Retos de la investigación en
comunicación digital
FORBES- 29 de junio de 2017
Desde que surgió la triple W, ya
nada fue igual. La comunicación digital presenta nuevos objetos de estudio,
académicos y comerciales, que requieren de una aproximación totalmente nueva.
Tim Berners-Lee desarrolló la
primera página web en 1991 en un intento de hacer que la información que se
compartía en diferentes redes académicas y de investigación, fuera visualizada
por los sistemas de transferencia de datos y los sistemas computacionales de la
época, que no eran compatibles entre sí, en un afán de hacer que el
conocimiento y la ciencia tuvieran oportunidades de crecer y desarrollarse a
través del conocimiento colectivo.
Sin darse cuenta, Berners-Lee
desarrolló uno de los sistemas de comunicación más importantes del siglo y del
que, valga el comentario, él nunca ha recibido un solo centavo. Han pasado poco
más de 20 años desde que Internet fue abierto al público en general y la World
Wide Web se convirtió en el estándar de navegación digital y, como sabemos, ya
nada fue igual.
La comunicación digital ha
abierto la posibilidad a investigar nuevos objetos de estudio, impensables en
el contexto de los medios tradicionales. Dichos objetos son, sin duda, una
amalgama de experiencias que difícilmente podrían acotarse en un solo sentido y
menos aún, en una sola disciplina.
Por ejemplo, el análisis del Big
Data, no como elementos aislados, sino como el resultado del comportamiento
digital de una comunidad, puede ayudarnos a entender de manera profunda el
accionar social.
El fenómeno de la escucha social
se empieza a analizar desde diferentes disciplinas: en ciencias computacionales
le llaman análisis del lenguaje natural; en ciencias sociales, análisis de
polaridad de sentimientos y en mercadotecnia, análisis de sentimientos o social
media listening.
Existen ya muchos ejemplos de
cómo el Big Data utiliza la información de los usuarios para crear experiencias
de consumo muy específico, como en el caso de Netflix, o bien de cómo se puede
utilizar en beneficio de un candidato político o para hacer campañas negras.
Dicho análisis debería llevarnos
al estudio en profundidad de los comportamientos digitales. Qué motiva a un
grupo social a hablar de ciertos temas o a evitarlos. O bien, hasta dónde un
líder de opinión digital puede provocar/incentivar una conversación sobre una
marca, producto, servicio, candidato y si dicha conversación tiene incidencias
estadísticas sobre ventas, votos, comportamientos y, la consecuente
acción/organización en redes de dichos grupos.
Y esto nos lleva al análisis de
las micronarrativas digitales, con líderes de opinión en pequeñas comunidades
temáticas especializadas (quizá 20 ó 30k, sólo por mencionar un ejemplo) que
tienen una capacidad de comunicación mucho más potente e íntima que cualquier
medio de comunicación masiva. En consecuencia, la construcción de indicadores
correctos, amplios y flexibles es el siguiente tema.
La teoría del Longtail tiene
ahora más sentido que nunca, pues la tendencia en comunicación digital muestra
que entre más especializado el canal, tiene mayores posibilidades de tener
éxito entre su audiencia.
El acercamiento a la comunicación
digital es complicado, pues como dice Gabriel Pérez Salazar, investigador
Especialista en Comunicación e Innovaciones Tecnológicas de la Universidad
Autónoma de Colima: “Ciertamente, creo que hay que ser muy creativos en el
diseño de estrategias metodológicas. Muchas veces, esto implica para el
investigador, contar con altas competencias digitales, de forma que sepa
realmente qué es lo que está ocurriendo. Para investigar en los entornos
digitales, sobre todo en aproximaciones cualitativas, creo que en primer lugar
hay que ser un intenso usuario, un auténtico ciudadano digital”.
Por ello, es importante revisar
que la comunicación más que nunca se ha vuelto interdisciplinaria, pues los
objetos de estudio son mucho más complejos y, sobre todo, nuevos. Lo que
significa que es muy probable que con el paso de los años estemos hablando de
nuevas disciplinas, con nuevas metodologías de estudio en las que las matemáticas,
la estadística, la ciencia política y las teorías de la comunicación, sólo por
mencionar algunas, nos ayuden a crear aproximaciones epistemológicas a los
nuevos fenómenos de estudio de la comunicación digital.
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