Los cuatro problemas
estructurales de la economía china
- BBC Mundo - jueves, 27 de
agosto de 2015
¿Qué está pasando con la economía china?
La estrepitosa caída de la bolsa
de valores esta semana tuvo un impacto global y recordó el espectro de crisis
mundiales como la del 29 o 2008.
Desde junio China ha
experimentado dos estallidos bursátiles, una abrupta disminución de sus
exportaciones, la peor caída de la producción fabril en años y una devaluación
de su moneda.
¿Implosión del milagro chino?
Nada de eso, le indicó a BBC
Mundo John Ross, profesor del Instituto de Estudios Financieros Chongyang de la
Universidad Renmin de Beijing.
"China está creciendo a un 6,5
o 7%, tres veces más que Estados Unidos y cuatro veces más como mínimo que
Europa. Es una economía que ha pasado de un ritmo de crecimiento
'súpersensacional' de un 10% anual o más a uno 'sensacional', que es el
actual", dijo Ross.
Otro dato comparativo: mientras
Estados Unidos y Europa tienen tasas de interés planchadas a casi 0% para
estimular sus economías desde hace siete años, China ha podido bajar este
martes su tasa un 0,25% en respuesta a la turbulencia bursátil y quedar aún con
muchísimo margen para seguir haciéndolo de ser necesario ya que el interés
quedó en un 4,6%.
Ahora bien, eso no quiere decir
que no haya problemas en la segunda economía mundial.
Su futuro depende de la
resolución de cuatro temas clave:
1.Caída de la inversión y cambio
de modelo
2.Devaluación y exportaciones
3.Deuda y deflación.
4.Desempleo
1 – Caída de inversión y cambio
de modelo
Contrario a lo que suele
asumirse, el crecimiento económico chino de los últimos diez años debe mucho
más a la inversión que a la exportación de chucherías "Made in
China".
Esta inversión movilizó un
impresionante crecimiento de dos dígitos y se hizo sentir especialmente durante
el estallido financiero de 2008.
La inversión, que representaba un
35% del PIB en 2000 y un 44% en 2009, se disparó por encima del 50% con la
recesión mundial posterior a la caída del Lehman Brothers.
En comparación, el consumo
interno como motor de crecimiento apenas superó el 30% durante este período.
Una economía que se basa
excesivamente en la inversión suele estimular burbujas inmobiliarias, deudas
insostenibles y agujeros financieros.
Consciente de los límites de este
modelo, el gobierno inició en 2010 una transición a otro que se basara más en
el crecimiento del consumo interno.
Según le indicó a BBC mundo Kamel
Mellahi, especialista en mercados emergentes de la Warwick Business School de
Reino Unido, los problemas chinos que hacen temblar al mundo provienen de los
inevitables desajustes que se producen con este cambio.
"Un cambio así, en un país
de las dimensiones de China, es más fácil de proponer que de ejecutar. El mundo
se va a tener que adaptar a estos altibajos porque va a tomar tiempo",
afirmó.
2 – Devaluación y exportaciones
La señal de alarma sobre China
sonó muy fuerte con la devaluación de agosto.
En junio, las exportaciones
habían declinado un 8,3% debido a la alicaída demanda mundial y al mayor costo
laboral chino -consecuencia del cambio de modelo que precisa aumentos
salariales para estimular el consumo-.
El 11 de agosto, el Banco Central
inició un proceso devaluador que se prolongó tres días hasta bajar en un 3% la
cotización del yuan.
La devaluación generó un temor
global a una "guerra de divisas" en las que cada país devalúa su
moneda para ganar una ventaja competitiva para sus exportadores.
Este temor, sin embargo, no se
condice con la política oficial china.
China no recurrió a una
devaluación competitiva durante el estallido financiero de 2008 y dejó que su
moneda se apreciara en más de un 50% en relación al dólar desde 2005.
"China no ve ninguna ventaja
en una guerra de divisas. La realidad es que ni siquiera necesita manipular el
mercado para devaluar", señaló en el diario Financial Times Gavyn Davies,
exdirector de Glodman Sachs.
