Tu seguridad en el marketing
digital
FORBES- 7 de marzo de 2017
La experiencia de navegación
personalizada implica el uso de información personal; sin embargo, el usuario
elige las opciones para gozar de privacidad y disfrutar Internet.
En columnas pasadas hemos hablado de la
capacidad de segmentación que tiene la tecnología y es que cada uno de nosotros
les dice constantemente a sus distintos dispositivos electrónicos qué es lo que
buscamos, compramos, comemos, visitamos, quiénes son nuestros amigos y
conocidos, cuáles son nuestras pasiones y temas de interés. Con toda esta
información y apoyados en plataformas de segmentación de marketing
programático, las marcas calculan nuestras decisiones futuras y así nos
impactan con anuncios de productos y servicios que sean relevantes para
nosotros.
Se calcula que, de cada usuario
promedio de Internet, en cualquier momento, se tienen más de 5,000 gigabytes de
información relevante para poderlo segmentar. Esto es equivalente a casi un año
de video en definición estándar, un millón de canciones, 1.25 millones de fotos
o dos millones y medio de libros.
Sin embargo, una parte importante
no es solamente la cantidad de información existente, sino que al ser data digital,
se puede relacionar una con otra para poder identificar patrones de
comportamiento.
Para muchas personas es
preocupante que exista esta cantidad de información tan grande y que se utilice
para conocerlos de manera tan personal. En muchísimas ocasiones he recibido
preguntas sobre el peligro al perder la privacidad y qué tenemos que hacer para
protegernos. Estos miedos muchas veces vienen por la falta de conocimiento del
tema, por lo que a continuación aclaro algunas dudas y les invito a considerar
los siguientes puntos:
Todo se hace con tu
consentimiento. Cualquier empresa profesional, por ley, debe tener disponible
su política de privacidad. Ahí puedes saber qué se hace con los datos obtenidos
a través del uso de determinada plataforma. En la mayoría de las ocasiones
diste permiso expreso para el uso de datos al momento del registro de esa red
social, sistema de correo o juego.
No es específicamente “personal”.
Datos como nuestro nombre y apellido nunca son utilizados por la data.
Generalmente, dentro del mundo del marketing programático, se reconoce a una
misma persona mediante un identificador.
Hay mucha autorregulación. Todas
las empresas serias en el mundo tecnológico usan autorregulación para no pasar
la raya de abusos en privacidad. Aunque no lo creas, la mayoría de las
plataformas no aceptan usuarios menores de 13 años (que pudieran cometer
errores de seguridad). No se usa información relacionada a religión, ni
enfermedades, que puedan resultar en segmentaciones que perjudiquen al usuario.
Aunque técnicamente se puede segmentar, por ejemplo, a un grupo de personas que
van a una cafetería específica, se busca no hacer targeting a grupos muy
pequeños.
Hay muchas maneras de que no nos
segmenten. En muchas de las plataformas sociales, de información, juegos, entre
otros, se puede optar por hacer una auto segmentación (decir específicamente
cuáles son mis intereses) o pedir que no se haga. En la mayoría de los anuncios
que vemos, viene un pequeño logo (normalmente en la parte superior derecha) que
se llama AdChoices. Si se le da click, se puede entrar a un sitio en donde
elijamos que no se guarde nuestra información; también se puede hacer
directamente en las opciones de nuestro navegador.
La segmentación ofrece beneficios
para el usuario. El que nos puedan segmentar significa principalmente que
nuestra experiencia digital va a ser mucho más personalizada y relevante. Hay
información que debemos dar para que esa experiencia funcione correctamente.
Imagina que quieres hacer uso de una red social, pero no estás de acuerdo en
compartir la información de quiénes son los amigos y conocidos con los que
quieres tener comunicación.
Así es como la segmentación
genera una experiencia digital placentera, pero esto sólo se da si se tienen
cuidados básicos de navegación. Algunas de las cosas que personalmente hago
son:
No acepto ningún acuerdo digital
de alguna compañía en la que no confíe.
No bajo ninguna aplicación fuera
de los lugares que sepa explícitamente que son seguros.
No doy click a ningún link que me
llega al correo.
Sólo comparto información
personal cuando entro directamente a un sitio de confianza.
No acepto a nadie que no conozca
físicamente en las redes sociales.
Y, aun así, decido no poner nada
personal en estas redes.
Podemos estar tranquilos. Desde
mi punto de vista, la personalización hace más agradable nuestra experiencia
digital, sin implicar peligros serios, siempre y cuando usemos el sentido común
en lo que compartimos.
Luis Arvizu-VP Comercial para
LATAM y US Hispanics en MediaMath, empresa global de tecnología, y cuenta con
más de 20 años de experiencia en la industria del marketing digital.
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