5 claves de éxito en customer experience
FORBES – 20 de diciembre de 2017
Hoy la experiencia del cliente
puede significar el “vive o muere” de la oferta de servicios y productos en el
mercado.
Vivimos en un entorno donde el
consumidor se involucra cada vez más con las marcas, influenciando incluso la
operación del negocio. Las empresas requieren llegar más rápido a distintos
mercados y buscar la diferenciación por medio de la experiencia al cliente, lo
cual se ha convertido en una de las principales tareas de los directivos y
empresarios tanto en México como en el mundo.
El precio, el producto o la
tecnología ya no son suficientes para diferenciarse del resto, al ser fáciles
de replicar. Basado en diversos casos de éxito y fracaso de compañías que han
implementado proyectos de customer experience, un concepto que hace referencia
a la vivencia de una persona al interactuar con una marca, que se desarrolla a
través de varios puntos de contacto que los vinculan, generando emociones
positivas y negativas, hemos identificado cinco claves de éxito para lograr una
transformación en la Experiencia del Cliente como diferenciador disruptivo:
El cliente como lineamiento
estratégico corporativo
Muchas organizaciones siguen
haciendo productos o desarrollando servicios para luego lanzarlos y ver si al
cliente le gusta. Otras han logrado diseñar sus productos y servicios a partir
de lo que el cliente dice, quiere y espera. Estas empresas tienen algo en
común: su lineamiento estratégico corporativo está centrado en el cliente y
definen los impulsadores para generar realmente una innovación disruptiva en el
mercado.
Los lineamientos estratégicos de
la compañía deben estar vinculados con la experiencia del consumidor como
objetivo corporativo; de lo contrario, el esfuerzo se centrará en las áreas
comerciales o front, con beneficios marginales, con iniciativas aisladas, sin
lograr el cambio en el resto de la organización.
Medir la Experiencia del Cliente
financieramente
Algunos de los errores típicos al
implementar proyectos de voz del cliente (definido como un mecanismo para
indagar, observar, describir y entender las necesidades, expectativas o
perspectivas del cliente en relación con su interacción con la marca),
programas de fidelización o un proyecto completo de customer experience se
deben a un enfoque basado en medir exclusivamente su lealtad y satisfacción.
Aunque logremos materializar la
teoría de Frederick F. Reichheld , quien estima que una mejora de un punto del
Net Promotor Score (NPS) permite aumentar la rentabilidad y el crecimiento en
las ventas, es importante contar con reportes periódicos de ingresos y costos
de las iniciativas de experiencia del cliente.
Sin esto, no será posible
visualizar el ROI (Return on investment) sobre las iniciativas para reducir el
churn (que es la tasa de pérdida de clientes), aumentar la rentabilidad o
conseguir más clientes que promuevan la marca. Es importante incluir indicadores
que incorporen el componente financiero para cuantificar el aporte en las
iniciativas y detonen impactos financieros.
Vincular y hacer partícipe a la
junta directiva
Los mayores patrocinadores de
cualquier proyecto en la organización siempre son los dueños, socios o,
incluso, el Consejo de Administración. Los casos de éxito más conocidos se dan
cuando no sólo el CEO sale en medios internos y externos hablando de la
importancia de orientar a la compañía hacia el cliente o promoviendo en los
colaboradores una cultura innovadora para sorprender a los clientes y exceder
sus expectativas. Se da cuando en los comités de rendición de cuentas se abre
un espacio para mostrar avances en términos de la experiencia al cliente.
Incluso se recomienda que sean
ellos quienes lideren los temas de customer experience, pues permite vincularse
con las iniciativas, entender la necesidad y el impacto que esto significa para
el negocio y, lo más importante, ser sensibles a la hora de destinar recursos
para detonar más iniciativas de este tipo.
Empoderar a todos los
colaboradores
La frase “culture eats strategy
for breakfast”, originalmente de Peter Druker , resume que sin cultura no hay
estrategia que valga.
La resistencia al cambio, no
mostrar los beneficios y no vincular a las personas de la organización a los
objetivos que implique un cambio de mentalidad hacia el cliente, hace que
cualquier acción sea mucho más difícil de concretar y que los mismos empleados
se conviertan en los principales detractores.
Lograr que las cosas sucedan en
una organización depende principalmente de la gente y es fundamental empezar
por los colaboradores, ellos son los embajadores de la marca y se convierten en
los mayores promotores de la compañía. “Si cuidas a tus empleados, ellos
cuidarán de tus clientes”, decía Sr. Richard Branson .
Priorizar las iniciativas
Cuando el tema de customer
experience comenzó a escucharse, muchas compañías empezaron a generar momentos
únicos y sorprendentes para despertar el factor “wow” en sus clientes y así diferenciarse
de la competencia. Estos esfuerzos implicaron gastos operativos que en su
mayoría perjudicaron a las organizaciones. Pensar fuera de la caja es
importante, pero hay que priorizar las ideas.
Cada iniciativa tiene que dar
origen a una solución disruptiva para mejorar la experiencia del cliente con un
retorno financiero que provoque un impacto en los ingresos, rentabilidad y/o
disminución del churn.
También se debe conocer cuál es
el esfuerzo que la compañía tiene que hacer según sus capacidades actuales y
futuras para su ejecución. De esta forma se prioriza en aquellas iniciativas
que realmente van a generar un mayor beneficio con un menor esfuerzo.
El valor económico se maximiza
cuando las expectativas y la experiencia del cliente están alineadas, es decir,
se logra una priorización de las iniciativas para encontrar el equilibrio de lo
que debo invertir vs el impacto que genera:
Fuente: KPMG International, 2016.
Hoy, viviendo la era del cliente,
las empresas deben buscar la asesoría más adecuada para garantizar el
desarrollo sostenible en un mercado totalmente globalizado y con un cliente más
informado y sofisticado.
Implementar estas cinco claves de
éxito puede ser una tarea compleja que requiere el compromiso total de la
organización, por esto la experiencia al cliente debe ser un pilar fundamental
para la organización, que se mida el retorno en términos financieros, en la que
se involucre a la Alta Dirección en el proceso de orientación de la compañía
hacia el cliente, donde el ADN de todos los colaboradores estén volcados a
“respirar cliente” y, que se le dé urgencia a ejecutar las iniciativas -dentro
de sus capacidades- que generen mayor impacto al cliente y a la organización.
*Manuel Hinojosa es Socio de
Asesoría Customer Experience de KPMG en México
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