Movilizando el 5G para acelerar el futuro
FORBES- 16 de marzo de 2017
El 5G tiene el potencial de
llevar conectividad a áreas remotas, su despliegue puede estar aún a unos años
de distancia, pero el momento de empezar a apostarle es ahora.
En el mundo 4G de hoy en día, los
hogares conectados nos permiten encender las luces, bajar los termostatos o
activar sistemas de riego de manera remota. Los wearables nos despiertan y
dicen cuánto tiempo y qué tan bien dormimos. Huellas dactilares, rostros, hasta
el ritmo de nuestro corazón están remplazando las contraseñas. Hay muchos
acontecimientos desarrollándose en el frente de la conectividad. Aun así, sólo
el 1% de lo que pudiera estar conectado en realidad está conectado.
Imaginen las posibilidades a
medida que este porcentaje sube con el Internet de las Cosas (IoT) ganando
terreno e impulsado por el 5G. Una película en HD que tomaba 10 minutos para
descargar, ahora tomará segundos, ocupará menos espacio de la memoria, y la
operación se realizará sin retrasos desde un punto de vista de conectividad.
También tendremos mejor eficiencia energética ya que a diferencia del 4G, los
sensores de red no deben permanecer conectados en todo momento, sino que van
drenando la batería. Esto significa que los dispositivos inalámbricos
habilitados con 5G pueden durar hasta algunos años sin recarga o remplazo de
batería.
También se prevé que el 5G mejore
la forma en la que las personas interactúan con las máquinas y cómo las
máquinas lo hacen con otros dispositivos. Sensores conectados en una línea de
producción pueden alertar a los operadores que trabajan de manera remota sobre
las fallas antes de que sucedan, a la vez que los trabajadores que operaban
maquinaria pesada en el sitio de construcción, ahora podrán hacerlo a
distancia. Y esto es tan solo un mini preámbulo del potencial que brinda la
IoT.
Es en torno a esta conectividad
extendida que las placas tectónicas empiezan a acomodarse y el potencial de una
economía 5G comienza a emerger.
Si bien existe certeza sobre el
impacto, no se sabe cuándo el 5G será una realidad. Sin embargo, algo es
seguro: sin 5G y una nueva generación de inalámbricos, es difícil ver cómo IoT
puede llegar a su máximo potencial. No es de extrañar entonces que haya sido un
tema clave de conversación durante el último año en el Mobile World Congress.
El 4G aún tiene mucho por dar,
pero asumiendo que el 5G cumpla con su expectativa, y sinceramente tengo mucha
confianza de que lo hará, esto tendrá un efecto exponencial. Esta red tiene el
potencial de reconfigurar la realidad sobre lo que se puede lograr en torno a
la conectividad. Nos lleva desde un mundo en donde hacemos cosas desde nuestros
dispositivos -en teléfonos inteligentes, o tabletas- hacia un universo donde conviven
diferentes dispositivos -que cada vez serán más proactivos haciendo cosas por
nosotros-.
En el corto plazo, una economía
5G puede generar nuevos flujos de ingreso en comercios dentro de Ciudades
Inteligentes. Mastercard está trabajando con sistemas de transporte público
para permitirles a los usuarios utilizar sus teléfonos inteligentes para pagar,
reduciendo costos de impresión de boletos, mantenimiento de máquinas de
recargas y cobro de tarifas. Con 5G, los proveedores de transporte también pueden
cobrar y leer información crítica en tiempo real para mejorar el servicio:
desde mayores eficiencias de autobuses y cantidad de pasajeros hasta mejores
tiempos de respuesta a accidentes y emergencias que salvan vidas.
Especialmente dentro de esas
ciudades, los comercios y sus consumidores podrían obtener servicios
personalizados y a la medida. La gestión de inventario será más rápida y mejor
a consecuencia de la reorganización inteligente en la cadena de suministro B2B.
Los bienes de consumo que tienen fecha de vencimiento, sufren de desgaste, o
simplemente se agotan, se reordenaran a sí mismos.
En el plazo más largo, el 5G
tiene el potencial de llevar conectividad a áreas remotas, en dónde construir
infraestructura de conexión sería inviable. El efecto neto potencial no se
puede sobrevalorar. Además, aceleraría en gran medida los esfuerzos hechos por
compañías de medios de pago, al igual que aquellos de organizaciones como la
ONU, el Banco Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, y muchos otros que trabajan
juntos para incluir más poblaciones en la economía mundial.
Con la red, se puede hacer todo
esto, y a la vez, reduce la huella de carbono. No tener que expandir la
infraestructura física implica menos, o ninguna necesidad de transporte de
equipos, cables, líneas, trabajadores y lo demás requerido para construir esa
infraestructura. Al replicar esto a escala global, el impacto puede ser
impresionante.
Entonces, ¿cómo logramos que el
5G se lleve a cabo? El listado de cosas por hacer es sustancial, e inicia con
asociaciones a lo largo de varios sectores e industrias. Un aspecto clave por
ejecutar es lograr una mayor interoperabilidad entre sistemas y máquinas, para
que se puedan comunicar entre sí de forma simultánea y segura. Esto requiere de
una combinación de estándares y protocolos globales, seguridad incrementada
incluyendo nuevos métodos de autenticación de pagos, regulaciones fuertes pero
sensatas y una forma de facilitar la forma de compartir datos.
El despliegue de 5G puede estar
aún a unos años de distancia, pero el momento de empezar a apostarle a esto es
ahora. Eso es lo que estamos haciendo, trabajando con nuestros socios para
fijar las bases y darle seguridad al comercio a lo largo de todos los
dispositivos. Poniendo el ejemplo, en asociación con los bancos y comercios,
estamos escalando una solución llamada Masterpass la cual permite hacer compras
en línea, en la tienda, en la App y desde cualquier dispositivo conectado de
forma simple y segura.
Se ha dicho que lo “genial en
este mundo no es en dónde nos encontramos, sino la dirección en la que nos
movemos”. Nos dirigimos hacia una nueva generación de tecnología que puede
definir una nueva generación de comercio. Llevar esa oportunidad a la realidad,
cumpliendo con el potencial de 5G, no es un emprendimiento para un solo actor.
Es el recorrido de una asociación que comienza ahora.
*Garry Lyons es Director de
Innovación para Mastercard Worldwide.
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