Problemas en el paraíso
FORBES- 30 de mayo de 2017
Debido a su naturaleza, tarde o
temprano toda empresa familiar encontrará en su camino obstáculos que las
compañías no familiares normalmente no afrontan.
Las empresas familiares
representan un alto porcentaje de las compañías que generan riquezas para las
economías de México y el mundo; sin embargo, debido a su naturaleza deben
enfrentar situaciones que las empresas familiares ni siquiera sueñan. Los
siguientes son sólo algunos de los problemas más comunes que seguro te
encontrarás (si no es que ya lo has hecho) en la gestión de tu negocio familiar.
Dejando el trono
Fundador, nadie duda de tu
capacidad como estratega y empresario, la muestra está en que tú iniciaste la
compañía; es perfectamente entendible que, para ti, la empresa es mucho más que
una fuente de ingresos: genera un valor emocional altísimo para ti, que la ves
como un bebé que viste nacer y alimentaste hasta que logró estar fuerte y sano.
Sin embargo, conforme ésta crece (y finalmente eso es lo que todo fundador
busca), la centralización de la toma de decisiones se torna más complicada, por
el simple hecho de que toda persona merece retirarse pero, para lograrlo y
hacer que la compañía prospere, necesita dejar un sucesor.
Éste es uno de los principales
conflictos que las empresas familiares, pues el hecho de “dejar ir a nuestro
bebé” o ceder el control del negocio a otra persona, sea ésta un hijo, un
hermano o incluso una persona ajena a la familia, cuesta mucho trabajo.
El fundador invirtió años de su
vida, esfuerzo, apretones de cinturón y un sinfín de horas de sueño en lograr
que su empresa creciera saludable, siendo el que tenía la última palabra al
momento de tomar decisiones, y ahora, ¿debe aceptar las críticas de otros, o
que alguien más tome decisiones y él deba aceptarlas? Sí, estimado lector, eso
es precisamente lo que todo fundador consciente del paso del tiempo y de lo que
es mejor para su negocio debe hacer.
El mejor regalo que puedes darle
a tu empresa familiar es elegir a tiempo a la persona indicada para seguir
dirigiéndola por la senda del triunfo. Quizá sientas que nadie podrá hacer las cosas
igual de bien que tú, pero ¿acaso no existe más de una manera de hacer algo
bien?
Aguas más profundas
La planeación estratégica es una
herramienta fundamental que necesitarás para llevar a cabo la gestión del
crecimiento en tu empresa familiar, claro, si quieres promover que ésta
prospere con, sin o a pesar de los miembros de la familia.
Toda organización que se precie
de serlo debe considerar que la empresa es más grande que la suma de sus
partes, por supuesto que cada miembro de la familia es importante, sin embargo,
para que la compañía pase al siguiente nivel debemos anteponer sus necesidades
a los intereses de miembros particulares de la familia, y actuar como
corresponde cuando éstos no coinciden. Para esto te recomiendo ampliamente el
establecer un Protocolo Familiar o un Estatuto de la Familia, así todos los
miembros de la empresa sabrán qué exactamente es lo que requiere de ellos, qué
movimientos tienen prioridad, y todos trabajarán en pos de superar las
necesidades de la compañía como un todo, sin buscar sólo el beneficio personal.
A su entender
¿No te parece curioso que en una
empresa familiar, donde deberían reinar la confianza y la comunicación, en
ocasiones existen sistemas de información y control que dejan mucho que desear?
Esto se debe a que, como es la costumbre en nuestro país, los métodos o
procedimientos de flujo de información y de control de parámetros no están bien
establecidos; estamos acostumbrados a que el fundador o gerente utilice su
criterio personal para tomar decisiones al respecto: decide qué labores lleva a
cabo cada miembro de la familia empresaria, otorga funciones a cada puesto de
acuerdo a su manera de pensar, a la persona que tiene enfrente o incluso
dependiendo de la época, la cantidad de trabajo y demás factores…
Este método es subjetivo y puede
generar malos entendidos y muchas imprecisiones. ¿Y sabes qué más? La
incertidumbre genera una menor satisfacción entre tus empleados, pues no saben
bien a bien en qué consiste su trabajo y si están haciéndolo correctamente, lo
que genera estrés frustración y falta de confianza tanto en ellos mismos como
en la empresa.
No todo es color rosa
No eludas el debate. Las críticas
constructivas desde y hacia todos los miembros de la familia empresaria son
sanas y no deben verse como algo negativo, sino como una oportunidad para
buscar que las opiniones se homogeneicen y las relaciones entre los empleados y
la empresa se fortalezcan.
Lograrlo no es tarea fácil. Es tu
responsabilidad (o la de tu gerencia) lograr que estos ejercicios den frutos en
la forma de decisiones en consenso y no generen conflictos.
Hablando de eso, conforme la
empresa familiar crece es normal que los conflictos también lo hagan, pues
aumentan las necesidades de los miembros de la familia y esto eventualmente
generará puntos de contacto entre los empleados; además, la confianza entre
parientes genera a la vez una probabilidad mayor de que un malentendido se
torne más grande al ser mezclado con emociones, temas de jerarquía y más que
podrían lograr incluso que lo que era un pequeño revés se nos salga de las
manos.
¿Cómo evitamos que un problema
laboral crezca y afecte a la familia? Te servirá enormemente establecer un
protocolo de resolución de conflictos, un documento claro y por escrito donde
se explique paso a paso el procedimiento para saldar un problema generando el
mayor beneficio para todas las partes.
Recuerda:
Fundador o directivo, si deseas
que tu empresa familiar se mantenga en la senda del éxito, mantente atento a la
aparición de éstos y otros problemas que podrían mermar su crecimiento, haz tus
ajustes a tiempo y permite que tu negocio prospere.
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