G20 y los desafíos
internacionales en 2017
FORBES- 12 de julio de 2017
Integrado por 19 países y la
Unión Europea, el Grupo de los 20 es uno de los mecanismos de cooperación más
controvertidos por sus políticas de selección y permanencia de los miembros.
Con la euforia del nuevo milenio,
el proceso de integración económica vio nacer nuevos mecanismos de cooperación
internacional que tenían como objetivo responder a las necesidades de un
comercio internacional más fluido, de nuevos actores internacionales y de
agendas nacionales.
En 1999, se crea el G20 como un
esfuerzo supranacional para lograr que los 20 miembros en los cuales se concentra
el PIB (Producto Interno Bruto) de mayor impacto para la economía mundial,
pudieran encontrar un espacio para la generación de una agenda comercial y
económica con el sustento de organismos internacionales como el Banco Mundial y
el Fondo Monetario Internacional.
Desde entonces, el G20 reúne a
los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros, a líderes de
organismos internacionales y a personajes estratégicos de la economía, las
finanzas y los asuntos internacionales en general.
Con una de las agendas más
acotadas a la realidad de la comunidad internacional, las reuniones del G20 han
servido como un escaparate de propuestas ambiciosas y como eco de diferentes
voces alrededor del mundo.
A partir del año 2000, y con el
crecimiento acelerado de las actividades comerciales desarrolladas a partir de
la firma de los tratados internacionales económicos, la agenda internacional
desarrolló un déficit importante en el cumplimiento de las Metas del Milenio
(MDG por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas; en temas como el
analfabetismo, el empoderamiento de las niñas y las mujeres, la erradicación de
la pobreza, y la garantía de un ambiente seguro para los grupos más vulnerables
del mundo.
Para 2015, la comunidad
internacional y el conjunto de organismos internacionales vieron como la
ambiciosa agenda propuesta por el G20 tampoco pudo lograr resultados de alto
impacto que ayudaran al cumplimiento de las Metas del Milenio a superar el
embate de la recesión económica de 2008, iniciada en EU por el colapso del
sistema hipotecario y crediticio, y por la crisis en los países periféricos de
la zona Euro (Grecia, España y Portugal).
A 18 años de su creación, el G20
arropó en esta última reunión no sólo la presencia de liderazgos
controversiales, protagonistas de amplias tensiones a nivel regional e
internacional, sino que además buscó perfilar una agenda que incluye temas tan
diversos como relevantes. En 2017, el G20 ha resuelto encaminar esfuerzos para
el desarrollo de programas conjuntos que permitan, sobre todo, fortalecer las
acciones específicas para el cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo
Sostenible) hacia el 2030 de las Naciones Unidas.
En temas como el desarrollo
equitativo, la lucha contra el terrorismo, el abatimiento del rezago educativo
y el empoderamiento de las mujeres, los actores internacionales que se dieron
cita en la última reunión del grupo se han llevado compromisos ambiciosos y
relevantes como es el caso de una posible intervención en Siria con fines
humanitarios para avanzar en el proceso de pacificación y atención a civiles en
el territorio sirio.
Si bien es cierto que en esta
emisión quedó reiterado que los temas comunes requieren con urgencia el diseño
e implementación de mecanismos de cooperación que detonen acciones concretas en
lo nacional, lo regional y lo
internacional; también es cierto que hoy en día los temas de la agenda
internacional requieren de organismos internacionales de vanguardia, que vayan
más allá del esquema tradicional de resolución de conflictos e intervención
internacional, capaces de responder a la rápida evolución de las nuevas formas
de generación de conflictos.
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