Muchos analistas opinan que la
devaluación está más vinculada al deseo chino de reposicionar al yuan como
divisa internacional incorporándola a las monedas con derechos especiales de
giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) que hasta el día de hoy son el
euro, la libra, el yen y el dólar estadounidense.
"Es una estrategia más a
largo plazo para situar al yuan en este escenario", señaló a BBC Mundo
Mellahi.
A esta lógica global, hay que
añadirle razones internas por las que se podrían descartar nuevas
devaluaciones.
Con una moneda atada al valor del
dólar, China sufrió la apreciación de la moneda estadounidense en los últimos
12 meses que encareció su propia divisa en un 10%.
Aunque la intención secreta de
las autoridades fuera continuar con la caída del valor de su moneda hasta
recuperar el 10% perdido, una devaluación tan fuerte haría insostenible la
deuda china, tercer problema que enfrenta el país en estos momentos.
Lee también: Quién gana, quién pierde y quién
debe preocuparse por la nueva caída de la bolsa en China
3 – Deuda y deflación
Uno de los efectos más peligrosos
del modelo basado en la inversión es la emisión de deuda necesaria para
sostenerlo.
El plan de estímulo chino de
2008-2009 cuadruplicó el nivel de deuda hasta llegar a US$28 billones, un 282 %
del PIB chino.
En un estudio reciente, la consultora McKinsey
detalló los puntos más vulnerables de esta deuda.
"La mitad de los préstamos
están vinculados directa o indirectamente con la propiedad. A esto hay que
sumar que el sistema financiero en la sombra representa la mitad de los nuevos
préstamos y que la deuda de los gobiernos provinciales y municipales es
insostenible", señala el informe.
En este tema, la devaluación
puede ayudar a los deudores porque con frecuencia tiene un impacto
inflacionario (los productos importados pasan a costar más, impactando en los
precios).
Una empresa que tomó un préstamo
a 10, venderá sus productos a mayor precio debido a la inflación (supongamos a
15), mejorando su posición respecto a lo adeudado.
Esto a su vez neutralizaría un
peligro concreto que enfrenta la economía china: la deflación.
Los precios al por mayor han
caído en los últimos 40 meses.
Esto puede terminar en un proceso
deflacionario en el que la misma empresa tendría que vender a menos por la
disminución de los precios con lo que aumentaría el monto de su deuda y el
peligro de bancarrotas.
Todos estos factores en juego
están contrarestados por un factor de peso.
El estado Chino sigue teniendo la
máxima reserva monetaria del mundo: suficiente poder de fuego para intervenir
si las papas queman.
Lee también: Por qué la bolsa de China es
diferente a las del resto del mundo
4 - Desempleo
Una factor estratégica para el
gobierno chino es el nivel de desempleo, crucial para la paz social.
Cuando de la mano de la inversión
la tasa de crecimiento era de dos dígitos, el desempleo no era un problema.
Uno de los interrogantes del
cambio de modelo es qué impacto tendrá sobre el mercado laboral.
Según la información oficial la
tasa de desempleo apenas varió en los últimos cinco años. En 2014, fue del 4,09
%, un poco más alto que el 4,05% registrado en 2013.
Pero el Labour China Bulletin
(LCB), editado en Hong Kong y especializado en temas laborales, señala que este
índice subestima el número real de desempleados.
"El índice oficial solo
registra el número de gente que busca empleos en relación con el total de
empleados urbanos. Ignora a los trabajadores rurales, a los inmigrantes, y los
que tienen trabajo a tiempo parcial o casual", señala el LCB.
Según el FT Confidential,
servicio de investigaciones del Financial Times, hubo una contracción de la
demanda laboral en julio.
La evolución de este índice será
crucial para las fluctuaciones que tenga el cambio de modelo y el nivel de
intervencionismo estatal.
"China tiene una línea roja:
el empleo. Si la situación empeora y afecta el nivel de empleo, entonces, va a
ser irresistible la tentación de volver a estimular la economía con un nuevo
plan de inversión en infraestructura", le señaló a BBC Mundo Mellahi.
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