hospitalaria de este nosocomio y las de los hospitales de
México pueden observarse fácilmente: uno de los pisos que alberga un área de
quirófanos cuenta con más de siete equipos Da Vinci; en México, sólo hay tres a
nivel nacional.
Todos los esfuerzos del hospital
no son en vano. El cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel
mundial. En 2012 se registraron 8.2 millones de muertes, de acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Hospital Metodista de Houston
ha sido reconocido desde 2013 como uno de los mejores hospitales de Estados
Unidos en 16 distintas especialidades médicas, las cuales incluyen cirugías del
corazón, neurología y neurocirugía, gastroenterología y cáncer.
“Tenemos un gran equipo de
radioterapeutas, oncólogos y médicos cirujanos que ha visto incrementarse el
número de pacientes en los últimos cinco años”, asegura Víctor Fainstein, jefe
del Departamento de Enfermedades Infecciosas y director médico del Hospital
Metodista de Houston Global.
El hospital atiende a pacientes
provenientes de 92 países, cifra que podría incrementarse en los próximos años
por la innovación en los tratamientos.
El Metodista se encuentra en el
llamado corazón de la medicina mundial: el Texas Medical Center (TMC), un
complejo médico y de investigación que recibe cada año a más de siete millones
de pacientes.
Los especialistas oncólogos,
clínicos y científicos que laboran en el Centro Médico Metodista de Oncología
se encuentran a la vanguardia en los temas de prevención, diagnóstico temprano
y manejo sofisticado de la enfermedad.
Este lugar alberga al centro
especializado en cáncer de mama y la clínica de cáncer de mama triple negativo;
en ambas se ofrece a los pacientes un estándar exclusivo de servicio para el
diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Pero la innovación no termina con
un robot en la guerra contra el cáncer. Las unidades de investigación y los
centros de especialidad del Hospital Metodista de Houston trabajan en el
desarrollo de nuevos tratamientos con nanotecnología, así como terapias asistidas
y el redescubrimiento de medicamentos que prometen atacar la enfermedad.
Sin embargo, el costo de los
tratamientos es la principal barrera que aleja a los pacientes mexicanos de la
promesa médica en Estados Unidos.
Forbes México viajó a Estados Unidos
a conocer el futuro de la medicina que promete vencer el cáncer.
La enfermedad
El mundo se derrumbó para Ariel
Monsalve en 2014. Ariel es colombiano y tiene 40 años. Siempre fue un
deportista entregado al ejercicio que nunca advirtió síntoma alguno de cáncer,
pero que tampoco contaba con la información suficiente sobre el padecimiento.
Ese año, unos estudios de rutina revelaron condiciones poco normales en su
cuerpo. Una biopsia fue suficiente para diagnosticarle cáncer de próstata.
“En ese momento sentí un vacío y
pedí a Diosito que me ayudara a solucionarlo, para que los médicos me dieran
una esperanza”, dice Monsalve.
Cuando Ariel sintió que todo
estaba perdido, un especialista del Metodista de Houston le mostró una
esperanza de vida: la próstata podía ser retirada a través del robot Da Vinci y
erradicar el problema en su organismo.
El 15 de enero del año pasado,
Ariel fue operado de forma exitosa. A las tres semanas de la cirugía retomó su
trabajo como asesor de bienes raíces en Houston. Ésta es una de las historias
que se pueden escuchar en el hospital.
Monsalve sabe que fue afortunado;
también sabe que el cáncer asecha al mundo entero. “No conocemos mucho de cómo
llega el cáncer, ya que puede ser hereditario. Por ejemplo, mi mamá murió de
cáncer en el estómago o en el páncreas, pero los hombres sabemos poco del
cáncer de próstata u otros tipos de la enfermedad”, dice el paciente del
Hospital Metodista de Houston.
El 70% de las muertes por cáncer
registradas en 2012 sucedió en África, Asia, América Central y Sudamérica. Para
2030 se prevé que los casos anuales pasarán de 14 millones a 22 millones,
asegura la OMS.
Ariel Mosalve sabe que fue
afortunado al acceder a una cirugía que cuesta más de 200,000 dólares, aunque
reconoce que para países como México o Colombia la atención médica puede
resultar un espejismo.
