Innovación, toda una aventura
FORBES - 6 de junio de 2017
Debemos adoptar esa actitud de
experimentación, sumada a la perseverancia que tienen los niños, para luego
motivar con el ejemplo a nuestros equipos.
Cuando éramos niños, la
innovación se daba de manera espontánea porque creábamos sin temor y sin
fijarnos en un punto final específico; permitíamos que las ideas se
desarrollaran orgánicamente basadas en la intuición, el interés y la
curiosidad.
Este es un instinto humano
básico, lo llamamos juego. Ya de adultos es ese mismo instinto el que tenemos
que dejar fluir para atrevernos a experimentar y poder innovar.
Para ello, debemos reírnos de
nosotros mismos, no temer a las fallas, ser provocativos para inventar y
empezar de nuevo las veces que sea necesario.
Por eso, los líderes debemos
adoptar esa actitud de experimentación, sumada a la perseverancia que tienen
los niños, para luego motivar con el ejemplo a nuestros equipos y siempre dar
pie a que los colaboradores puedan desarrollarla.
Como en todo juego, sabemos que
hay ciertas premisas que debemos considerar. En esta ocasión quisiera
compartirles cinco que utilizamos en Bayer para mantener siempre vivo ese
instinto innovador que, como empresa de inventores, tenemos en nuestro ADN.
La innovación nos hace vivir más
y mejor. Los autos, internet, los teléfonos inteligentes y, en general, todas
las innovaciones tecnológicas han cambiado nuestras vidas significativamente, y
de la misma manera ha evolucionado la investigación médica. Gracias a la
edición del genoma humano, muchas de las enfermedades que antes eran incurables
ahora pueden ser tratadas o hasta curadas completamente, de ahí la
trascendencia de la innovación para cambiar vidas.
La innovación significa entender
mejor a nuestros clientes. Por ejemplo, la agricultura está cambiando y cada
vez tiende más a concentrarse en la calidad de los cultivos. Gracias a la
tecnología, mediante computadoras de simulación se permitirá mejorar las
condiciones de crecimiento de los cultivos. Eso es anticiparnos a las
necesidades de nuestros clientes para ofrecerles soluciones antes de que ellos
nos las pidan.
Innovar requiere su tiempo y
tolerancia con las fallas. Las buenas ideas necesitan tiempo y espacio. Crear
el ambiente propicio no siempre es fácil, así que lo importante es tener
siempre claro el objetivo y, por supuesto, intentarlo.
La estructura organizacional
correcta traduce una idea en una innovación. De esta manera, como un concepto
evoluciona de una idea a una innovación, muchas mentes brillantes van agregando
su contribución en el camino. Ante esta dinámica, las empresas deben establecer
una plataforma abierta a la innovación para que las buenas ideas se consoliden
y posteriormente se traduzcan en innovaciones.
Cada colaborador juega un papel
clave en el camino hacia la innovación. En Bayer estamos convencidos de que no
sólo los científicos crean las innovaciones. Nosotros consideramos que cada uno
de los 100,000 colaboradores que tenemos a nivel mundial puede contribuir con
sus ideas y desarrollos.
A todos los niveles de la
organización tenemos un compromiso de innovar en nuestro día a día, de dar el
espacio necesario para buscar innovaciones que refuercen nuestra misión de “Ciencia
para una vida mejor”.
Tal y como lo decimos con nuestra
marca empleador, en Bayer lo que buscamos son personas apasionadas por la
innovación, y a cambio les damos el poder de transformar, transformar vidas
para hacerlas mejores.
De ahí que la innovación para
nosotros sea una prioridad y un reto fascinante.
*Erika Bernal es presidenta de
Bayer Centroamérica y El Caribe.
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