La fuerza laboral debe prepararse
para un futuro incierto
FORBES- 15 de diciembre de 2017
La automatización, la pérdida de
empleos y la falta de talento especializado son los retos que afronta el área
de Recursos Humanos.
La automatización, el aumento de
las máquinas pensantes y las nuevas habilidades que las organizaciones buscan
en las personas han cambiado por completo el panorama laboral a nivel global.
Las megatendencias están
permeando cada vez más la manera en la que trabajamos. Así, los avances
tecnológicos y las innovaciones, la población que envejece día con día, la
creciente urbanización, los cambios en el poder económico global, así como la
escasez de recursos y el cambio climático han traspasado el mundo de los
negocios, enfatizando la necesidad de innovar y adaptarse al entorno cada vez
más evolucionado.
Recientemente, PwC publicó el
documento Workforce of the future. The competing forces shaping 2030, que
destaca la necesidad de que las organizaciones se preparen para el futuro. En
el reporte también se describen las mejores formas de atraer, mantener y
motivar a los empleados y las herramientas para estar preparados ante los
cambios que veremos en la próxima década.
La forma en la que los
empleadores y trabajadores reaccionen ante estas megatendencias determinará el
futuro de las compañías, particularmente frente a las innovaciones
tecnológicas, una de las megatendencias con mayor fuerza. El documento, basado
en una encuesta elaborada a más de 10 mil personas, revela que 73% de las
personas cree que la tecnología nunca podrá reemplazar la mente humana, 65%
considera que la misma mejorará sus prospectos de empleo en un futuro y 37% se
muestra preocupado de que la automatización ponga sus puestos de trabajo en
riesgo.
Las cifras anteriores permiten
ver el temor de un sector poblacional, en especial el más vulnerable, de ser
reemplazado y perder su medio de ingreso. En esta misma línea, 60% de los encuestados
piensa que en un futuro pocas personas contarán con un empleo estable y
duradero.
Esta información nos provee de
herramientas para determinar cuáles serán las habilidades que se necesitarán de
los trabajadores. La adaptabilidad -tanto en los individuos, como en las
empresas y en las sociedades- es esencial para navegar los cambios que se
avecinan. Es prácticamente imposible saber con exactitud cuáles serán las
facultades que el mercado laboral requiera a futuro, por lo que es importante
que los conceptos de capacitación, educación continua y aprendizaje sean una
constante en el ambiente laboral. De hecho, 74% de los trabajadores que
participaron en el sondeo se mostraron dispuestos a aprender nuevas habilidades
o a volver a entrenarse por completo para así permanecer aptos para el trabajo;
asimismo, 74% piensa que es su propia responsabilidad aumentar sus habilidades
profesionales, más que obtenerlas de su patrón.
Las organizaciones y los
individuos deben prepararse para un futuro indefinido, atender los cambios en
las necesidades de talento y subirse al tren de la innovación. Lo único cierto
es que nada es certero, por lo que la flexibilidad y la capacidad para
adaptarse a las circunstancias son vitales para una pronta y mejor adaptación
de los cambios que vienen, y así lograr el éxito.
Las empresas deben comprender que
estamos viviendo en un mundo globalizado donde las corporaciones mundiales
pasan al frente y las preferencias de los consumidores dominan el mercado. El
éxito dependerá de una fuerza laboral productiva mientras que las empresas
compiten por el mejor talento.
Asimismo, la necesidad de una
fuerte conciencia social es primordial. Cada vez más consumidores muestran
lealtad hacia organizaciones socialmente responsables y que cuidan el medio
ambiente. De los encuestados, 23% respondió que “hacer un trabajo que marque la
diferencia” es muy importante para su carrera.
Por último, tenemos el factor
social. En este nuevo entorno laboral, las personas van primero. Las empresas
éticas, justas y con un alto factor social serán las preferidas por los
empleados; así lo refleja el 25% de los encuestados, que respondió que su
empleador ideal sería una compañía con valores similares a los suyos.
Las fuerzas que impulsan el
cambio en el mundo de los negocios no pueden ser ignoradas por los gobiernos,
ni por las empresas o los individuos. El 2030, un año que puede sonar distante,
ya se está empezando a moldear, por lo que es mejor adelantarse y tomar medidas
inmediatas que ver pasar las transformaciones sin poder controlarlas.
*Moisés Pérez Peñaloza es socio
de Rewards, Benefits & HR Analytics en PwC México.
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