“Estas cirugías son demasiado
caras por la tecnología y el conocimiento de los médicos”, reconoce.
Tan sólo en México, el ingreso
promedio trimestral de los hogares en el país en 2014 se ubicó en 39,742 pesos,
de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2014, una cifra
que deja poco margen para que una persona adquiera un seguro médico
internacional.
“Deben fomentarse fondos para
atender a la gente”, opina el paciente colombiano.
El Hospital Metodista atiende más
de 20% de los pacientes que tienen algún tipo de cáncer dentro del TMC, y
atiende a pacientes que provienen de 92 países en diferentes especialidades, cifra
que podría incrementarse en los próximos años por la innovación en los
tratamientos.
A pesar de los costos en los
tratamientos, los pacientes mexicanos han ido en aumento por la cercanía con
Estados Unidos, los cuales buscan atenderse en las especialidades de cirugía en
ortopedia, cardiovascular, infecciones, problemas pulmonares, neurología y
trasplantes.
“Hay mucha gente de México que
viene a tratarse aquí por el nivel de excelencia o para tomar una segunda
opinión, pero nosotros siempre queremos que regresen a su país a ver a sus
médicos para que sigan el tratamiento en su lugar de origen”, asegura Víctor
Fainstein.
En la actualidad, los tipos de
cáncer que causan el mayor número de defunciones anuales son los de pulmón,
hígado, estómago, colon y mama. Alrededor de 30% de las muertes por cáncer se
encuentran asociadas principalmente a cinco factores: índice de masa corporal
elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física,
consumo de tabaco y alcohol.
Talento mexicano
Hace 12 años, un joven mexicano
de 19 años, diagnosticado con leucemia, llegó al Houston Methodist en busca de
una segunda opinión. Su caso no era nada sencillo, ya que había sido
desahuciado por los médicos y no contaba con recursos económicos para pagar el
tratamiento.
Las gestiones de un familiar que
vive en Houston permitieron que el joven fuera atendido y pudiera recibir un
trasplante de médula ósea que salvó su vida.
Hace un año, Víctor Fainstein
visitó la ciudad de Guadalajara, en Jalisco, para impartir una conferencia. El
médico se sintió emocionado al reencontrarse con el joven que había obtenido
una segunda oportunidad, gracias a la tecnología y conocimiento de los
especialistas del Hospital Metodista.
Los mexicanos son una pieza
importante para el hospital en Estados Unidos. Víctor Fainstein es un ejemplo
de ello.
Fainstein estudió la carrera de
Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y laboró después
en el ahora Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Desde hace 28
años, el especialista llegó al Hospital Metodista
de Houston y no tiene prisa por regresar.
La historia de Víctor no es la
única de los mexicanos que luchan contra el cáncer y otras graves enfermedades.
Álvaro Muñoz Toscano, investigador egresado de la Universidad de Colima, labora
en el Instituto de Investigaciones del Hospital Metodista de Houston, el cual
se enfoca en encontrar nuevos sistemas que faciliten el tratamiento de
enfermedades basado, principalmente, en nanotecnología. Aunque el investigador
sólo se dedica a estudiar la labor normal de la próstata, existen otros especialistas
que buscan en el laboratorio encontrar alternativas en el tratamiento del
cáncer en el órgano masculino.
“El problema de la quimioterapia
es que mata células enfermas y también sanas, por lo que los investigadores
buscan diseñar un sistema que permita exclusivamente atacar el cáncer en un
órgano”, explica.
Álvaro Muñoz llegó hace ocho años
al Hospital Metodista en busca de entrenamiento en su labor como endocrinólogo,
pero su visión profesional y de vida cambió: el jefe del Departamento de
Urología del nosocomio invitó al mexicano a trabajar en el laboratorio.
“Aquí tenemos el acceso a
microscopios, reactivos, anticuerpos y animales de prueba para hacer
investigaciones, algo que es más restringido en México. Sin embargo, durante mi
estancia en el hospital me he dado cuenta de que contamos con el intelecto y
trato de trabajar con mis amigos en México”, asegura.
En el 2012, el Hospital Metodista
financió a 36 agencias locales para el cuidado de la salud, con más de 8.2 mdd
y contribuyó con 2.8 mdd para servicios en especie, que incluyeron campañas de
vacunación y exámenes de diagnóstico.
