¿Los robots sí me dejarán sin empleo?
FORBES- 24 de marzo de 2017
Mucho se ha escandalizado sobre
el avance de los robots y el desplazamiento de empleos que podría haber. Pero
objetivamente, ¿en qué situación estamos? ¿tu empleo está en riesgo?
Los desarrollos de los últimos
tiempos en ramas como robótica, inteligencia artificial y machine learning han
causado mucho ruido en la superficie, que no necesariamente ha sido bien
digerido por trabajadores de ciertas industrias. Hemos llegado a la cúspide
histórica de la automatización, misma que cada día que pasa alcanza nuevas
alturas.
Los robots y las computadoras no
sólo pueden realizar copiosas actividades físicas rutinarias mejor y a menor
costo que los humanos, sino que también están realizando actividades que se
pensaba eran difíciles de automatizar, como hacer juicios tácitos, percibir
estados o emociones, y conducir vehículos.
Por ello resulta vital
profundizar en el tema del desplazamiento de trabajos por parte de los robots,
por lo que vale la pena preguntarse, ¿por qué se dice que los robots ocuparán
los empleos de las personas? ¿Qué
definirá y cómo será dicho desplazamiento?
Robots: ¿amigos o enemigos?
En semanas pasadas, se hizo viral
la noticia que una fábrica de 650 trabajadores en Dongguan, China, despidió al
90% para remplazarlos por robots y tecnología, mientras que los empleados
restantes se dedican a garantizar que las máquinas funcionen
correctamente. Los resultados fueron
impensables: la productividad aumentó 250% y los defectos cayeron de 25% a 5%.
También hay sonados ejemplos a la
inversa. Por ejemplo, Mercedes-Benz determinó que los robots aún no tienen la
adaptación y el ritmo de cambio que se necesita para ensamblar coches de lujo,
por lo que requiere la flexibilidad y destreza de trabajar en conjunto con los
seres humanos. El ejemplo fue relevante
pues la industria automotriz incorporará 1.8 millones de robots para el 2018.
Lo cierto es que la realidad es
que sectores como el manufacturero se han vuelto “significativamente más
productivos en las últimas décadas… Así, hoy en día la manufactura es hasta 2.5
veces más productiva que hace 35 años, y para ello requiere menos
trabajadores,” pues hoy se requieren menos empleados para producir bienes de
alto valor. La cantidad global de
empleos manufactureros desaparecidos en estas décadas es del orden de decenas
de millones.
Pero estas cifras pueden ser
interpretadas de forma distinta, dependiendo de quién lo haga y desde qué
enfoque. Por ejemplo, los tecnólogos que
desarrollan dichas automatizaciones en Silicon Valley, capital del Optimismo de
Idealismo Radical, dirían que no hay que creerles a los escépticos y, al
contrario, hay que apostarle al optimismo.
Para ellos, siempre hay una mejor solución, prácticamente para todo y
para todos, basada en la conjunción de la abundancia existente en el mundo y la
creatividad, innovación y comunicación humanas.
Por otro lado, sindicatos y
medios sensacionalistas han pintado escenarios apocalípticos, en los que la
inteligencia artificial y los robots gobernarán tomarán al mundo a partir de
decisiones desastrosas. También se equivocan al dar por sentado que las
computadoras han adquirido un sentido común, al estilo hollywoodense, pues para
crear ese tipo de Inteligencia Artificial -a nivel humano- aún se requieren
muchos pasos que avanzan lentamente.
Estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana.
¿Mi empleo está en peligro?
Diferentes organizaciones se han
enfocado en tratar de responder esta pregunta, planteando el problema de
distintas formas, pero mostrando resultados relativamente convergentes. Aquí se retoman un par de ellos.
En primer término, se puede
mencionar el estudio realizado en la Universidad de Oxford y publicado en 2013,
basado en la pregunta, ¿qué tan susceptible es un trabajo a ser
computarizado? Este análisis retomó el
modelo de trabajo publicado en 2003 por los mismos autores, que concluyó que
“las computadoras son mejores sustitutos de los seres humanos en tareas
rutinarias que en tareas no rutinarias; y a mayor intensidad de la rutina, se
aumenta la productividad marginal sobre los insumos no rutinarios.”
Este modelo propone los grandes
obstáculos que tendrá que sortear la computarización de las actividades para
sustituir a los humanos, a saber:
a) Habilidades de percepción y
manipulación. Destreza en dedos, destreza manual, capacidad para trabajar en
espacios de trabajo abarrotados y posiciones incómodas.
b) Inteligencia Creativa.
Originalidad y Requerimiento de Bellas Artes.
c) Inteligencia Social.
Percepción Social, Negociación, Percepción, Asistencia y cuidado de los demás.
