Qué es -y qué no- la
transformación digital
FORBES – 19 de enero de 2018
Todo el mundo habla de ella, pero
muy pocos la han visto en acción, y apenas unos pocos comprenden su alcance.
Aquí te contamos qué es.
Medios de comunicación,
especialistas, proveedores, líderes de TI, prácticamente todos hablan de la
transformación digital. Probablemente demasiado. Tal saturación podría provocar
confusión y generar ruido alrededor de su propósito y ventaja principales.
¿Qué es exactamente? En principio
hay que aclarar que la transformación digital no es un producto ni una solución
que pueda comprarse; sin embargo, su impacto en todas las industrias ha sido
significativo. En esencia se trata del proceso de modificar a una organización
usando herramientas innovadoras, así como adoptar tecnología de punta y, al
mismo tiempo, cambiar radicalmente la cultura corporativa con el propósito de
adoptar nuevos modelos de operación y de negocio.
El nivel de digitalización es tal
que ya es parte de nuestras actividades
en línea cotidianas -compras, transacciones bancarias, trámites, consultas-, y
si algo no funciona como lo esperamos, tenemos más opciones inmediatas, nos
vamos con la competencia sin siquiera pensarlo. Vivimos en un mundo
digitalizado y esperamos que la tecnología trabaje continuamente para nosotros.
Es por ello que las
organizaciones de prácticamente todos los sectores tienen que invertir en los
avances que satisfagan a empleados y consumidores. Nubes públicas o privadas,
aplicaciones móviles y servicios virtuales requieren una nueva generación de
almacenamiento, automatización, análisis y gestión: una innovación da pie a la
otra; la nueva tecnología optimiza los procesos que a su vez producen productos
y servicios más avanzados. Y en consecuencia, los clientes exigen mejoras
adicionales porque se acostumbran a ciertas experiencias cotidianas.
Esta espiral ascendente
sencillamente no se detendrá. Esto puede ser una oportunidad para empresas y
organizaciones que además plantea un enorme desafío. Si se dejan de lado las
inversiones en innovación tecnológica, contar con expertos calificados, si hay falta de apoyo
de la alta administración o no se asocia con el proveedor indicado, podría
estar en riesgo de quedarse totalmente rezagado.
En caso de que esté posponiendo
su entrada a la transformación digital, ¿a qué escenarios devastadores se
enfrentaría? Echemos un vistazo a ocho de ellos.
Lenta capacidad de reacción. El
entorno de negocios es muy dinámico. Factores socioeconómicos, políticos e
incluso ambientales pueden cambiar radicalmente el rumbo que tomen distintas
industrias y regiones geográficas. Una infraestructura y procesos obsoletos
pueden ser grandes obstáculos para no reaccionar y definir rápidamente la
estrategia a seguir.
Pérdida de clientes. El nombre
del juego es omnicanal. Los consumidores esperan experiencias más ricas y
personalizadas, tienen la información literalmente en sus manos y pueden
comparar precios y consultar reseñas en tiempo real. Si una tienda física o en
línea no es capaz de personalizar mejor sus ofertas, permitir la compra a
través de cualquier canal o de no aprovechar la analítica predictiva para
lanzar promociones en tiempo real, sencillamente estará fuera del juego y,
probablemente, del mercado.
Inmovilidad. Estrechamente
relacionada con el punto anterior, la movilidad es hoy un ingrediente vital de
la digitalización. No basta tener una presencia en línea; de no contar con una
estrategia diseñada para aprovechar el crecimiento exponencial de los teléfonos
móviles y tabletas, la pérdida de oportunidades de venta será exponencial.
Perder la batalla ante las
nativas digitales. Las empresas nativas digitales lo traen en su ADN. Nacieron
en un entorno global altamente competitivo y cambiante al que han tenido que
adaptarse y en el que han sabido prosperar, incluso han superado a las firmas
tradicionales. Éstas han tenido que dar un giro radical a su forma de hacer
negocio para estar vigentes en el mundo actual. ¿Está lista su organización
para afrontar a estos competidores?
Procesos manuales obsoletos. No
aprovechar la tecnología impedirá que la automatización reduzca los errores,
aletargará los ciclos y hará a los procesos operativos más reactivos y
manuales.
Desarrollo acompasado.
Desarrollar, probar, afinar y actualizar aplicaciones –móviles o fijas- exige
gran agilidad y una plataforma de código abierto altamente flexible. De no
cumplir con estos y otros requisitos, su equipo de programadores y
desarrolladores no sólo tardarán en crear las aplicaciones necesarias para
operar y competir, sino que también estarán obsoletas para cuando estén en
producción.
Penalidades e incumplimiento. Las
normas regulatorias y su observancia están ejerciendo mayor presión a las
empresas locales y globales. La digitalización se ha convertido en un aliado
para generar automáticamente reportes de cumplimiento, evitar multas y penalidades.
Si su empresa aún depende del uso de hojas de cálculo distribuidas en
diferentes sistemas, es mejor que se vaya preparando para responder a los
requerimientos de los organismos regulatorios de un momento a otro.
Rezago en capitalizar las nuevas
tecnologías. ¿Sabe cómo puede aprovechar su empresa tendencias como el Internet
de las Cosas (IoT), virtualización,
nube, Big Data y analítica, entre otras? Una
hoja de ruta hacia la transformación digital debe contemplar la
implementación de éstas y otras tecnologías. De hecho, en conjunto, son los
habilitadores para dar el salto a lo que se ha denominado la Cuarta Revolución
Industrial.
De acuerdo con IDC, para el 2020
el 40% de las tres mil principales empresas de América Latina dependerán de su
capacidad de crear productos, servicios y experiencias digitales; en tanto, en
2017, dos de cada cinco de estas empresas contaron con equipos dedicados a la
transformación digital.
Es evidente que no hay marcha
atrás, y la opción es moverse, comenzar la transformación muy rápidamente.
*Regional Marketing Manager de
Red Hat México.
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