Durante ese año, los pacientes
provenientes de la beneficencia recibieron los tratamientos del hospital, para
llegar a un total de 169.6 mdd. Las contribuciones del Metodista a los
beneficios de la comunidad alcanzaron los 704.8 mdd.
El Hospital Metodista cuenta con
766 camas de cirugía, 73 quirófanos, 1,852 médicos afiliados, 5,957 empleados,
35,542 pacientes no ambulatorios y 290,555 ambulatorios, 55,370 visitas de
emergencias atendidas, 1,064 nacimientos, 751 médicos hablan español y atiende
a más de 7,269 pacientes internacionales de cinco países.
En México, el hospital cuenta con
alianzas para la asesoría y administración de más de ocho complejos
hospitalarios alrededor del mundo. Aquí, el hospital mantiene relación con el
Centro Médico ABC, en el Distrito Federal, y el sistema Tec Salud, del Tec de
Monterrey, en Nuevo León.
Desempolvando medicamentos
El Instituto Metodista de
Tecnología, Innovación y Educación (MITIE), del Hospital Metodista de
Houston, es un centro de capacitación
quirúrgica y un hospital virtual de 35,000 pies cuadrados, que ofrece educación
médica continua y formación quirúrgica en tecnologías y técnicas novedosas.
En la actualidad, el Hospital
Metodista de Houston patrocina a 198 médicos residentes en 36 programas,
mientras que el nosocomio cuenta con alianzas académicas con instituciones como
la Universidad de Houston, Universidad Rice y el Colegio Baylor de Medicina,
por mencionar algunas.
Ahora, el Hospital Metodista de
Houston está interesado en no perder el paso en la innovación. Hace cuatro
años, el Departamento de Reposicionamiento de Drogas inició sus operaciones en
el nosocomio con el objetivo de recuperar medicamentos para el tratamiento de
distintos tipos de cáncer.
El trabajo podría resumirse en
desempolvar los viejos estudios clínicos sobre medicamentos y sus efectos en
otros padecimientos que están fuera de la patente y se combinan con otros
fármacos para el tratamiento de cáncer.
“Tenemos más de 700 estudios
clínicos: en cáncer de mama, pulmón, colon, gástrico y páncreas, por mencionar
algunos”, asegura Jaime Mejía, médico oncólogo y director de los Estudios
Clínicos en sus primeras fases dentro del Cancer Center.
La mayor parte de los
medicamentos que se están analizando son de estudios clínicos elaborados entre
1960 y 1970, como el de la Cloroquina, que se utilizaba para la malaria, el
cual ha permitido reducciones de 95% en tumores de mama.
Otros medicamentos podrían ayudar
a los pacientes en etapa terminal a lograr una sobrevida de 100%, lo cual se
traduce en tiempos de vida que iban a ser de cuatro meses y que ahora se
convierten en cuatro años de vida.
“Los resultados han sido
maravillosos: son drogas baratas, los estudios clínicos son económicos y cortos
en tiempo de desarrollo por el conocimiento de la fórmula”, dice Mejía.
La Universidad de Harvard y el
Hospital Metodista de Houston son las únicas instituciones que hacen este tipo
de investigaciones en el mundo, con la promesa de un costo de sólo 1% de lo que
vale una droga aprobada por las autoridades estadounidenses. El reto es llevar
la producción al sector privado.
Jorge Darcourt, médico oncólogo y
hematólogo del Houston Methodist Cancer Center, no puede ocultar la emoción por
la experiencia en el Hospital Metodista y sabe que lo que está por venir es aún
más excitante. “Tenemos tratamientos más dirigidos, más individualizados, menos
tóxicos y cada vez la esperanza de vida de pacientes con cáncer está
aumentando; las probabilidades de cura han aumentado y cada día se hacen más
progresos. El futuro para el paciente diagnosticado con cáncer es más brillante
que en cualquier momento de la historia.”
José Roberto Arteaga-Reportero de
Empresas en Forbes.com.mx. Amante de las historias y obsesionado de los temas
de negocios. Cree que las letras y los números son los símbolos que gobiernan
la fe del mundo.
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