A partir de un complicado modelo
de cuellos de botella y sus correlaciones, encontraron que hasta el 47% de los
trabajos pueden ser altamente automatizados en las próximas dos décadas. Entre los sectores con mayor y menor
vulnerabilidad a la automatización se encuentran:
Mayor Vulnerabilidad
Ventas y afines
Trabajo de oficina y apoyo
administrativo
Servicios
Producción
Menor Vulnerabilidad
Educación, Legal, Servicio Comunitario,
Artes y Medios
Cuidado de la Salud y Medicina
Computación, Ciencias e
Ingenierías
Gestión, Negocios y Finanzas
Más aún, estudiaron más de 700
empleos distintos, de las que se puede obtener los más y menos susceptibles a
ser computarizados. Aquí se presentan
las 15 ocupaciones que ocupan ambos extremos:
Muy Difícil de Sustituir
Terapeutas Recreativos
Supervisores de mecánicos,
instaladores y reparadores
Directores de Administración de
Emergencias
Trabajadores Sociales de Salud
Mental y abuso de sustancias
Audiólogos
Terapeutas Ocupacionales
Ortopedistas y Protésicos
Asistentes Sociales de la Salud
Cirujanos Orales y Maxilofaciales
Supervisores de Bomberos
Dietistas y Nutricionistas
Gerentes de Hospedaje
Coreógrafos
Ingenieros de Ventas
Médicos y Cirujanos
Muy Fácil de Sustituir
Auxiliar de Oficina
Agente de Bolsa / Corretaje
Agente de Reclamo y Procesamiento
de Seguros
Ensambladores y ajustadores de
dispositivos de tiempo
Capturista de Datos
Técnico de Biblioteca
Auxiliar de apertura de cuentas
Empleado de procesos fotográficos
y operador de máquinas de procesamiento
Auxiliar o capturista de
impuestos
Agente de Carga y Envíos
Reparadores de Relojes
Suscriptores de Seguros
Técnicos Matemáticos
Costurero manual
Vendedor telefónico
Cabe destacar que el hecho de que
un empleo aparezca en el listado de sustituibles, no quiere decir que vaya a
desaparecer completamente, sino que la automatización reducirá la necesidad de
mantener el número actual o histórico de empleos del perfil. Por ejemplo, si en una organización de un
país desarrollado, antes había 1 auxiliar de oficina por cada 3 empleados,
ahora es posible que haya 1 auxiliar de oficina por cada 75 empleados. En este caso, se puede ver la alta incidencia
de la automatización.
En segundo término, se puede
mencionar el estudio de McKinsey publicado en 2016, que encontró que “si bien
la automatización eliminará muy pocas ocupaciones enteras en la próxima década,
afectará porciones de casi todos los trabajos en mayor o menor grado, dependiendo
del tipo de trabajo que realicen.”
Para la consultora, los empleos
pueden ser susceptibles de ser automatizados dependiendo de cuánto tiempo les
dediquen a los siguientes factores:
a) Altamente susceptibles.
Trabajo físico predecible, procesamiento y recolección de datos.
b) Bajamente susceptibles.
Trabajo físico impredecible e interacciones con diferentes actores.
c) Muy poco susceptibles.
Aplicación de pericia o especialización, y gestión de otras personas.
Así, entre las industrias más
fáciles y difíciles de automatizar se encuentran:
Fácil de Automatizar
Hospedaje y servicio de comida
Manufactura
Ventas minoristas
Seguros y finanzas
Difícil de Automatizar
Servicios Educativos
Gestión de Personas
Consultoría Especializada
Información
Servicios de Salud y Asistencia
Social
Así, un soldador, empacador,
preparador de alimentos o miembro de una línea de producción podrían ser
sustituidos con mayor facilidad que un trabajador de la construcción, una
profesora, o un médico.
A partir de estos dos reportes
podemos encontrar que, en síntesis, los robots sustituirán a los humanos en
aquellas actividades en las que cometan menos errores que las personas, aunado
a factores secundarios como la velocidad del desarrollo, el costo de la
tecnología, la competencia dada por la dinámica de oferta y demanda en
comparación con empleados, así como la aceptación tanto regulatoria como
social.
Para complementar esta
información, McKinsey publicó un reporte a principios de este año donde analizó
la capacidad prospectiva que tienen diferentes tecnologías en rendir mejor que
los humanos entre hoy y las próximas décadas, con los siguientes resultados:
Los robots son hoy mejores o
pronto superarán a los humanos en el reconocimiento de patrones conocidos (y
programados), optimización y planeación, uso de información, navegación y
habilidades motores gruesas.
Los humanos son hoy y serán
mejores que los robots por mucho tiempo en encontrar patrones nuevos, razonamiento
lógico, creatividad, coordinación entre agentes múltiples, comprensión del
lenguaje natural; identificación, respuesta y transmisión de estados sociales y
emocionales, así como movimiento y adaptación a distintos ambientes.
Aunado a esto, hay que recordar
que los robots no tienen liderazgo, sentimientos, capacidad artística, entre
otras características que percibidas como inherentemente humanas.
Entonces, ¿me preocupo o me
ocupo?
A partir de los factores aquí
vistos, más que desaparecer los empleos, la automatización los modificará con
diferentes grados de profundidad, sin que este cambio suceda de un día para
otro. Lo más importante es subrayar que
la humanidad ha estado aquí antes, y ha salido airosa.
Como lo señaló The Economist, “en
la Revolución Industrial, los tejedores artesanales fueron barridos por el
telar mecánico. En los últimos 30 años,
la revolución digital ha desplazado muchos de los trabajaos de mediana
habilidad que respaldaron la vida de la clase media del siglo XX. Se ha prescindido de mecanógrafos, agendes de
billetes, cajeros de bancos y muchos empleos en la línea de producción.”
Es por ello que las preguntas más
importantes no pasan alrededor de la sustitución de los empleos, sino de la
preparación que las personas tenemos que tener para la llegada de estas
tecnologías y las formas adecuadas para proteger a las personas más vulnerables
ante su arribo. Se trata de que la
sociedad sea más productiva y sus habitantes tengan más bienestar, pero también
de que las personas más expuestas no se queden atrás, al tiempo que se
conserven valores como la dignidad inherente al trabajo y a los seres humanos.
Javier Arreola-Ingeniero,
emprendedor y becario Carlos Slim en la U. George Washington. Aprendí de
energía en la Brookings Institution. Analizo el liderazgo de México en el mundo
y busco traducir tecnicismos al lenguaje cotidiano.
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