Masividad fragmentada
FORBES- 2 de marzo de 2017
La idea de segmentación deberá
aprovechar la especialización y segmentación que ya existe en múltiples nichos
alternativos de la nueva mass media mexicana.
Cuando en 1984 planteamos el
proyecto Rock 101 a la directiva del NRM, conformada entonces por ‘viejos
sabios’ que habían sido parte de los fundadores de la industria de la radio en
México, el concepto de ‘fragmentación del mercado’ era algo nuevo que creo
inquietud y resistencia en el pensamiento más conservador de la empresa. Pensar
en un medio ‘masivo’ de comunicación que no tuviera en su mente buscar alcanzar
al mayor número de radioescuchas, era, para las mentes más ortodoxas, un
despropósito. Significaba ‘desperdiciar’ el potencial absoluto del medio que,
en su vocación esencial -pensaban ellos- estaba reunir al mayor número de
personas posibles. Competir por no dejar nada afuera de la señal. Sin embargo,
el proyecto de Rock 101 se basaba precisamente en dirigirse y atender a un
segmento de la población que estaba totalmente desconectado de los contenidos
de radio y tv en un México, entonces, cerrado al mundo, y que habían encontrado
la manera de crear redes informales de comunicación a través de amigos y
conocidos que, con acceso a las comunicaciones exteriores a México, refrescaban
los gustos musicales, los conceptos e ideas de este segmento poblacional
-jóvenes entre 18 y 25 años- que no sólo no encontraban en la radio o en la tv
satisfechas sus necesidades de comunicación e intercambio de ideas, sino que
rechazaban sus mensajes al mismo tiempo que, conservadores mentes al fin y al
cabo, la orden de programación y producción de la mass media mexicana era
mantener el status quo sin alterar la continuidad establecida, cuando menos, 25
años antes en el modelo ‘spot carrier‘. Al escoger e identificarnos con un
público al cual dirigirnos, entendiendo y conociendo sus aspiraciones
personales, estilos de vida, hábitos de consumo, lugares frecuentados,
manerismos, expresionismos, tendencias de moda y marcos culturales y sociales,
podíamos establecer marcos de referencia creíbles que, en el mismo idioma,
inventaran un dialogo coherente con sus necesidades de comunicación, creación y
pertenencia en una comunidad que confirmara identidad, y que en esa identidad
desarrollara un intercambio permanente de ideas sobre las cuales construir
proyectos promocionales, programas, contenidos, y toda la serie de acciones
consecuentes con el fenómeno cultural que se construía a sí mismo en el marco
de la incipiente y activa comunidad que, en esencia, era la reunión de mentes y
personalidades afines. La construcción coherente de nuestro concepto en
comunión con su gente, dio origen a este fenómeno que, más allá del éxito que
tuvo en la radio mexicana creando el paradigma y formato de radio juvenil que
aún se utiliza en México, alcanzo un nivel de influencia cultural sobresaliente
y transgeneracional.
Esta idea de la segmentación
volvimos a aplicarla en W Radical, la estación que diseñamos entre 1999 y 2002
en Televisa Radio. Atendiendo a un nuevo grupo de la sociedad, con gustos y
costumbres distintos a la comunidad Rock 101, pero con puntos existenciales en
común, generamos un nuevo fenómeno cultural alrededor de la música electrónica,
nuevamente atendiendo sus estilos de vida, lenguaje, manerismos,
expresionismos, intereses, desarrollando el concepto a tal punto de masificar
por imitación aspiracional el modelo, influenciando los procesos creativos de
la radio y la tv en conjunto, en los primeros años del Siglo XXI, generando una
corriente que se desbordó de W Radical hasta ‘chotearse’ a través de la media
complaciente, incorporada a un mainstream consecuente con la moda generada en
el ‘leviathan’ dominante, Televisa, que absorbió el modelo y lo distribuyo en
sus plataformas.
