La evolución del acceso a la
información
FORBES- 27 de junio de 2017
Existen empresas tecnológicas que
ofrecen la capacidad de conocer quiénes somos, de dónde venimos y qué puede ser
de nosotros en un futuro, sentando las bases para una revolución.
Cuando pensamos en empresas
tecnológicas que han transformado nuestra sociedad típicamente pensamos en
fabricantes de computadoras, software o teléfonos inteligentes, redes sociales
o las nuevas empresas de medios digitales.
Y no es para menos, estas
compañías han transformado la manera en que trabajamos, nos mantenemos en
contacto con otras personas, nos entretenemos, informamos o viajamos.
Pero existe un segmento dentro de
las empresas tecnológicas que sin hacer mucho ruido están creando las bases de
una revolución que puede ser incluso más disruptiva que los ejemplos arriba
mencionados; la capacidad de conocer quiénes somos, de dónde venimos y qué
puede ser de nosotros en un futuro.
Me refiero a aquellas empresas
que nos están dando la posibilidad de conocer nuestro código genético y los
riesgos de adquirir enfermedades tan graves como distintos tipos de cáncer,
Alzheimer o Parkinson.
Complejos y costosos
23andMe y Color Genomics son
empresas fundadas en Silicon Valley que a través de la tecnología buscan
facilitar el acceso a información genética y médica, la cual solo se obtenía
por medio de estudios médicos muy complejos y costosos, de una manera simple y
a un costo muy accesible.
Por aproximadamente 250 dólares
envían a domicilio un kit con un dispositivo para recolectar una muestra de
saliva, así como las instrucciones para enviar la muestra de vuelta para su
análisis.
Después de algunas semanas uno
recibe un análisis detallado sobre su ADN arrojando información como:
¿De qué parte del mundo viene
nuestro ADN? ¿Qué “porcentaje” de nuestra sangre viene de Europa, África o
Asia?
El tipo de fibras de nuestros
músculos nos hacen aptos para deportes de resistencia o velocidad.
Cómo nuestro ADN define nuestros
rasgos faciales y color de cabello.
Esta puede parecer información
que más allá de satisfacer nuestra curiosidad puede no ser muy útil; sin
embargo, después entramos a temas más delicados:
Riesgo de padecer los tipos de
cáncer hereditarios más comunes: seno, colon, melanoma, ovarios, páncreas,
próstata, estómago y uterino.
Riesgo de padecer otros tipos de
cáncer tales como tiroides o riñones.
Riesgo de desarrollar
enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
Una vez hecho el análisis, si la
persona lo acepta, su mapa genético es almacenado en una base de datos la cual
se utiliza para la investigación y desarrollo de medicinas y tratamientos
contra estas enfermedades por medio de la comparación y análisis de los
millones de perfiles genéticos recolectados. Entre más grande sea la base de
datos, más valiosa se convierte por la cantidad de muestras que se pueden
utilizar para dicha investigación.
En 2013, la Food and Drug
Administration (la agencia federal norteamericana responsable del control y
supervisión de medicinas y alimentos) prohibió a 23andMe comercializar los kits
debido a la falta de certificación de sus métodos de análisis, así como el mal
uso que pudiera hacer la gente con la información provista. A principios de
este año la prohibición fue levantada.
El argumento que utilizan estas
empresas para defender sus servicios es que cada persona tiene derecho a
conocer su mapa genético y riesgos de contraer enfermedades hereditarias o
potencialmente mortales.
Este es un ejemplo de cómo, en
muchos casos, la tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad de regular
su uso y de entender las implicaciones que puede tener en nuestra sociedad.
Por menos de seis mil pesos,
podemos tener nuestro mapa genético y conocer los riesgos de contraer ciertas
enfermedades. Algo impensable hasta hace algunos años.
Aquí se derivan varias preguntas.
Si este tipo de servicios se masificaran, ¿qué implicaciones tendría para la
industria médica y farmacéutica? ¿Cómo se verían afectados los laboratorios y
las aseguradoras? ¿A qué nuevos retos de privacidad de información e incluso de
derechos humanos nos estaremos enfrentando?
Desde un punto de vista personal,
¿qué debemos hacer con esta información? ¿Estaríamos dispuestos a cambiar
algunos de nuestros hábitos o adoptar otros para prevenir el desarrollo de
estas enfermedades? ¿Es mejor no saber?
Nos acercamos a una época donde,
como sociedad y como persona, nos tocará decidir ya que el acceso a la
información no será limitante.
*Rafael Solares es Country
Manager de VMware México. Egresado del ITESM con más de 20 años de experiencia
en las Tecnologías de Información.
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