Inteligencia artificial y
transformación digital
FORBES – 23 de enero de 2018
En 2018, la IA
será tema central de la segunda ola de transformación digital. Si es usted
directivo de una empresa, no deje que se lo cuenten, sea protagonista del
cambio.
En 2018, la
Inteligencia Artificial será tema central de la segunda ola de transformación
digital que las compañías líderes ya están abordando. Si es usted un directivo
en una de estas empresas, no deje que se lo cuenten, sea protagonista del
cambio.
La compañía de
research Gartner predice que, en 2020, el 85% de los CIOs (Chief Information
Officers) estará liderando proyectos de Inteligencia Artificial en sus
organizaciones. Esto debido a que en los últimos años ha habido avances en la
investigación de Inteligencia Artificial, que hacen posible abordar retos de
negocio con este tipo de tecnología, los cuales antes eran inimaginables.
¿Por qué está
sucediendo esto ahora? Los costes de la infraestructura computacional requerida
han bajado mucho, disponemos de grandes volúmenes de datos para entrenar a los
sistemas inteligentes, y ha habido una inversión financiera muy fuerte de, por
ejemplo, gigantes digitales y empresas de venture capital. Para que se haga una
idea, según Harvard Business Review, se calcula que compañías como Google,
Facebook o Microsoft, invirtieron más de 20 billones de dólares en Inteligencia
Artificial durante 2016, y el capital riesgo financió proyectos por alrededor de
cinco billones de dólares durante el mismo año.
La Inteligencia
Artificial puede ayudar en casi cualquier reto de negocio que las
organizaciones tienen hoy en día. Les posibilita ganar nuevos clientes, por
ejemplo, sugiriendo mediante análisis de sentimiento cuándo es el mejor momento
para proponer una promoción a una persona. Les permite mejorar la satisfacción
de sus clientes anticipando qué van a querer y sirviéndoles en consecuencia.
Les mejora su eficiencia, por ejemplo, sugiriendo soluciones a profesionales
cuando deben tomar una decisión. O les habilita para crear nuevos modelos de
negocio usando la inteligencia artificial para atender de nuevas maneras y con
nuevos productos a ciertos segmentos de clientes.
Así, se confirma
que la Inteligencia Artificial va a permear en todo lo que hacemos, en
cualquier proceso de negocio, en cualquier tipo de organización. En los
próximos años, cualquier acción habitual en un entorno profesional estará
apoyada o realizada por la inteligencia artificial. Se responderán
automáticamente algunos de nuestros correos electrónicos, ante una decisión se
nos sugerirán las posibles opciones y cuál es a priori la más adecuada,
solicitaremos nuestras vacaciones a un asistente virtual, o venderemos a
aquellos clientes que un sistema inteligente haya decidido priorizar.
Las
organizaciones deben adoptar la Inteligencia Artificial en el corto plazo, como
fuente de ventaja competitiva, y en el largo plazo como medio para subsistir
(si no lo hacen ellas lo harán sus competidores). En esta etapa, sin embargo,
para ser exitosos, se debe estar abierto a la experimentación con la
inteligencia artificial, a la prueba, e incluso al fallo. Debemos mantener una
actitud abierta al cambio e innovadora.
Aunque sigue
habiendo sectores que por sus características son más propensos a la adopción
de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, estamos viendo que a
diferencia de lo que sucedió en el pasado con otros ámbitos, éste está
suscitando interés en casi cualquier tipo de organización. Así, por ejemplo, la
banca, por manejar grandes volúmenes de información y trabajar con activos
fácilmente digitalizables, ha dado pasos firmes de adopción de inteligencia
artificial, pero otros sectores como las telecomunicaciones, el retail, o las
aerolíneas no se han quedado atrás.
Los tres factores
clave en la adopción exitosa de la Inteligencia Artificial son: la capacidad
para imaginar cómo usar este tipo de tecnología de manera práctica en los retos
de negocio; el disponer de talento con conocimientos profundos de negocio y
técnicos para poder llevar a cabo lo que se ha imaginado; y la capacidad de
integrar este tipo de nuevas soluciones en ecosistemas ya existentes y muchas
veces altamente complejos.
Por último, si
bien se han conseguido avances impresionantes en la capacidad de la Inteligencia
Atificial, todavía quedan grandes retos por resolver. Algunos de ellos son:
todo lo que tiene que ver con la ética en la adopción de la Inteligencia
Artificial; la capacidad de poder explicar no sólo por qué una inteligencia ha
tomado una decisión, sino qué razones le han llevado a ello; el evitar sesgos
en la toma de decisiones, introducidos esencialmente en la fase de
entrenamiento de la Inteligencia; o la capacidad de poder aprender con
volúmenes de datos menores (de millones a decenas), como lo hace un humano.
*Everis Americas Head of Artificial
Intelligence.
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