El innegable poder de Televisa al
inicio del siglo XXI y su perdida actual, es ahora parte de la discusión en el
tema de la mass media, la segmentación y la distribución de presupuestos
publicitarios con base en la eficiencia. En un momento de cambios
verdaderamente dramáticos en nuestra historia contemporánea de la mass media,
el derrumbe de la fortaleza masiva de Televisa ha tenido una consecuencia
positiva al generar una ola de incertidumbre sobre el manejo de la publicidad
en México. Si bien la idea de segmentación que iniciamos en 1984 a través de
Rock 101 fue un parteaguas que logró su cometido en cuanto a la creación de un
nuevo modelo de comunicación, su posible influencia en la conceptualización de
la distribución mercadológica de la inversión publicitaria fue soslayada por
precisamente la fuerza del poder dominante del mercado, que fue Televisa, al
consumir más del 80% del presupuesto total de la publicidad en México. Las
normas establecidas por la empresa para la venta de tiempo/aire, jerarquización
de contenidos, creación de conceptos comerciales, estrategias de posicionamiento
btl y atl, se convirtieron en auténticos paradigmas que definieron el
pensamiento de la industria publicitaria, obligando a los distintos
competidores en radio a buscar opciones de supervivencia por contenido
realizando acuerdos con el poder político que, a su vez, modificó el
comportamiento del cuadrante al favorecer la creación de radio hablada,
noticiarios y programas de comentario, estandarizando los cuadrantes en un
modelo basado en las necesidades de las empresas más que en las necesidades de
la audiencia. La consecuente pérdida de rating de la radio, a raíz de este
desprendimiento con su público, atrapado en negociaciones con y desde el poder
fáctico, sólo fortaleció este modelo dominante de negociación publicitaria en
los primeros años de nuestro siglo.
Hasta la aparición de Internet en
el mercado masificado.
El rapidísimo desarrollo de la
Internet en los últimos años ha expuesto al público a un control sobre sus
propios contenidos de consumo que ha literalmente empoderado al antiguamente
estático receptor, evolucionándolo a un nuevo nivel de dialogo horizontal que
rompe el paradigma del discurso vertical en donde el contenido es impuesto,
ante la falta de opciones, y con el control dominante de la industria definido
en su certeza arrogante de preponderancia histórica. Sin una solución
alternativa real y menospreciando siempre la fuerza de la nueva media, la radio
y la tv, específicamente Televisa en esta tesis, se derrumbaron al intentar
forzar sus arquetipos en el nuevo contexto de intercambio de ideas que ha
creado Internet. La falta de identificación de la radio con la audiencia
contemporánea, sumado a la decadencia del ‘imperio’, pone ahora el concepto
‘segmentación’ nuevamente en la mesa, como alternativa que por fin se explora a
fondo en México.
Esta nueva idea de segmentación
deberá aprovechar la especialización y segmentación que ya existe en múltiples
nichos alternativos de la nueva mass media mexicana, más que buscar crear una
estratificación artificial basada en estereotipos que, en el mayor de los
casos, sólo reflejan una pobre postura creativa cargada de prejuicios. La
identificación en lenguaje, modismos, manerismos, estilos de vida, actitud,
intereses, cultura, sociedad, de cada uno de los múltiples grupos que con redes
informales más eficientes -las mismas que detectamos en los 80’s hoy con nombres
como WhatsApp, Twitter, FB, Snapchat, Instagram, etc.- hoy rebasan brutalmente
la parálisis creativa e ideológica de la mass media convencional, son la nueva
forma de masificación publicitaria. Entender que con la excepción de algunos
eventos masivos por antonomasia -eventos deportivos y culturales que convocan a
grandes números de audiencia (Super Bowl, Oscares, por ejemplo)- la búsqueda de
grandes volúmenes de audiencia ya no será la lógica de inversión publicitaria,
es el reto en la preconcepción de la industria de la comunicación. Comunidades
diversas que interactúan dinámicamente en nichos específicos, sólidamente
segmentados son la consecuencia de la nueva naturaleza de la comunicación
multinivel que convive diariamente con la media convencional. Entender esa
diversificación y aprovecharla, comprendiendo a fondo que, como lo describimos
en 1984, estamos creando un rifle de alta precisión en lugar de una escopeta, y
que el concepto ‘mass’ en ‘mass media‘ ha dejado de ser descriptivo, y que la
tv y la radio han pasado de ser fuerzas preponderantes a ser jugadores
adicionales en un concierto de voces múltiples con credibilidades compartidas,
comparables, e incluso más poderosas en su influencia en el dialogo con sus
comunidades, es el reto en el nuevo mundo de la comunicación e influencia y
percepción del Siglo XXI.
Superar el discurso unificador a
través de un solo mensaje, múltiples outlets, por el mensaje múltiple en
múltiples outlets, es la necesidad en la creación y producción de mensajes que
realmente lleguen a conectar con las múltiples audiencias, comunidades, tribus,
que desde su epicentro enlazan a sus miembros, ‘aislándolos’ de otras
influencias. La multiplicidad de mensajes orientados específicamente a mercados
únicos e independientes, será la lógica unificadora que eventualmente cohesione
el diverso espectro de la nueva comunicación del Siglo XXI.
Luis Gerardo Salas-Creador y
fundador de Rock 101 desde la FM hasta rock101online.mx siempre explorando
nuevas formas de provocacion. En el curriculum dice: Rock Stock, W Radical, y
una lista larga de noches que se convirtieron en mañanas llenas de música.
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