Emprendedor, la Propiedad
Intelectual impulsa tu negocio
FORBES- 13 de diciembre de 2017
Para todo creador o emprendedor
es indispensable familiarizarse con el campo de la protección de la Propiedad
Industrial e Intelectual y las ventajas que puede representar a corto y largo
plazo.
Día con día, la Propiedad
Intelectual e Industrial adquiere mayor peso y valor monetario no sólo en el
mundo corporativo -debido al valor de visibilidad, rentabilidad y participación
en el mercado que va adquiriendo cualquier producto o servicio- sino también en
el campo de la innovación científica o tecnológica.
La competencia es ardua a nivel
global. De acuerdo con el Índice Mundial de Innovación 2017, publicado por la
Organización Mundial de la propiedad Intelectual (OMPI), Chile, Costa Rica y
México tienen los mejores resultados en innovación en la región Latinoamérica.
Tan sólo en México, de enero 2013 a julio de 2017, el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial (IMPI) recibió 79 mil 728 solicitudes para el otorgamiento
de patentes, de las cuales 5 mil 875 son de mexicanos. En materia de marcas, la
actual administración ha recibido 615 mil 68 solicitudes con una participación
nacional del 69%; que representan poco más de 424 solicitudes, lo cual denota
la creciente consideración del valor de estos intangibles para las empresas.
Para todo creador o emprendedor
es indispensable familiarizarse con el campo de la protección de la Propiedad
Industrial e Intelectual y las ventajas que ésta puede representar a corto y
largo plazo, sobre todo para aquellos que buscan ofrecer un producto o servicio
novedoso.
El valor más importante es el que
se adquiere en el mercado, es decir, el valor de reconocimiento de algún
producto o servicio dentro de una industria determinada. Dicho reconocimiento
se debe, por ejemplo, al crédito que otorga el público consumidor como
consecuencia de la calidad de esos productos o servicios, lo distintivo entre
ellos y los de la competencia o en el nivel de innovación que tiene una empresa
dentro de industria en específico.
Conceptos claros
Es importante que cualquier
inventor o emprendedor conozca la trascendencia de proteger sus creaciones y
desarrollos, en el momento más preciso. En ese sentido, para quien emprende,
existe un beneficio en llevar este proceso con una empresa de Propiedad
Intelectual desde el comienzo, que lo oriente y lo guíe a identificar sus
necesidades y a resolverlas.
Además de acompañarle en el
camino legal, considerando la secuencia básica y obligatoria de: creación,
protección, explotación y defensa, tomando en cuenta tres elementos clave:
Términos: Entender, la diferencia
entre un registro de marca y una patente, dominios y diseños industriales,
identificando la verdadera necesidad de protección y patentación.
Legalidad: Comprender el aspecto
legal de comenzar un proyecto antes de lanzarse al mercado con un producto o
con un servicio, que implica desde la búsqueda del arte previo y el diagnóstico
de “patentabilidad” -el 80% de los conocimientos técnicos se encuentran en
documentos de patente; por tanto, el primer paso es realizar una Búsqueda
Técnica Internacional- hasta los informes de infracción y el litigio o defensa.
Timing: Las marcas, por ejemplo,
deberán ser solicitadas a registro, de manera que puedan ser explotadas de la
forma más amplia posible. Este signo distintivo protege no sólo la imagen de un
producto o servicio sino de la empresa misma. En cuanto a las invenciones en
general, deberán registrarse en momentos y tiempos muy precisos, previos a su
explotación o difusión, para cumplir con los requisitos que marque la Ley en la
materia.
Lo no registrable, pero sí
protegible: Uno de los activos más importantes y de especiales cualidades es el
del know-how -como puede ser un secreto industrial-que por más novedoso que
sea, no es registrable, mas sí protegible, y que, de no llevar a cabo las
medidas necesarias de protección, se volvería vulnerable a la explotación de un
tercero que quizá se haya adelantado de mala fe a la protección o explotación
de dicho conocimiento.
Finalmente, seguir insistiendo en
la necesidad de incorporar la Propiedad Intelectual e Industrial como parte de
la estrategia de negocio de cualquier proyecto, y como asignatura obligatoria
en las universidades y centros de innovación para la generación de nuevos
modelos de negocios, invenciones o cualquier otra forma de explotación de la creatividad
o del perfeccionamiento procesos y productos en las actividades industriales o
comerciales.
*Fabián González de la Mora es
Director General de Clarke, Modet & Cº México
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