Las cinco razones del porqué los
influencers ya no funcionan
FORBES – 22 de junio de 2017
Ante acercamiento de las marcas a
los influencers cabe hacernos la pregunta si es que en realidad sirven y de qué
manera logran sus objetivos.
Las grandes figuras de nuestros
días son los influencers, es decir, aquellos generadores de contenido que
inundan las redes sociales y las plataformas digitales, con una oferta tan
variopinta, que es muy complicado clasificarlos a todos o tratar de meterlos a
todos dentro del mismo costal y que se han convertido en un referente de la
comunicación digital en muchos sentidos, nos guste o no.
Ya sea a través de videos
graciosos (o algo así), tutoriales, opiniones o cualquier otra forma de
materiales, muchos de ellos se han hecho de una fama gigantesca y una legión de
seguidores que siguen religiosamente cada una de las entregas que hacen en sus
canales.
Ello dio pie a que marcas de
cualquier índole se acercaran a estos personajes como un nuevo canal de
exposición para sus productos y servicios, provocando que los influencers,
entendidos como las estrellas de las redes sociales, se convirtieran ellos
mismos en las nuevas plataformas de comunicación entre empresas y clientelas,
convirtiéndose en una nueva marca.
A tal hecho, se suma el creciente
abandono de los medios tradicionales y la prácticamente nula conexión que
existe entre aquellos y los nuevos consumidores. Por más que la tele y la radio
se han esforzado, simplemente no logran conectar con las audiencias más
jóvenes. Por el contrario, su rechazo es cada vez más amplio.
Y quizá ese sea el motivo por el
cual las marcas se hayan volcado con desesperación hacia las figuras digitales:
la necesidad de seguir con las estrategias de marketing a como diera lugar,
provocó que de repente los medios sociales se llenaran de burdos intentos por
verse cool y mantenerse en la conversación.
Cabe aquí hacerse la pregunta
sobre qué tanto funcionan los influenciadores. ¿En realidad logran su cometido
de posicionar una marca, de ser un detonante de compra o de generar opinión?
Creo que afirmar que sí es bastante cuestionable, sobre todo cuando a dichas
figuras se les confunde con una especie de canal de televisión que puede lograr
una cantidad de impactos enorme, cuya eficiencia no va más allá de un spot de
televisión.
La figura de los influencers está
sobrevaluada y su efectividad puede ser nula en algunas ocasiones. He aquí
algunas razones que nos hacen cuestionar la efectividad de las figuras de las
redes sociales.
Poca especialización. Es muy
común que algunas figuras de las redes sociales tengan millones de seguidores
porque cuentan chistes, hablan de su vida amorosa o de algún otro tema que no
implica un grado de especialización. Y si bien pueden tener un espectro muy
amplio de seguidores, recordemos que en las redes sociales la conversación gira
en torno a lo específico y no a lo general. Es decir, los temas que realmente
nos emocionan, nos mueven a la conversación o generan una opinión, son los
especializados. Y es aquí donde el discurso de los mal entendidos influencers
puede fallar: sus conversaciones a veces son tan generales, que pueden caber
productos y servicios de lo que sea; cuando en realidad, un líder de opinión
digital lo es en un solo tema.
Público amplio, pero no
segmentado. ¿Sirve de algo tener millones de fans, pero todos con intereses y
hábitos de vida y estilo diferentes? Las plataformas sociales resultan exitosas
cuando se habla a audiencias con gustos muy específicos, atomizados y de manera
contextualizada. Y ese tipo de conversación sólo se da en pequeños grupos.
Sobreexposición de figuras. Las
estrellas de las redes sociales empiezan a causar cierto agotamiento debido a
su constante aparición en prácticamente todos los espacios habidos y por haber,
anunciando prácticamente lo que sea, lo que los aleja de la sensación de
proximidad y naturalidad con la que en un principio lograron conectar con sus
audiencias.
Alcance fraudulento. Ahora casi
cualquiera se dice influenciador en las redes sociales. De pronto aparecen
personajes de los que ayer nadie sabía nada, pero con cuentas con millones de
seguidores. El asunto de la influencia es que no se puede ejercer con bots.
Poco entendimiento digital. La
razón de que dichas figuras se vuelvan el centro de atención y se malentienda
el formato de las redes sociales son en buena medida las marcas, quienes han
confundido los canales de los influencers en algo muy similar a los medios
masivos, robándoles la frescura y forzándolos a discursos fuera de lugar.
Las marcas no deben confundir a
las plataformas sociales con medios de comunicación masiva, pues quitan la
frescura y cercanía que las redes proporcionaron en un principio a los usuarios
y que hizo a los influencers las figuras que ahora son.
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