El
principal error: ¡Creer que puedes!
FORBES- 25 de julio de 2017
De nada te servirá el creer que
puedes, seas emprendedor, empresario, ejecutivo u hombre de negocios. Las
creencias, marcan a nivel interno un estado de incertidumbre.
Concebir una idea y hacer que
suceda sin complicaciones, es el sueño de todo emprendedor, empresario,
vendedor u hombre de negocios. Y aquí te hablare de ese gran poder, mismo que
se acrecentará con cada acción que hagas para retroalimentarlo.
Primero debes saber que las
personas que buscan la grandeza en cualquier aspecto siempre se enfrentan al
mismo gran problema: La creencia, y de manera más profunda, el estado de
creencia. “Formato” en el que habitan todas las creencias.
“Creérsela” es el mayor error.
Pues por principio la creencia habita en un mundo gris. En el mundo del 50-50.
En la incertidumbre. Creer que puedes hacer algo y creerlo con todas tus
fuerzas es igual a “no saber si puedes o no”, y eso de nada te servirá, aunque
allá afuera haya millones de personas que no lo han descubierto y sigan
“creyendo” que lo mejor es “creérsela”.
Son las mismas personas que
siguen habitando en duda, porque de entrada no conocen nada sobre los estados
del ser en términos mentales y emocionales. Y “ahí se la llevan pensando” en
querer estar en un estado de poder, sin saber cómo hacerlo. Poniéndose en
estado de creencia, cuando el estado en sí implica necesariamente un plano de
media posibilidad, lejano al estado más poderoso del individuo, el estado de
certeza emocional.
Las creencias en un plano
semiológico (estudios de los significados) son en sí mismas debilitantes, pues
no permiten al individuo establecer criterios de seguridad real, así sean
positivas o negativas, siempre habitan en el plano del 50-50.
Son sólo premisas posibles.
Delinean posibilidades más no seguridades y llevan al individuo, aún sin
saberlo, a un estado que de raíz es un estado de debilidad, no de poder.
Es común y normal, que la
inseguridad personal de un individuo frente a un futuro incierto requiera ver
un estado de posibilidad a favor, aunque este refiera sólo al 1% de posibilidad
o probabilidad, pues la gente se agarrara de “lo que sea”.
El estado de creencia habita en
este 50%, un estado aún débil. Pero las personas no lo saben, no conocen y ni
siquiera están acostumbrados a ejercitar sus mentes o emociones. En realidad,
poco saben de construir estados de poder personal y ejercitarlos, con técnicas
y desarrollando habilidades.
La realidad es que ese estado de
creencia poco tiene que ver con el poder verdadero. Pues no recibe de este
respaldo alguno. Estar entre el ¡sí y no! Que es donde habitan todas las
creencias personales, y el estado en sí mismo es por principio debilitante. Por
ello el principal error de personas que buscan la grandeza es “creérsela”.
Hay coaches que dicen trabajar
con el sistema de creencias de los individuos, hay quienes se jactan incluso de
modificarlos (más del 99 %) y “creen” que eso es “bueno”.
La realidad es que dicho sistema
de creencias sólo sirve para comprender las líneas de debilidad de una persona,
ya partir de ellas alinear lo necesario para trabajar su emoción, y que sea
esta la que impacte a sus pensamientos y no viceversa.
Las creencias son premisas para
la lógica de sus pensamientos, sus raíces culturales y el cómo habita en su
mundo. Y cuando hablo de su mundo, esto es textual. Sólo habita en su mundo, el
único que conceptualiza y del que se apropia: el suyo.
De hecho, más del 99.99% de las
personas, piensan que “Creer en Dios” es tener criterios de seguridad, pero la
frase en sí habita en el plano del estado de la creencia. Pues tener a propio
pensamiento “criterios” de seguridad, no es tener seguridad. ¿Me explico?
Comprendamos los estados
partiendo de los conceptos de mi metodología:
El creer utiliza la mente. Pero
la creencia no es verdad, genera posibilidad más no es absoluta, resulta algo
parcial, no necesariamente asegurable. De ahí que cuando alguien diga o esté
seguro de algo, no estará hablando de una creencia sino de un nivel superior en
la escala de certeza.
