¿Eres una persona reactiva o
proactiva?
América Economía - enero
de 2017
En el anterior artículo de Baldi
Figueras aprendimos qué es la actitud proactiva: “Una persona proactiva es
aquella capaz de autoliderarse al margen de lo que sucede a su alrededor,
evitando reaccionar ante lo inesperado. Asume, de forma consciente, la
corresponsabilidad de su conducta para decidir cómo quiere actuar y cómo
sentirse ante los estímulos que percibe, teniendo siempre en cuenta sus
objetivos para generar nuevas oportunidades”.
En el artículo de hoy, Baldi
analiza cuáles son las características concretas de las personas reactivas
frente a las proactivas, y cómo poner en práctica la proactividad tanto en uno
mismo como en el entorno profesional.
Características de las personas
reactivas
Las personas reactivas tienen
dificultades para posicionarse ante las circunstancias. Sus características
son:
– Se desbordan emocionalmente
ante las situaciones externas adversas.
– El 100% de su bienestar o
malestar interno depende de si su entorno está bien o mal.
– Pierden mucha energía juzgando
y criticando a los demás.
– Perciben los cambios como
amenazas y por tanto, acaban saboteándolos.
– Tienden a quejarse verbalmente,
pero no ejecutan ninguna acción al respecto.
– Están inmersos en sus
preocupaciones y no buscan posibles soluciones.
– Tienen tendencia a ser
pesimistas.
– Les falta iniciativa.
– Tienden a culpar a los demás.
Características de las personas
proactivas
Las personas proactivas se mueven
con un pensamiento estratégico. Sus características son:
– Positivas. Procuran ser muy
positivas antes las situaciones, para evitar caer el victimismo.
– Creativas. Usan la creatividad
para poder elaborar constantemente alternativas.
– Impulsoras de metas. Tienen
claros sus objetivos y generan acciones para lograrlos. Su mirada está puesta
en las acciones a medio plazo, pero alienadas con su objetivo a largo plazo.
– Toman decisiones. Se anticipan
a los problemas, no permiten que estos se alarguen en el tiempo sino que toman
decisiones rápidas y pragmáticas. Actúan gestionando los imprevistos en base
los objetivos que se ha marcado.
– Asertivas. Comunican a su
entorno de forma adecuada cómo se sienten, qué opinan y qué necesitan.
– Con iniciativa. Son conscientes
de su libertad para poder elegir una respuesta interna y externa ante las
circunstancias. Tal y como dice José Antonio Marina tienen muy desarrollada lo
que se denomina “inteligencia ejecutiva”.
– Constancia. Su constancia es
permanente, focalizan sus esfuerzos y acciones. Consiguen resultados tangibles,
dado que siempre están orientados a los objetivos.
– Autoconfianza. Tienen claras
cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y confían en su capacidad y
potencial para poder superar las situaciones adversas.
4 pasos para ser proactivos
Para poder desarrollar la
proactividad, solo se han de seguir 4 pasos:
Pon en práctica la proactividad:
Y tú, ¿ quieres ser proactivo?
Te invito a que participes
activamente en este artículo, contestando a las siguientes preguntas:
Recuerda que pase lo que pase, lo
más importe es volver reorientarse constantemente hacia el objetivo marcado,
sin identificarse con las circunstancias adversas.
¿Cómo incentivar la actitud
proactiva en el entorno laboral?
Para incentivar la actitud
proactiva en el entorno laboral es necesario:
– Ser receptivos. Estar muy
receptivos a las propuestas y puntos de vista que aportan tanto los clientes
internos, como los externos y facilitar entornos en los que exista la
interacción.
– Empatía. Reconocer las
necesidades y características que tiene cada miembro del equipo con la
intención de optimizar las cualidades de cada uno.
– Motivación. Identificar los
objetivos profesionales individuales de cada empleado para poder involucrarlos
y alinearlos con los objetivos de la empresa y/o departamento.
– Corresponsabilizar. Incentivar
a todos los empleados en la toma de decisiones, dentro de su área de
influencia.
– Comunicación asertiva. Promover
la comunicación asertiva, estando abiertos a ser informados de los percances
que puedan tener los colaboradores.
– Estrategia. Comunicar la visión
de futuro, de la empresa y/o departamento a todos los empleados para poderles
implicarles en las acciones.
– Liderazgo. Evitar el exceso de
concentración de gestión y/o toma de decisiones en el líder, delegándolas a los
distintos miembros del equipo, con la intención de crear departamentos y
empleados más auto-suficientes.
Pon en práctica el entorno
proactivo
¿Quieres generar un entorno más
proactivo? Te invito de nuevo a que participes activamente en este artículo.
Pon en práctica el “incentivar la actitud proactiva en tu entorno laboral”,
contestando a las siguientes preguntas:
– Ser receptivo. ¿Qué vas a hacer
para facilitar que tu entorno pueda aportar propuestas de mejora?
– Empatiza. ¿Qué vas hacer para
identificar las necesidades y características que tiene cada miembro del
equipo?
– Motiva. ¿Qué vas a hacer para
identificar los objetivos profesionales individuales de cada empleado? ¿Cómo
vas a involucrarlos y alinearlos con los objetivos actuales de la empresa y/o
departamento?
– Corresponsabiliza. ¿Qué vas a
hacer o dejar de hacer para facilitar que los empleados tomen decisiones dentro
de su área de influencia?
– Comunicación asertiva. ¿Qué vas
a hacer para identificar los percances en los que se pueden encontrar tus
colaboradores?
– Estrategia. ¿Cómo vas a comunicar
la visión de futuro, de la empresa y/o departamento?
– Liderazgo. Haz una lista de
tareas y responsabilidades del líder e identifica cuales se pueden empezar a
delegar.
En conclusión, cuando
comprendemos la importancia que tiene el desarrollar nuestra área de
influencia, nos damos cuenta de que podemos liderar más fácilmente la
consecución de los resultados que deseamos. Por lo tanto, es muy importante
tomar conciencia de si en nuestro día a día somos reactivos o proactivos, para
poner intención en generar actitudes y acciones que nos permitan desarrollar
nuestra proactividad.
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