El saber tiene un estado
superior, en él se sigue utilizando la mente como recurso primario, y no
obstante a pesar de romper la barrera del 50-50, considero que tiene aún ciertas
debilidades. El saber, como un estado del individuo puede ser todavía
debilitante y tener inconsistencias por un tema de respaldo general.
(fundamentación, teoría, etc.) El saber implica necesariamente una lucha, y el
ejercicio del convencimiento.
El estado de mayor poder del
individuo se consigue en un plano emocional sensible, y es este el que respalda
a nivel superior al individuo.
Estoy hablando del estado
sensible que no necesita ser comprobado. De hecho, del mismo que aún no puede
ser del todo respaldado por la mente o la fundamentación, pero si ejercitado, y
eso nadie lo sabe. El estado de certeza es el que permite mucha más efectividad
en cuanto a términos de seguridad y por no respaldar a la razón sino porque las
personas que acceden a ese estado lo perciben a nivel sensible y lo comunican
en todos los demás sentidos y formas (corporal, mental, oral, y por supuesto
emocional) Este estado es el que se siente y se vive. Es un estado que de hecho
se ejercita a partir de la conexión intrapersonal con las emociones, los
aspectos sensibles y los principios de poder.
El estado de certeza emocional es
el mismo que te permite a nivel sensible “Saber de cierto algo” pues respalda
sensiblemente a la razón. Ese es el mismo estado que te hace percibir de manera
exacta y perfecta a lo que saben las cosas o como se sienten. Sin la necesidad
de las palabras o la mente que habita en un estado de poder inferior.
Este estado no da espacio a
dudas, pues por principio estas habitan en otros terrenos, en los de la razón o
la lógica.
Desde hace años trabajo con ese
estado que se construye en los individuos, con la certeza emocional, pues en
este no se requiere de comprobatoria alguna.
Las personas que lo ejercitan
conectan con estados sensibles propios y de terceros que permiten conseguir un
grado de efectividad mayor en relaciones interpersonales, conectividad
emocional, rapport efectivo y otros espacios relacionados con el manejo de
poder, como negociación y ventas.
Ejercitar la emoción y conducir a
los individuos a este estado son principios básicos de poder en mis
metodologías. Pues el mayor recurso que un individuo puede tener y controlar es
el estado emocional propio y de terceros, y este se comunica a través del
lenguaje corporal a un punto inequívocamente perceptible, por muchas más áreas
del cerebro, más allá de las áreas de la razón y la lógica.
Quiero que comprendas algo
estimado lector. El mayor recurso, y el estado de poder mayor, que un individuo
pueda tener se deberá notar como certero en todo su cuerpo.
Recuerda que el lenguaje corporal
es el más poderoso a la hora de comunicar un mensaje. Saber de cierto a nivel
sensible, es respaldar la mente con el poder de la certeza emocional-personal.
Te pregunto, qué piensas que sea
más poderoso y efectivo para alguien, tenga la religión que tenga: ¿Creer en
Dios? O ¿Sentir de cierto a nivel emocional interno que Dios existe?
Sentir en ese estado de no
necesidad de comprobatorias, es del estado del que hablo.
Por eso “creérsela” no te servirá
de nada. En realidad, la grandeza fluye sin resistencia cuando es pura, y uno
de los estados más poderosos del individuo habitan en el plano de mayor poder:
La emoción. Por eso yo digo, que el estado de seguridad máxima del individuo no
nace de la mente, sino de la emoción que la respalda, de la certeza que no
requiere comprobatoria alguna. Y en ese estado es cuando el nivel de certeza
del individuo se plasma en la realidad casi como un sello, porque su grandeza
fluye sin resistencia.
Por ello las personas que tienen
un gran poder, lo comunican no sólo con su palabra sino a nivel corporal y
emocional sensible. Y simple y sencillamente al ver sus ojos te hacen sentir de
cierto eso que habita en ellos, el gran poder.
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